Son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la equitación que realizan. No es una distinción vana. Es la mejor equitación del mundo y lo demostraron este viernes en el edificio real más antiguo que existe dedicado al caballo en Europa, las Caballerizas Reales. Con su mejor bagaje: el mayor número de jinetes, caballos y técnicos que desplazan y la puesta en pista de los mejores números que realizan. Son Le Cadre Noir, los representantes de la Escuela Francesa de Equitación, con sede en Saumur. Son campeones olímpicos de equitación y deportistas de élite en el mundo del caballo.

Comenzaron una relación hace una década en Viena, en el templo del caballo, la Escuela Española de Equitación vienesa, y aún perdura, consolidada en la base del respeto, la comunicación y el intercambio. Y también en la admiración. No en vano Saumur ha desplazado a Córdoba a lo mejor que tiene, lo mejor en el mundo de la equitación. Y los dirigentes cordobeses le han mostrado su afabilidad, calor y respeto, simbolizado en un detalle mezcla de guadamecí y cordobán, símbolo de Córdoba, distinción con la que acogieron al director general del Instituto Francés del Caballo y la Equitación -entidad que está bajo la supervisión de los ministerios de Agricultura y Deportes-, Jean Roche Gaillet, durante la presentación de la celebración del cuarto de siglo de Córdoba Ecuestre.

Este viernes, en el primer evento de élite de este aniversario, los jinetes de Le Cadre Noir vertebraron un espectáculo grandioso, con una perfección de la equitación tanto en el carrusel como en los cuatro números que ofrecieron en la pista del patio principal de Caballerizas Reales. Con las gradas repletas y con expectación de recordar lo que estos jinetes ofrecieron en el Coso de los Califas en el 2014, los franceses brindaron un repertorio completo, elogiado con los aplausos y rubricado con la equitación pura. Arropados en todo momento por Córdoba Ecuestre, los cordobeses fueron dosificando el esfuerzo de los jinetes de la Escuela Francesa de Equitación con la intervención en dos ocasiones y homenajearon a Le Cadre Noir participando en tres números conjuntos, entre ellos, uno coordinando carrusel y una exhibición entre las dos escuelas de trabajos a la mano, donde coincidieron los conceptos del barroquismo de la equitación española con el clasicismo de la escuela gala.

No ha sido una coincidencia ni un elaborado trabajo de marketing. Lo que se vio en Caballerizas fue el reconocimiento de dos escuelas distintas que se encuentran en un punto central de la equitación, y el asombro de dos conceptos ecuestres que coinciden en la cultura del caballo y en su difusión, que se complementan y se comprenden en el intercambio de jinetes entre dos de las escuelas más importantes en el sector del caballo de Europa. Hoy y mañana, Caballerizas se engrandecen con la mejor escuela de equitación del mundo.