Reportero gráfico experto en conflictos bélicos, el fotoperiodista cordobés Gervasio Sánchez conoce de primera mano lo que está aconteciendo estos días en Afganistán, donde ha trabajado durante años para intentar transmitir la evolución del país en las últimas dos décadas. Sánchez se muestra muy crítico con el rol que han desempeñado los países europeos y Estados Unidos durante este tiempo y, con un poso de pesimismo, asegura que, tras los atentados del pasado jueves, el país vive hoy «el peor de los escenarios posibles».

Tras los atentados del pasado jueves por parte de Estado Islámico. ¿En qué escenario se encuentra Afganistán? ¿Teme una respuesta de EEUU?

Estados Unidos atacó Afganistán en el 2001 para vengar los atentados de las torres gemelas, y se marcha del país en el momento en el que Estado Islámico se presenta en sociedad atacando un aeropuerto y matando a doce soldados estadounidenses. Afganistán vive hoy el peor de los escenarios posibles. La salida de los norteamericanos y de las potencias occidentales de Kabul ha sido un repliegue bochornoso, dantesco, muy mal organizado y que, evidentemente, está dando alas a los que quieren destrozar aún más Afganistán.

Usted que conoce el terreno, ¿esperaba que se diera una situación como la que se vive en este país?

Desde hace más de una década se sabe que los talibanes tenían cada vez más fuerza militar, que controlaban gobiernos en la sombra, a los que la población tenía que obedecer, y se veía claramente que las fuerzas de seguridad afganas estaban siendo preparadas de una manera muy poco profesional, y a eso hay que unir los batallones fantasmas, unidades militares que no existían. La caída del país en manos de los talibanes era un grito conocido por todo el mundo desde hace mucho tiempo, lo que ha sorprendido, incluso a mí, ha sido la rapidez. Pero está clarísimo que el ejército afgano no ha combatido y se ha disuelto como un azucarillo en un café.

¿Se ha hecho algo bien en Afganistán?

Cuando los talibanes fueron expulsados del poder, el listón estaba por los suelos. La situación en cuanto a derechos humanos era cero, el país llevaba 17 años en guerras, una década de combates contra los soviéticos, cuatro años de lucha entre los señores de la guerra, que destruyeron el país de una forma brutal, y cinco bajo los talibanes. Cualquier iniciativa que se tomase en esos momentos, como, por ejemplo, abrir los colegios a las niñas, era mucho mejor que lo anterior, sobre todo, en cuanto a la situación de las mujeres, aunque no ha sido la panacea. Se las ha respetado en el ámbito público, en el trabajo, en la universidad, pero en no en el privado, sobre todo en las provincias. Cuando Afganistán se convierte en un protectorado internacional, mejoraron algo las cosas, pero durante estos 20 años se ha sido permisivo hasta niveles vergonzosos con la corrupción generalizada, y se ha permitido que los señores de la guerra se enriqueciesen y aprovisionasen de armas y soldados y se hicieran cada vez más poderosos. EEUU y sus aliados, incluido España, han sido permisivos con la entronización de los señores de la guerra.

Como bien dice, preocupa mucho la situación de la mujeres ¿Cabe esperar que todo vuelva atrás con niñas sin escuela, casadas a los 12 años y sin poder salir solas a la calle?

Las mujeres se casan a los 12 años desde siempre, incluidos estos 20 años. El 57% de las mujeres afganas se casan antes de cumplir los 16 años. Yo he entrevistado a niñas casadas con 12 o 13 años durante la presencia de las tropas internacionales. No nos equivoquemos, el matrimonio forzoso siempre ha sido obligatorio en Afganistán, el error es creer que esto no ocurría. Yo hice un trabajo durante seis años sobre la situación de la mujer en ese país junto a la periodista Mónica Bernabé, que es la que más sabe de esto. Nos encontramos historias escandalosas. No es que vaya a pasar, es que ya está pasando.

¿Qué cree que hará ahora la comunidad internacional?

Lo que hizo desde los años 1996 al 2001, nada. Nada con mayúsculas. Durante el quinquenio talibán, la única vez que EEUU y las potencias occidentales movieron un dedo fue cuando los talibanes dinamitaron en abril del 2001 los Budas de Bamiyán, que eran Patrimonio de la Humanidad. Fue más importante lo que ocurrió con esas estatuas que la situación de la mujer bajo el totalitarismo talibán.

¿Cuál es el futuro de la población civil? ¿Cree que habrá éxodo?

No sé lo que pasará, pero espero que los talibanes sean mínimamente inteligentes para no provocar el éxodo de la población afgana, porque significaría un caos importante en la región, además del aislamiento de los talibanes, que necesitan la ayuda internacional para sobrevivir. No pueden hacer ahora lo que les de la gana como hicieron en ese quinquenio, en estos momentos hay un mayor foco de atención y están las redes sociales. Aplicarán, por supuesto, con dureza la ley islámica y su ideología, pero quizá no sean tan brutales como lo fueron en los noventa y acepten tres cosas fundamentales: que la mujer siga trabajando, que puedan seguir en las universidades y que no persigan a las minorías, especialmente a los chiítas, que son millones.

¿Cómo valora la gestión española en la evacuación de refugiados?

La evacuación de trabajadores vinculados al ejército y a la misión española se tenía que haber empezado a hacer con seriedad en el septiembre del 2013, cuando los soldados españoles abandonaron Afganistán. Yo mismo, estando en Kabul entonces, denuncié que el Ministerio de Defensa español abandonaba a su suerte a los traductores, que estaban a las puertas de la embajada española pidiendo asilo político. En ese momento ya había amenazas contra algunos de ellos y los ministerios de Defensa y Asuntos Exteriores del Gobierno de Mariano Rajoy abandonaron a su suerte a estas personas. Después, gracias a la presión de Mónica Bernabé y la mía misma, se consiguió que se interesaran por algunos de ellos, que fueron repatriados. Esta misión se ha tenido que hacer desde hace mucho tiempo, pero ahora todo se ha desbordado. El avance talibán ha sido como un tsunami que en apenas diez días ha descabalgado a un supuesto ejército de 300.000 soldados afganos armados hasta los dientes gracias a la comunidad internacional y ha obligado al Estado español a hacer una misión de urgencia y a toda velocidad. Esta operación de rescate ha estado bien hecha, no hay nada que discutir, pero, hay que recordar que también lo han hecho otras potencias europeas y EEUU, pero, debido a la rapidez, con muchas dificultades para las personas que necesitaban salir del país. En el mismo lugar donde ocurrieron los atentados el pasado jueves, un día antes estaban algunas personas que yo conozco y podrían haber muerto si el atentado hubiera se hubiera adelantado 24 horas.

¿Cree que dentro de un par de meses dejaremos de hablar de Afganistán y nos olvidaremos de esa población sometida?

¿En un par de meses? Me temo que eso va a suceder mucho antes. En cuanto los estadounidenses abandonen Afganistán y no pueden entrar periodistas, el abandono va a ser rápido. De hecho, con todos mis respetos, la cobertura informativa durante los últimos 20 años ha sido muy deficiente por parte de la inmensa mayoría de la prensa española.