El mar Mediterráneo ha sido durante milenios el centro de las civilizaciones antiguas. Una encrucijada de flujo humano y comercial entre Europa, el Levante turco, África del Norte y el Océano Índico. En este contexto, debido a que las naves turcas se habían lanzado al control del Mediterráneo Occidental, el 7 de octubre de 1571 se desarrolló la mayor contienda naval de la historia moderna: la batalla de Lepanto. En ella los países europeos se unieron, formando la Liga Santa, con más de 400 galeras y casi 200.000 hombres, para demostrar el poder de su marina frente a la otomana.

Estos países, entre los que se encontraba España, Estados Pontificios, Repúblicas de Venecia y Génova, el Ducado de Saboya y la Orden de Malta, bajo el mando de Juan de Austria, se enfrentaron a la armada turca para detener su avance en su intención por controlar las costas españolas e italianas, que se encontraban en una constante situación de amenaza. La victoria de Lepanto, tras doce horas de lucha, supuso el predominio y la hegemonía del imperio español en el mundo durante siglos, así como el freno de la expansión del imperio otomano hacia Europa y el Mediterráneo occidental. Además, también fue significativa para frenar los continuos ataques de los aliados corsarios de los otomanos, obligándoles a dirigir su atención sobre el mar Caspio y Asia. Este año se cumplen 450 años de este episodio histórico, que también pertenece a la historia cordobesa. Pero, ¿qué relación tiene esta batalla con la ciudad de Córdoba?

Brigada X

El ejército español del siglo XVI estaba constituido por los tercios de infantería, cuya eficacia bélica se basaba en la unión de la pica (arma blanca), y el arcabuz (arma de fuego). El tercio, formado por soldados de diversas partes de Europa, aunque mayoritariamente de España, constituía uno de los pilares fundamentales de la monarquía hispánica. La Brigada Guzmán el Bueno X es una unidad del Ejército de Tierra encuadrada en la División Castillejos, cuyas unidades subordinadas se ubican en la base de Cerro Muriano en Córdoba y en el acuartelamiento de Soyeche en Munguía (Vizcaya).

La exposición acerca a la historia de la batalla.

El tercio Lope de Figueroa, del que es heredero el actual Regimiento Córdoba 10, fue donde combatió Miguel de Cervantes, embarcado a bordo de la galera real. La compañía de Cervantes, dirigida por Diego de Urbina, lo hizo principalmente en La Marquesa. La Brigada X está considerada como una de las unidades más modernas, potentes y resolutivas del Ejército, ya que está dotada de medios acorazados y mecanizados con tecnología de última generación, así como de medios autopropulsados, obuses y misiles contracarro y antiaéreos. Además, cuenta con unos sistemas de información y telecomunicaciones que le permiten asegurar el mando y control de las operaciones en cualquier circunstancia.

Miguel de Cervantes

El escritor español también desarrolló una carrera militar como soldado de infantería, grabada en su vida significativamente, ya que durante la batalla de Lepanto le dejaron inútil la mano izquierda tras recibir dos arcabuzazos.

Cervantes se alistó en el tercio de Moncada en el verano de 1570, sirviendo para la compañía de Diego de Urbina; en 1572, una vez sanadas sus heridas de la batalla de Lepanto de 1571, se incorporó al tercio de Lope de Figueroa (actualmente Brigada nº 10 de Córdoba), donde sirvió en la compañía de Ponce de León. Posteriormente, pasó a la compañía del tercio Viejo de Sicilia (hoy tercio Viejo de Sicilia nº 67), hasta obtener su total licencia en el Ejército alcanzando la situación de soldado de infantería aventajado.

Una de las galeras que participaron en la batalla.

Exposición en Córdoba

Lepanto en la retina de la Historia es una exposición en la que la Brigada X recrea la batalla de Lepanto con motivo de los 450 años transcurridos de esta efeméride. La muestra, que se puede visitar hasta el día 5 de noviembre en el oratorio San Felipe Neri, es una oportunidad para acercar la historia a todos los cordobeses.

El coronel jefe del Regimiento de la Brigada X, José María Martínez González, afirma que «la batalla tuvo especial importancia porque representó un objetivo doble: la primera alianza entre países europeos para hacer frente a un enemigo y el fin de la expansión del Imperio Otomano».

Además, respecto al conocimiento en la ciudad de Córdoba sobre este suceso histórico, Martínez González declara que «desgraciadamente, los cordobeses no conocen qué pasó realmente en la batalla de Lepanto. La historia se estudia muy poco, y menos la historia militar. Si fuéramos americanos, de esto habríamos hecho ya dos películas». Por ello, el comisario de la exposición, Alfonso Rojas, invita a todos los cordobeses a visitar este espacio, del que «saldrán conociendo qué ocurrió en la batalla de Lepanto a través de una exposición que no dejará indiferente a nadie».