Llega la Navidad y las empresas, grandes o pequeñas, reservan parte de su presupuesto a elaborar la perfecta cesta para los empleados. La tradición se remonta a la antigua Roma cuando, al inicio de la Saturnalina, en homenaje al dios Saturno, los patrones regalaban a sus sirvientes, o clientes, una sportula o cesta con dátiles y otros alimentos. La práctica se perdió por completo hasta retomarse en el siglo veinte en Europa y perdura en la actualidad como un detalle de agradecimiento que favorezca unas fiestas en abundancia.

Pese al estallido de la pandemia del coronavirus, la venta de estos lotes de productos no ha decaído, lo que demuestra su versatilidad. «Tenemos un amplio catálogo con diferentes productos y precios que van desde los 16 a los 1.000 euros, por lo que cubrimos una amplia demanda de clientes», explican desde El Corte Inglés quienes, en plena campaña de producción de las cestas, ofrecen mayores posibilidades de compra con opciones tanto física como por internet.

El Corte Inglés ofrece cestas desde los 16 a los 1.000 euros para llegar a cualquier demanda

El contenido, a pesar de las posibilidades del bolsillo del cliente, no varía. «Las cestas no suelen cambiar mucho de un año para otro, casi siempre piden lo mismo», comentan desde supermercados Deza, «nos piden normalmente aceite fresco, queso, embutidos, un jamón, y dulces navideños, aunque algunas empresas regalan solo un jamón y lo consideran una cesta en sí misma». Lo novedoso es que esta práctica se ha hecho tan popular, tan deseada, que cada vez son más los particulares que deciden armar una cesta a su gusto para regalarla a familiares o a los amigos. Para El Corte Inglés, «la calidad siempre debe estar garantizada, independientemente del tamaño y del destino de la cesta».

El contenido puede cambiar, pero no la calidad de sus productos. MANUEL MURILLO

En Deza tienen en cuenta cada detalle en base al gusto del cliente. «Hay algunos que directamente cogen los productos del lineal y nos piden que le hagamos la cesta con esos artículos que han seleccionado. Luego le enseñamos el resultado y nos dicen si quieren hacer algún cambio», explican. Aunque «unos buenos dulces, licores, como un buen cava, no deberían de faltar», inciden desde los almacenes de color verde.

No deben faltar unos buenos dulces y licores, como un buen cava

La cuestión es acogerse al famoso refrán, a caballo regalado no le mires el diente. Ya que lo importante es el detalle de la presentación, la ilusión de quien regala y quien recibe. En la zona gourmet de Deza lo tienen claro. «Todas las cestas son perfectas porque se elaboran con cariño, pensando en la persona a la que van dirigidas. No importa el precio de la cesta o su tamaño, lo importante es el detalle». Unas declaraciones que, aunque suenen a tópico, no pueden ir más en consonancia con estas fechas.