Un periodista, de nombre además Rafael, ha sido este año el elegido por la Federación de Peñas de Córdoba para pregonar las fiestas del Arcángel y custodio de la ciudad, que cada año se toma el día 24 de octubre, contradiciendo a otras capitales, para celebrar el día de San Rafael.

El pregonero estuvo precedido en la palabra por José Luis Blasco, exsubdirector de Diario CÓRDOBA, quien para abrir boca desveló en su presentación algunos secretos ocultos del protagonista. Según compartió con el respetable, Rafael Romero, director de Diario CÓRDOBA, no tuvo durante años un nexo de unión con las peñas, más allá de la lectura de las crónicas publicadas en el periódico, si bien se imbuyó de ellas de la mano de su actual pareja, la periodista Irina Marzo, hija de uno de los Íntimos de Escalante, lo que al parecer le habría hecho merecedor del título de «yerno de peñista ejemplar». También comentó que su puesto en la rondalla de los Trinitarios le valió para ser «conocedor de todo el repertorio de canciones populares cordobesas» y que estudió periodismo para ser corresponsal de guerra aunque, apasionado más por la vida militar que por el fútbol, pasara más de una década vinculado a la sección de Deportes. 

Repasada vida y obra, Rafael Romero (Córdoba, 1976) inició su discurso, en el que reivindicó la figura del pregonero y la del periodista como portavoces ambos de la realidad que acontece en cada periodo histórico, también en el actual, «en el que somos pregoneros a voz en grito entre el griterío que hoy supone todo el ruido de internet». Peñas incluidas. Y eso que, como bromeó, «nunca hubo una asignatura en ninguna facultad de periodismo llamada información peñística».

De esta forma, Romero empleó el púlpito que le ofreció el custodio para ensalzar la labor de las peñas y recorrer, apoyándose en la hemeroteca, un siglo de historia viva, la que ha protagonizado esta peculiar forma de asociacionismo cordobés, desde los años 20 del siglo pasado hasta nuestros días. 

Romero destacó el carácter patrimonial de las peñas, capaces de «hacer comunidad»

Tras el capítulo de agradecimientos a San Rafael, a los peñistas, al público y al compañero Juan M. Niza, «inestimable amigo y gran conocedor» de la materia, el periodista se remontó al siglo XX para recordar a figuras como Ricardo de Montis y las que podrían denominarse protopeñas, los clubs Las Turbas y Los Mahometanos. Según relató, debió ser aquel un momento digno de enmarcar, ya que entre los coetáneos se encontraban ilustres nombres como Julio Romero de Torres, Ramón del Valle Inclán, Azorín u Ortega y Gasset. «Luego llegaron los años 30, en los que las peñas tuvieron un carácter más social y abierto a la ciudad», recordó, truncado por la Guerra Civil y la disolución de todo tipo de asociacionismo. La raíz de aquellas protopeñas debió ser fuerte porque volvieron a brotar en los 40, contra todo pronóstico («en 1941, ya había peñas, lo que no había era derecho a estar en una», apostilló). Ese mismo año, vería la luz diario CÓRDOBA, que desde entonces seguiría los pasos de este colectivo, siendo partícipes de todas las fiestas y tradiciones populares de Córdoba. 

El pregonero tuvo un recuerdo cariñoso para Leonardo Rodríguez, relator de las peñas en los 90

En su pregón, Romero tuvo un recuerdo cariñoso para Leonardo Rodríguez, que fue concejal y cronista de los avatares peñísticos en los años 90, en los que se vivió «el boom peñístico, gracias en parte a este exconcejal y activista del movimiento ciudadano». En la recta final, el director del diario subrayó el carácter patrimonial de las peñas y su capacidad «para hacer comunidad», así como su vigencia «para mantener el tejido social, las citas populares, la esperanza, el ánimo, la alegría y hasta la economía cordobesa». Ahí es ná. 

El acto estuvo amenizado por el Centro Filarmónico Eduardo Lucena, que interpretó cinco canciones del repertorio popular: 'Abre tu reja', 'Romería de Pedroches', 'Carnaval del 86', 'Elegía de Marinero', de Rafael Alberti y adaptada por ellos, y como colofón el clásico 'A la mujer cordobesa'.

El periodista no cantó ninguna canción popular, pero sí se marcó unos versos dedicados a San Rafael y firmados por García Lorca antes de concluir llamando a «festejar con el corazón y más ganas que nunca» la fiesta del custodio «por lo que supone para Córdoba de gratitud, esperanza y ánimo». Aplíquense.