La Universidad de Córdoba acaba de arrancar un nuevo curso académico bajo los efectos aún de la pandemia pero mucho más relajado, en cuanto a que casi la totalidad del profesorado y más del 80% del alumnado están vacunados. Las normas frente al covid en todas las instalaciones universitarias las está dictando y llevando a cabo el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la UCO, según lo que dictan las autoridades sanitarias en cada momento y de acuerdo con el resto de universidades andaluzas.

En la última reunión de los rectores andaluces con el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Rogelio Velasco, defendieron la máxima presencialidad posible en la docencia para el curso académico 2021/2022, garantizando todas las condiciones de seguridad en los campus. Igualmente, coincidieron en solicitar al Gobierno central actualizar las medidas de prevención frente al covid-19 que fijó el pasado 16 de julio la Comisión de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, junto con el Ministerio de Universidades. Y ello porque tuvieron constancia de que el 70,3% de la población española cuenta ya con pauta completa de vacunación ante el covid‐19 y de que, en Andalucía, la vacunación del arco etario comprendido entre los 18 y los 24 años ha experimentado un avance decisivo, alcanzando ya al 77,6% (una dosis) y al 62,7% (pauta completa) de este segmento poblacional.

Las universidades públicas andaluzas y la Consejería competente en materia de Universidades entienden que «el significativo cambio apreciado en las condiciones de vacunación de la población hace imprescindible esta revisión de las medidas establecidas en el mes de julio, con el objeto de que en las aulas universitarias pueda alcanzarse una presencialidad completa, manteniendo cuantas otras medidas de prevención y control sean necesarias».

La vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Córdoba, Carmen Balbuena, reconoce que en la UCO «queremos ser muy precavidos pero no más severos» y, aunque las medidas se han relajado, «eso no significa no estar atentos y vigilantes para que se cumplan las normas». Por ello, la presencialidad o no sigue dependiendo de los aforos, aunque se ha pasado del 30% al 50%, con 1,2 metros de distancia de seguridad. Esto quiere decir que en aulas con 30 alumnos y capacidad para 80, entran todos presencialmente, pero facultades como Derecho, Filosofía y Letras, Ciencias de la Educación o Medicina, con grupos muy numerosos, tienen que organizarse de forma rotatoria o con clases síncronas aún.

Por otro lado, en la reunión de trabajo, la Junta de Andalucía ofreció a los rectores la posibilidad de implantar puntos de vacunación en aquellas universidades que lo soliciten, con el fin de que los estudiantes que por cualquier razón no han podido vacunarse lo hagan y «poder lograr así una mayor cobertura y protección de la comunidad universitaria».

Medidas básicas

Las medidas básicas de prevención establecidas por los ministerios de Sanidad y Universidades y revisadas por la Consejería de Salud y Familias para su aplicación en los centros universitarios son, en su mayoría, las mismas que las adoptadas el pasado curso. En ellas se fija, con carácter general, la obligatoriedad del uso de mascarilla en interiores y en los exteriores, cuando no se pueda garantizar la distancia mínima interpersonal, que se mantiene en 1,5 metros con carácter general, aunque con la posibilidad de reducirla a 1,2 metros en el interior de las aulas.

Esta guía de recomendaciones se compone de cuatro áreas de actuación atendiendo a todas esas premisas. Un primer bloque está relacionado con la limitación de contactos, con el fin de reducir el riesgo de transmisión del virus. Entre las medidas señaladas en este capítulo, destaca la posibilidad de mantener la distancia interpersonal de 1,2 metros dentro del aula. También se propone evitar aglomeraciones mediante la regulación de los accesos y el establecimiento de horarios escalonados y señalizaciones. Asimismo, se recomienda que las reuniones de coordinación y otras actividades no docentes se celebren de forma telemática.

Prevención personal

El segundo apartado está dedicado a las medidas de prevención personal, entre las que figuran la higiene de manos de forma frecuente y el uso de la mascarilla en todos los espacios del centro, incluidos los abiertos, cuando no se pueda mantener la distancia mínima.

El tercer bloque se centra en la limpieza y ventilación del centro y enfatiza en aspectos como la importancia de la ventilación, preferentemente natural; en el establecimiento de un protocolo de limpieza y desinfección en función de la intensidad de uso de las dependencias; o en la disposición de papeleras para la eliminación de residuos de uso personal (pañuelos, mascarillas, etcétera). Igualmente, se prevé que el ejercicio físico se desarrolle en el exterior y, en el caso de que se realice en interiores, se propone el uso adecuado de mascarilla, el aumento de la distancia y la intensificación de la ventilación.

Una cuarta área de actuación aborda la gestión de casos positivos o sospechosos de covid-19. En este caso, no podrán acceder al centro educativo aquellas personas con síntomas compatibles con la enfermedad, ni aquellas a las que se les haya diagnosticado y no hayan finalizado el periodo de aislamiento requerido. De igual modo, cuando un miembro de la comunidad universitaria sea diagnosticado de covid-19 deberá informar al responsable covid-19 del centro universitario para que se realice el estudio de contactos. Para facilitar este estudio se recomienda disponer del listado de las personas que se ubiquen en cada espacio y en cada horario.

Al margen de ello, esta guía de medidas plantea que cada centro deberá disponer de un plan de contingencia y, al menos, de una persona responsable para los aspectos relacionados con covid-19, que será interlocutora con los servicios sanitarios. También presta atención a la creación de un equipo covid-19, con el objetivo de facilitar el cumplimiento de estos principios básicos.