Comenzó hace poco más de un mes. Hoy, decenas de paquetes personalizados y cientos de medicamentos se distribuyen por las calles de hasta siete provincias de Cuba y llegan a las manos de quienes más los necesiten. Proceden de Córdoba y de otras provincias españolas. Incluso desde Bélgica ha llegado material. Desde que el pasado 13 de julio, aprovechando una concentración por la situación de su país, la comunidad cubana en la capital cordobesa hiciera un llamamiento a la donación de medicinas para sus compatriotas, cordobeses de toda la provincia se han volcado con la causa. «El paracetamol que donó hace unas semanas algún cordobés ya está en las manos de los cubanos», asegura Agustín Pi Martínez, quien desde la ciudad dirige el proyecto Medicinas a Cuba.

«Hemos avanzado mucho», constata. Prueba de ello es la abundante cantidad de medicamentos y material sanitario que han conseguido reunir en tan solo un mes. En Córdoba, tres bares cubanos dispusieron desde el primer momento valijas para el depósito voluntario. Y ahí siguen en el Qué bolá! de la calle Pastores, en El Mojito de la calle Rodríguez Martín y en El Cocal de la Plaza de Aladreros, abiertos a seguir tendiendo puentes entre ambos países. Mientras esperan a que otros locales comerciales se unan a la iniciativa, fomentan el apoyo con carteles informativos y a través de las redes sociales. Pi Martínez recuerda que también hay un teléfono (621025481) habilitado para más información. Mediante una red de colaboradores, una parte de la comunidad cubana ha establecido un engranaje que va desde los coordinadores provinciales, afincados en diferentes puntos de España, hasta los receptores que, una vez en la isla, hacen posible que las medicinas lleguen al pueblo.

Varios médicos cubanos en Córdoba clasifican el material recibido. Analgésicos, antihistamínicos, vitaminas, pomadas, antibióticos, antivirales, cardiotónicos, gasas y una infinidad más de enseres se dividen y documentan para, posteriormente, ser enviados como equipaje de los propios colaboradores. De momento, se han realizado un par de envíos. El próximo domingo tienen previsto hacer dos más de buen tamaño, con dos maletas de 20 kilogramos, gracias a una trabajadora del Hospital Provincial, originaria de la ciudad de Matanzas.

Una vez allí, los encargados de distribuirlos proceden a dividirlos y entregarlos a quienes los necesiten en función de sus necesidades. Con el apoyo ya conseguido y una red de colaboración en pleno funcionamiento, el objetivo, como explica Pi Martínez, pasa por aumentar la capacidad tanto para enviar medicinas como para distribuirlas, ya que, por el momento, se valen de vuelos regulares y llegan a siete de las 14 provincias cubanas. Por eso, el propio responsable del proyecto se ha puesto en contacto con instituciones de su país para conseguir ese apoyo adicional por el bien de todo el pueblo cubano.

La iniciativa, surgida por el «desabastecimiento» de material sanitario en la isla, no tiene colores políticos. Agustín Pi Martínez insiste en la importancia de tener en cuenta que esta mano se tiende a toda Cuba y que, cuando los medicamentos están allí, llegan a todo el que pida ayuda. El responsable del proyecto considera que, en este aspecto, hay que dejar a un lado la política para hablar de lo que es, como ya adelantó hace más de un mes, «una crisis humanitaria». Y, en ese sentido, espera poder conseguir un apoyo diplomático que, unido a la colaboración de las personas, hagan posible que Medicinas a Cuba siga creciendo.

En nombre de su país, el coordinador agradece toda la ayuda de los cordobeses, así como del resto de españoles, haciendo también una mención especial a localidades como Baena y Fuente Obejuna. Y asegura que el nombre de Córdoba ya suena al otro lado del océano, desde donde han recibido mensajes de agradecimiento. Porque, en los rincones de Cuba, resuena el eco de la solidaridad de toda una provincia.