El regreso de la normalidad y el fin de las restricciones sanitarias impuestas durante la pandemia en Córdoba ha devuelto a ciertas zonas de la ciudad los viejos problemas relacionados con el ocio nocturno, que muchos habían olvidado y que han regresado con más fuerza que nunca. Esa es la impresión que tienen los vecinos que viven en Ciudad Jardín, que consideran que los horarios y aforos ampliados han traído consigo aglomeraciones nocturnas y con ellas todo tipo de molestias, desde ruidos a inseguridad y falta de limpieza. Según relatan, basta dar una vuelta un viernes o un sábado por la mañana por ciertas calles de Ciudad Jardín, como Camino de los Sastres y Alderetes, donde se concentran casi una decena de bares de copas, para escuchar las protestas por los excesos de la noche anterior y el rastro de suciedad que dejan.

En algunos edificios del barrio se pueden ver carteles de videovigilancia junto a las cámaras instaladas por los locales de ocio nocturno y advertencias a los vecinos de que se aseguren siempre de dejar la puerta cerrada. Según una vecina de Camino de los Sastres, cuyo edificio incorporó hace meses ese servicio de vigilancia con cámaras, lo hicieron "para persuadir a quienes se cuelan en el bloque y para sentirnos más seguros y tener pruebas si ocurre algo porque, a partir de cierta hora los fines de semana, las aglomeraciones son constantes y el descontrol es total".

Según María, vecina de la calle Alderetes, "cada fin de semana asistimos a una locura de peleas, gritos y aglomeraciones de jóvenes, muchos de ellos menores de edad, que empiezan a llegar a las siete de la tarde y se van a las cuatro de la mañana". Ella, como otras vecinas de la zona, asegura que pasa miedo si tiene que salir a bajar la basura por la noche o cuando sale temprano por la mañana "porque no sabes lo que te vas a encontrar en el portal, desde gente que se sienta en el escalón y te increpa cuando intentas acceder a tu vivienda a cristales rotos y malos olores porque se cuelan a hacer pis y a vomitar".

"Ciudad Jardín está muy sucia"

A María, que se queja de la falta de limpieza, se suma Inés, otra vecina que insiste en los graves problemas de suciedad del barrio. "Ciudad Jardín está muy sucia, Sadeco viene con la aspiradora, pero limpiar a fondo nada y es un asco -coinciden-. Con la pandemia había menos gente en la calle y era más llevadero, pero ahora hay el doble de bullicio, de suciedad y siguen viniendo lo mismo".

Según Sadeco, consultada al respecto, ya se han recuperado las frecuencias de limpieza anteriores a la pandemia en Ciudad Jardín desde el mes de julio. "Por todas las calles se pasa cada dos días", informan, aunque "lo que está pendiente en esta zona es la reactivación del Plan Integral de Limpieza de Córdoba (Plico), que se suspendió por la pandemia para centrar los recursos de la empresa en la desinfección de centros y calles y se ha reactivado en octubre. Según la previsión, a partir del 1 de noviembre se reforzará la limpieza con ese plan.

Cartel en un portal de un bloque de Ciudad Jardín. MANUEL MURILLO

Felipe, vecino de la calle Alderetes, afirma que a menudo encuentran desperfectos en los coches y mucha suciedad. "En mi portal, el cristal del bloque está roto porque lo han pateado -señala-. La reapertura de los bares de noche ha empeorado la situación, que estaba más calmada por las restricciones de la pandemia y ahora ni siquiera se cumplen los horarios y hay sitios abiertos o con gente dentro y la puerta cerrada hasta las cuatro o las cinco de la mañana".

"Es la policía la que tiene que intervenir"

Los propietarios de los locales consultados culpan de la situación a la Policía, por no actuar de un modo contundente. "Nosotros podemos cuidar de lo que pasa dentro de nuestros establecimientos, pero en la vía pública es la Policía la que tiene que intervenir", señala el dueño de un bar de copas que además es vecino de la zona y está en contacto con la comunidad en la que se encuentra su bar para intentar atajar las molestias que, según su relato, provocan también otros bares que incumplen la norma. "Los vecinos están hartos, pero no todos nos comportamos igual, hay quien deja entrar a menores a sus locales y dejan sacar a la calle bebidas alcohólicas y quienes cumplimos a rajatabla las normas", explica sin querer dar el nombre de su bar por miedo a represalias. "Yo no puedo hacer el trabajo de la Policía, pero esto es un descontrol, hay bares que acumulan denuncias y siguen abiertos, con la música a tope a todas horas, dejando entrar a menores a los que venden alcohol y que luego salen a la calle con los vasos y se mean en los coches, tiran botellas de cristal y todo tipo de desfases".

Uno de esos locales que sale a relucir en las conversaciones de los vecinos porque atrae a multitud de jóvenes cada fin de semana es un pub ubicado en la calle Camino de los Sastres. Según Paola, encargada del local, ellos solo son responsables de lo que pasa de puertas adentro. "Nosotros pedimos el carnet para entrar siempre y aquí se cumplen las normas de seguridad y el uso de la mascarilla", afirma, pese a que en las redes sociales del bar se publican frecuentemente fotografías de jóvenes sin mascarillas. "Eso es porque no son actuales", asegura Paola, que niega que haya recibido quejas de vecinos últimamente y considera que desde que se acabaron las restricciones sanitarias el flujo de gente ha bajado, al contrario de la opinión del resto. Sobre el control policial, dice que "la Policía viene cuando hay peleas gordas de los nenes, pero claro... de lo que pasa fuera podemos ocuparnos hasta cierto punto porque si hay cien chavales y dos porteros. ¿Cómo van a controlar a tanta gente que está en la calle?".

El área de Seguridad y Movilidad del Ayuntamiento, por su parte, asegura que "la presencia policial en esta, como en otras zonas de Córdoba en las que hay mayor concentración de locales de ocio nocturno, es constante y numerosa". En el último mes, se han llevado a cabo numerosas intervenciones, señalan, entre ellas, denuncias por la venta de alcohol a menores; desalojo de un establecimiento en Camino de los Sastres por exceso de aforo, encontrándose dentro 158 personas cuando solo tiene autorizado 70; la denuncia del mismo establecimiento por hacer uso de pista de baile y no informar de la obligatoriedad de la mascarilla; actuación de cuatro patrullas para el desalojo de la misma calle por la gran afluencia de personas al cierre de los locales y nuevo desalojo de por incumplir el aforo permitido en el local".

Sobre las molestias denunciadas por los vecinos, la asociación de hosteleros de Córdoba Hostecor cree que no son achacables a los locales de ocio nocturno en general, aunque no descarta que haya algún establecimiento que incumpla. "Quien no acate las normas tiene que ser sancionado, en esto estamos de acuerdo porque hay que garantizar la convivencia con los vecinos", afirma el presidente Fran de la Torre, que recalca, no obstante, que "los problemas de ruidos y botellones no son algo específico de Córdoba sino que se está reproduciendo en toda España y, en comparación con otras ciudades, lo que ocurre aquí es menos grave". En cualquier caso, recalca que "los bares de copas no venden alcohol a la calle sino todo lo contrario y no se les puede hacer responsables de esas situaciones". Respecto a quienes permiten que sus clientes salgan con las bebidas en vasos de plástico a la calle, llama a los vecinos a denunciar "porque no está permitido y nosotros somos los primeros que queremos hacer frente común y llamar a la responsabilidad".