La biblioteca del Museo Arqueológico de Córdoba se ha convertido este sábado en un pequeño parnaso de la cocina. Cuatro creadores del más alto nivel condimentaron una sala llena de conocimiento e historia con sus experiencias vitales en torno al arte culinario. Un arte al que, según sus propios testimonios, han llegado porque sus circunstancias vitales no parecían llevarle hasta otro sitio. 

El cordobés y anfitrión del encuentro Kisko García entró en el mundo de los fogones por la vía familiar; la francesa Marie Chemorine justificó su recorrido en su origen lionés, es decir, de «la ciudad de la cocina», aunque su formación como arqueóloga, según ella, también acabó volcándose en la «nurriture» como forma de expresión artística. Lander Ganzo indicó que siendo vasco era fácil dedicarse la cocina pues en su tierra el buen comer y la cocina de excelencia es parte del día a día. Pero también descubrió que el arte de los fogones es una manera de entendimiento y de convivencia entre las personas. Por su parte, Blanca del Noval ha hecho de la cocina su trabajo, pues su origen sevillano y su paso por el Basque Culinari Center le ha dado una visión más amplia de la actividad y le ha hecho afrontarla como un campo de investigación con el que dar nuevos pasos en la búsqueda de una cocina sana y útil.

Todos ellos hicieron su propia interpretación de la cocina y todos aportaron su mensaje a la sociedad sobre la necesidad de valorar el producto, antes y después de elaborado, sobre el buen aprovechamiento, y sobre la manera de conectar con la sociedad y el valor de la cocina a lo largo de la historia.

La tertulia celebrada en el Arqueológico de Córdoba ha sido el entrante de lo que pretende ser hoy el plato principal del menú elaborado dentro de la actividad Córdoba, ciudad de las Ideas, según explicó a este periódico Carlos Pardo, coordinador de la iniciativa, que lo que persigue es hacer un hermanamiento «con bastante sentido del humor para reivindicar el perol como ejercicio de comunidad y sostenibilidad de la gastronomía». Pero, a la vez, «como nuestro mensaje de Córdoba ciudad de las ideas queremos reivindicar esa participación ciudadana llevando el perol también al arte, a la experimentación y a la vanguardia, hemos invitado a tres chefs maravillosos, cada uno con una personalidad muy peculiar a que vengan a cocinar con tres cocineros cordobeses, bajo la moderación de Kisco, para que en tres plazas emblemáticas de la ciudad (Alcázar Viejo, San Francisco y San Agustín) hagan un experimento consistente en tunear la cocina más tradicional con la más vanguardista, pero también como reivindicación de los platos cordobeses, que hagan un perol en tres fases». 

El resultado lo podrán comprobar los cordobeses este mismo domingo a partir de las 13.00 horas en lo que será un sabroso itinerario por las más señeras plazas de la ciudad.