¿Es optimista con la nueva normalidad tras pasar lo más duro del covid y por qué?

Soy moderadamente optimista. Creo que las medidas que acordamos agentes sociales y económicos con el Gobierno durante 2020 y este mismo año, especialmente los ERTE, han servido para paliar, en parte, los efectos negativos de la pandemia y permitirnos estar en mejores condiciones para recuperarnos. Sin embargo, cuestiones como la desorbitada subida del precio de la electricidad y los combustibles, el desabastecimiento producido por nuestra excesiva dependencia de los mercados exteriores, especialmente del chino, y otras cuestiones macroeconómicas pueden retrasar la recuperación más de lo esperado en un principio. Afortunadamente el turismo empieza a recuperarse y los precios agrícolas parecen mantenerse, lo que es muy importante para la provincia ya que son dos sectores primordiales en nuestra economía.

¿Qué cree que es prioritario para la economía cordobesa en estos momentos?

En primer lugar, y teniendo en cuenta que nuestro tejido productivo está conformado en su mayoría por pequeñas y medianas empresas, hay que seguir apoyándolas, pero ese apoyo debe estar vinculado al mantenimiento del empleo y de la actividad, porque ese es el objetivo de las ayudas. Por otro lado, tenemos que exigir una mejora de las inversiones tanto estatales como autonómicas para propiciar el cambio de modelo productivo que llevamos años reclamando.

Hay que ayudar al campo a industrializarse para obtener mayor valor añadido y generar desarrollo y riqueza en torno a nuestros pueblos y apostar por la economía vinculada a las energías verdes, la logística, las nuevas tecnologías, etc., por sectores que generen mayor valor añadido y empleo más estable y de calidad y que aguanten mejor los avatares de la economía, que estamos viendo que van a ser muchos.

¿Qué sectores cree que deben impulsar la recuperación de la economía cordobesa en estos momentos? En el caso de ser empresario, ¿piensa que su sector se verá más rápidamente afectado por la recuperación que otros?

En primer lugar, debemos confiar en los sectores en los que Córdoba es fuerte: La agricultura y el sector servicios, especialmente el turismo, pero creo que será el sector industrial el que realmente tire del carro. Es el sector que mejor ha respondido durante la pandemia y el que tiene una mejor capacidad de autoimpulso. Por eso insistimos tanto en la necesidad de una mayor industrialización del sector agroalimentario y en la apuesta por la generación de energía, que ya estamos viendo que es un problema estructural que hay que solventar con urgencia, especialmente en la zona norte de la provincial, donde los problemas de suministro eléctrico están lastrando su desarrollo.

¿Qué aspectos le preocupan más de cara a los próximos meses?

Son muchos. Me preocupa que las ayudas no lleguen a las personas trabajadoras y que al final se beneficien solo los de siempre. Me preocupa el desmantelamiento de los servicios públicos, fundamentales para la ciudadanía, y que nos quedemos ‘pillados‘ con la base logística del Ejército y se nos olvide todo lo demás. Me preocupa que no hayamos aprendido que solo con el esfuerzo de todos unidos se pueden superar crisis como la que hemos vivido, los problemas de suministro eléctrico de la zona norte de la provincia, que están lastrando su desarrollo, y en materia de empleo, me preocupa la altísima temporalidad que tenemos y la grave situación laboral de las mujeres, las dificultades que estamos teniendo para negociar algunos convenios y la precarización del mercado laboral.