Las últimas cifras actualizadas por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), correspondientes al año pasado, apuntan que en la provincia de Córdoba hay 285.974 animales de compañía identificados. La mayoría son perros, hasta 272.064, una cifra que se sitúa muy por encima de la segunda, la de los gatos, que suman 11.456. Este dato ha ido al alza desde que se tienen cifras. Entre los años 2011 (primer año de la serie histórica) y 2020, las mascotas identificadas se han incrementado más de un 12%.

La concienciación sobre el bienestar animal también ha ido al alza, como lo ha hecho el número de protectoras que pretende dar a los animales la mejor vida posible. Sin embargo, todas estas subidas siempre han estado acompañadas de un enemigo común: el abandono. A diferencia de lo que pueda pensarse, y a pesar de ese incremento de la concienciación, el abandono de mascotas, sobre todo de perros, no ha parado e incluso este año parece que ha subido.

Natalia, Ana, Alberto y Cristina, de Guau Guau, con varios perros. MANUEL MURILLO

Lo apunta Natalia Jorrín, una de las cabezas visibles de Guau Guau Adopta, una protectora cordobesa que no tiene refugio. Su método, rescatar perros y buscarles una casa de acogida hasta que encuentren un hogar definitivo. El verano, confirma Natalia, siempre ha sido una época de renuncia. Ocurre con familias que no saben qué hacer con su perro porque se van de vacaciones, o estudiantes que regresan a sus casas. Natalia es psicóloga, es decir, que no vive de la protectora, reside en un piso de 45 metros y ahora mismo convive con sus tres perros, otros tres más de acogida y un gato. Si se quiere, se puede.

Javier Luna, de Galgos del Sur, junto a varios perros. MANUEL MURILLO

Pero además del verano, en este incremento de los abandonos también ha tenido mucho que ver el coronavirus. Durante el confinamiento hubo mucha demanda, confirma Natalia, que apunta que después la gente se cansó o se dejó llevar por los bulos que aseguraban que las mascotas podrían contagiar el covid.

Cristina, la compañera de Natalia en Guau Guau Adopta, tiene una parcela donde puede haber, perfectamente, 20 perros. La gente, incluso, los tira por encima de la verja de la casa. La labor de buscarles hogar es complicada, teniendo en cuenta que mientras cuidan de ellos tienen que asumir los gastos que generan (se financian con donaciones o sorteos, o con su propio dinero). Encontrar un hogar es especialmente complicado para algunas razas, como los podencos o los perros que se emplean en la caza, al igual que los que están ya mayores.

Lo confirma Javier Luna, de Galgos del Sur, protectora con sede en Córdoba que rescata sobre todo a canes procedentes de rehalas, como bretones, podencos, galgos o bodegueros. Javier calcula que los abandonos han podido subir un 40% en los últimos meses, mientras las adopciones lo habrán hecho entre un 10% y un 15%. En Galgos del Sur, además, siempre llegan perros abandonados cuando acaba la temporada de caza y también muchos procedentes de lo que Javier entiende es una «cría masiva». «Podemos estar en niveles de abandono del 2019», advierte, y apunta que esta protectora suele ser especialmente recelosa a la hora de buscar a familias que adopten, de ahí que no tengan ninguna devolución.

Voluntarios de Galgos del Sur sacan a varios perros de Sadeco. CÓRDOBA

Ahora mismo tienen un centenar de perros en su refugio, que está en Villafranca. Javier explica que en España siempre se suelen elegir cachorros o perros «bonitos», algo que no ocurre en otros países europeos. Galgos del Sur ha enviado perros a Alemania, Suiza u Holanda, donde «no hay un canon». Tampoco hay abandonos, la esterilización es obligatoria y la cría está prohibida, que es «el problema que tenemos aquí, la cría». Por eso adoptan perros de España, porque allí no hay.

Galgos del Sur y Guau Guau Adopta son solo dos ejemplos de protectoras que intentan dar una vida mejor a los animales y lo hacen casi sin recursos.