La primera mujer al frente del Partido Socialista de Córdoba, Rafi Crespín, hizo ayer el milagro del pan y los peces, al menos en el papel, que todo lo aguanta: integrar en la nueva ejecutiva socialista a todas las familias, ismos y sensibilidades que estaban enfrentadas hasta antes de ayer en el seno de la formación. «Habéis hecho posible que la fuerza de la unidad sea realidad», dijo en la clausura del cónclave celebrado en Baena. La nueva ejecutiva parte con un respaldo del 92,68% (un porcentaje ligeramente superior al obtenido por Antonio Ruiz en el 2017 en Lucena, con el 90,8%). 

Crespín ha ido sorteando los problemas en su carrera hacia lo que, confesó ayer, era su «sueño»: liderar el partido en la provincia, y hacerlo sin tener que acudir a un proceso de primarias, ya que se retiraron de la carrera los otros dos aspirantes (el anterior secretario provincial, Antonio Ruiz, y Carmen Campos). De hecho, el único escenario complicado fue el sanitario. La organización tuvo que apostar una ambulancia a las puertas de los Salones Espartero de Baena pero solo por precaución sanitaria. En este asunto, fueron estrictos con las medidas anticovid, ya que el aforo del plenario llegó a tener por la mañana más de 300 personas en el salón principal, e incluso se aceleró la agenda para concluir antes. 

La mesa del congreso la presidió la anfitriona, la secretaria provincial del PSOE de Baena, María Jesús Serrano, y se contó con la presencia del secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, el ministro Luis Planas, la exvicepresidenta Carmen Calvo y los secretarios provinciales de UGT y CCOO, Marina Borrego y Vicente Palomares, entre otros. Clausuró el encuentro la portavoz del grupo en el Parlamento andaluz, Ángeles Férriz, que denunció «la precarización» de la sanidad pública y dijo que «sobran los motivos para salir a la calle a defender lo logrado por los socialistas, a los que nos duele Andalucía», dijo.

Una sorpresa, la número 2

La nueva dirección llegó pactada al cónclave, aunque Crespín se manejó con tal discreción que muchos de sus miembros se enteraron ayer mismo de que formarían parte de la misma. La gran sorpresa la protagonizó Auria María Expósito, la número 2 del partido en Córdoba y secretaria de Organización. La socialista es diplomada en Trabajo Social y ha sido concejala del Ayuntamiento de Palma del Río durante varios mandatos (desde el 2003 hasta la actualidad), tanto con Salvador Blanco, como con José Antonio Ruiz Almenara, y con la actual regidora, Esperanza Caro de la Barrera. Actualmente trabaja en el grupo socialista de la Diputación de Córdoba. Fue también secretaria de Organización del PSOE palmeño, donde atesora años de militancia. Ayer mismo, Expósito se mostró «ilusionada» ante el nuevo reto, en el que espera que sus años de trabajo en el partido le sirvan de guía.  

Rafi Crespín con su nuevo equipo, ayer, en Baena. CHENCHO MARTÍNEZ

Por otro lado, Crespín se ha decidido por duplicar la vicesecretarías generales poniendo al frente a dos de los hombres sobre los que ha pivotado parte del trabajo en pos de la unidad que ha hecho posible este congreso: por un lado, una vicesecretaria primera, que recaerá en manos del concejal del Ayuntamiento de Córdoba, José Antonio Romero, el edil y miembro del equipo de Isabel Ambrosio será responsable de acción electoral, y una segunda vicesecretaría para Alberto Mayoral, responsable de acción política y comunicación. Mayoral también fue el fichaje que Rafi Crespín hizo cuando fue nombrada secretaria del grupo socialista en el Congreso de los Diputados. Asimismo, el socialista de la agrupación del Sector Sur ha sido el encargado de organizar el congreso de Baena. Ambos son la fiel imagen de la dualidad del alma socialista, que aspira a unificar Crespín en este mandato.  

Durante su intervención en el plenario, la secretaria del PSOE de Córdoba pidió a sus compañeros no perder la perspectiva histórica. Un consejo que empezó aplicándoselo ella misma porque tuvo palabras de reconocimiento a sus antecesores: Juan Pablo Durán y Antonio Ruiz. De este último, además, destacó la «impecable» labor que desempeña al frente de la Diputación. «Habéis sido el salvamento para todos los municipios en tiempos de guerra, gracias Antonio, gracias Lola (Amo)», dijo en reconocimiento del esfuerzo de la institución provincial durante la pandemia. También se refirió a dos pioneras del feminismo en las filas cordobesas, Maribel Flores -que se despidió como presidenta del partido y recibió un emocionado homenaje de sus compañeros- y la exvicepresidenta Carmen Calvo.

Así, la nueva dirigente provincial aconsejó a los suyos recordar siempre de dónde viene el socialismo: «No olvidéis a los que se plantaron para constituir las asociaciones de la resistencia» y les conminó a recuperar ahora esa fuerza para «plantarse y ser la resistencia a la extrema derecha». De hecho, los asistentes recibieron de obsequio una reproducción de un ejemplar del periódico El Socialista, del 4 de noviembre de 1892, fecha donde el Partido Socialista hunde sus raíces en la provincia. Crespín advirtió a la derecha de Baena y de Córdoba en general que tendrán a los socialistas «en frente» y que los pararán con «la alegría, la unidad, la esperanza, la ilusión y el compromiso» de este congreso. 

Por otro lado, Crespín apeló a la fuerza del PSOE, a la fuerza de la unidad, de la militancia y la de los veteranos, a quienes les ha dicho que quiere contar con ellos. A esa fuerza, dijo Crespín, recurrió el presidente Pedro Sánchez para tomar la difícil decisión de confinar al país y sacarlo de la crisis «de una manera muy diferente» a como lo hubiera hecho el PP. Asimismo, la nueva secretaria apuntó algunos de los retos pendientes en la provincia como el reto demográfico, la cultura o la base logística que el Ejército implantará en Córdoba, pero dijo que no dedicaría «ni un minuto» a hablar del alcalde de la ciudad, José María Bellido, que arrebató la alcaldía a los socialistas en 2019.