Sara Berga es activista por la protección integral a la infancia contra la violencia sexual y superviviente de violencia durante su adolescencia. Hoy ha contado su historia en la jornada sobre Protección integral a la infancia víctima de violencia sexual. Esta mujer sufrió violencia psicológica por parte de su padrastro durante siete años. Su agresor vivía en su misma casa y pasó "desde los 12 años hasta pasados los 18" ocultando su realidad para ayudar, según pensaba en su momento, a su madre, ya que ambas dependían de este hombre en todo y no estaban pasando por el mejor momento. "Mi madre dejó de trabajar también porque él lo quiso así y sentía que la iba a traicionar si lo contaba", detalla la activista.

"Fue una relación abusiva a través de maltrato psicológico, también con coacción. Cuando me di cuenta de todo lo que estaba pasando me sentí avergonzada y culpable", confiesa. Berga cree que una de las razones por las que se prolongó la agresión, además de por no denunciar, fue porque "no me explicaron que estas cosas suceden, yo no tenía ninguna referencia fuera, la violencia que se ve ocurre en las calles y no en tu propia casa", añade.

"Denuncié y se lo dije a mi madre a los 28 años", cuenta, a pesar de que su madre sospechaba y le preguntó en varias ocasiones. A día de hoy y después de muchos años de terapia psicológica que todavía no ha acabado, Sara ha sacado fuerzas para contar su experiencia y contribuir así a la lucha contra la violencia sexual infantil y juvenil. También en lo profesional, desde su trabajo en la Unidad de Soporte al Alumnado en Situaciones de Violencia, creada recientemente. "A mi esto me ayuda también a sanarme", subraya Berga.