La vacunación frente al coronavirus de menores de edad se ha convertido, desde que es posible la inmunización en estas franjas de edad, en un motivo más de enfrentamiento entre padres separados, que no se ponen de acuerdo en si su pequeño puede vacunarse o no frente al covid, medida que en el caso de España estaba autorizada para los mayores de 12 años, pero que se ha ampliado desde esta semana también a los que tienen entre 5 y 11 años. 

María Dolores Azaústre, abogada especializada en familia del Colegio de Abogados de Córdoba, señala que desde septiembre que se bajó la edad de la vacunación «estamos recibiendo consultas por parte de padres separados en relación con este asunto». Para Azaústre, «por ahora siempre hemos tratado de llegar a acuerdos para que la discrepancia se resuelva y afecte lo menos posible a los niños. Se evita así que la situación acabe en demanda y llegue a un juzgado de familia. Cuando existe controversia en el ejercicio de la patria potestad sobre los hijos menores en decisiones sanitarias o educativas y no se resuelven de mutuo acuerdo entre los padres separados, el juez de familia determina la capacidad de decidir a uno de los dos progenitores tras escuchar los razonamientos de cada uno. Esta abogada recalca que las decisiones sobre educación, salud o religión son las más que dividen a los padres separados, así como las discrepancias económicas, agravadas durante la pandemia porque ha habido muchas personas que han perdido sus empleos o que no tienen el mismo poder adquisitivo que antes. 

Otro tema que suscita división entre algunos padres separados es si sus hijos se pueden quitar la mascarilla para aparecer en fotos o grabaciones que por las fiestas se graban en guarderías o centros educativos. Aunque la mascarilla no es obligatoria en escolares de menos de 6 años, esta abogada recalca que hay padres que indican que quieren que sus hijos tengan la mascarilla puesta siempre y eso motiva a veces desacuerdo entre las parejas separadas, porque a uno le da igual que el hijo pose con mascarilla y el otro no comparte que se la quite. En España ya se han publicado varias sentencias que dan la razón al progenitor que quiere vacunar a su hijo frente al que no lo comparte.