La fisonomía de los barrios de Córdoba va cambiando con la constante transformación de los bajos comerciales de los edificios en soluciones habitacionales. En este ritmo creciente la capital cuenta ya con 400 viviendas que han sufrido esta transformación de uso dentro de un total de 283 expedientes tramitados desde 2018.

En el 2018 fueron 57 expedientes los que se presentaron en Urbanismo de los que salieron 77 pisos. En el año previo a la pandemia, se concedieron 102 permisos y se construyeron 141 viviendas. Es decir, de un año a otro la cifra se duplicó. Esta tendencia empezó a coger ritmo para seguir creciendo y muestra de ello es que en 2020, a pesar de que fue un año dominado por la crisis sanitaria y económica, se presentaron 78 permisos para 112 viviendas, una cifra que, aunque más baja que la del año anterior, era un 36% más alta que la de 2018. Este año, aunque los datos mostrados son hasta junio, ya que aún queda pendiente de cerrar el segundo semestre, las cifras señalan que se han presentado 46 expedientes para lograr 69 viviendas. Todos los proyectos para los que Urbanismo ha dado licencia suman un presupuesto de ejecución material superior a los 6,8 millones de euros.

Pioneros

En el 2015, Injupisa hizo saltar la espita de la transformación de locales en viviendas y en marzo de ese año estrenó el primer loft, resultante de adaptar un local de 115 metros cuadrados en la calle Pintor García Guijo. Seis años después continúa con este proyecto «social», como así lo denomina la empresa, si bien la propia evolución le ha llevado a hacer «lofts más optimizados pensando mucho en cómo ha de ser la vivienda del mañana», explica su gerente, José Antonio Piedra. En esta nueva era de viviendas a ras de calle, Injupisa está incorporando espacios pensados para acompañantes porque «están muy orientados a personas mayores que se quedan solas pero que no quieren renunciar a esa independencia que les da el hecho de vivir por ellos mismos y no en residencias», es decir, «estamos adaptándonos a lo que pensamos que iba a ser el futuro en función de lo que vemos que está aconteciendo en la sociedad», argumenta. En cuanto a los perfiles de demandantes de este tipo de viviendas, apunta el gerente de Injupisa que una gran mayoría son personas de edad «que buscan evitar las escaleras».

Adaptaciones de locales a viviendas. CÓRDOBA

Tanto es así que incluso tiene casos de personas que viviendo en un edificio con ascensor «han preferido alquilar sus pisos y bajarse a los lofts». Juega un papel importante el hecho de que cada vez las viviendas son «más completas y con mejores acabados». Pero el abanico se va abriendo y son muchas las personas jóvenes y aquellas que vienen destinadas a la ciudad por cuestiones de trabajo que prefieren vivir en un loft. «A día de hoy es una opción atractiva que cubre a todos los segmentos de población», apunta Piedra. Por unos 495 euros mensuales es posible disponer de una de estas viviendas, aunque en el caso de Injupisa actualmente las tiene todas ocupadas.

En la promotora Construcciones J. Rosán S.L., Paqui Roldán, socia del negocio, lo tiene claro, «en los últimos años ha habido un incremento tremendo del cambio de locales a viviendas y el motivo es que el pequeño autónomo, que es el que suele establecerse en locales comerciales de este tipo, cada vez tiene más complicado abrir su empresa». Al no tener esa salida comercial, los locales «se acaban destinando a otro uso más funcional», asegura. Es decir, la proliferación de viviendas procedentes de la transformación de locales deriva de la crisis económica.

Para poder llevar a cabo un proceso de transformación de este tipo, el espacio no solo debe cumplir la normativa de vivienda vigente sino también tener en cuenta la máxima edificabilidad autorizada por el PGOU, «hay que cumplir un mínimo de metros, unos requisitos, el código técnico, la accesibilidad o la seguridad contra incendios, entre otras cuestiones», recuerda. En esta tendencia tampoco se puede perder de vista que los propietarios de algunos de estos locales, si están bien localizados, optan por habilitarlos como viviendas turísticas.

Un nuevo concepto de barrio

Para el presidente de Urbanismo, Salvador Fuentes, este cambio de uso que se da a los locales es «una solución imaginativa que nos ayuda a rellenar huecos de un antiguo urbanismo que está ya un poco en desuso». A su juicio, con esta fórmula se da solución a problemas habitacionales de accesibilidad entre la población mayor, «hay barrios que se están reconvirtiendo de manera inteligente porque adecúan las necesidades de la vecindad a sus espacios». Además, así se evitan «calles eternas llenas de locales vacíos que acaban siendo objeto de vandalismo». Sin que sea un abuso, «es la propia ciudad la que se va adaptando a los nuevos tiempos y demandas». En este sentido, apunta que es el propio comercio el que va cambiando «en respuesta a distintas necesidades que van surgiendo, ahora se tiende más a la compra online». Por su parte, el presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, asegura que ya es una realidad el hecho de que algunos barrios han cambiado su fisonomía «marcados por esta tendencia». Ciudad Jardín o Santa Rosa, dos zonas que eran comercialmente muy fuertes, «se han visto asoladas por ese cierre masivo de comercios y ya se está viendo en ellos ese cambio de configuración». También señala que muchos locales son reconvertidos en alojamientos turísticos, «sobre todo en zonas próximas al casco», por lo que la actividad se ve afectada con este uso y el ir y venir de las pequeñas tiendas es reemplazado por el trasiego de turistas». 

Desde el 2007, y según el INE, la compraventa de locales ha ido cayendo hasta tocar fondo en 2012 y reanimarse a partir de ahí. Este año las transacciones han aumentado un 64% (de 338 a 477) respecto al 2020 y han superado las del 2019.