El 19 de enero de este año entró en vigor la octava ley educativa de la democracia, la Ley Orgánica de Educación -Lomloe- también conocida como Ley Celaá por el apellido de la exministra de Educación que la impulsó. A muy grandes rasgos, la nueva norma empodera la escuela pública, modifica el Bachillerato y convierte la repetición de curso en algo excepcional. Aunque ya entró en vigor, muchos de sus artículos no se podrán aplicar hasta el curso 2021-2022.

Para los docentes, cansados de tanto vaivén normativo, puede parecer de mayor interés «llegar a un acuerdo global en educación y no cambiar cada curso escolar o cada legislatura los modelos instaurados que ni siquiera alcanzan a arrancar y desarrollarse». Así lo ve José Carlos López, director del IES Sácilis, en Pedro Abad. Habituado a las clases, entiende que la medida con la que «de manera excepcional» se permite promocionar de curso aún cuando el alumno tenga una asignatura pendiente obedece a que «un título de la ESO te habilita para la vida, te otorga competencias que están por encima de los contenidos propios de cada materia. El hecho de obtener un título con más o menos suspensos no lo veo tan relevante como el hecho de cambiar las metodologías de raíz y buscar en el alumnado lo que realmente le prepare para la vida y le motive a esforzarse y aprender».

En esta misma línea Carlos Arrabal, director del IES Santa Rosa de Lima, en la capital, apunta que «el sistema es demasiado rígido y empeñado en la superación de materias». La repetición de curso es algo que, a su juicio, tiene una parte buena en cuanto afianzamiento de conocimientos pero también «puede llevar a la desmotivación del alumno, contribuyendo más al fracaso que al éxito».

Respecto a la cuestión de la supresión de itinerarios en la ESO, argumenta que atender con distintas alternativas al alumnado «es siempre positivo», incluso si se accede a ellos de manera temprana. Con la Ley Celaá se modifica y adaptar el currículo desde tercero de la ESO para los alumnos que no estén en condiciones de promocionar, de forma que todos obtengan la misma titulación. La cuestión es, a juicio de Arrabal, que estos itinerarios no cierren puertas en el futuro y se planteen de manera «flexible». La experiencia en su centro le dice que «adelantar la opción del Programa de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento -PMAR- a 2º de la ESO ha sido beneficioso, por lo que la vuelta al sistema anterior de diversificación a 3º y 4º no me convence».

Otra de las medidas más reseñables es la supresión de las reválidas al final de 6º de primaria y 4º de la ESO que serán sustituidas por pruebas de diagnóstico. Según el propio texto de la ley, se convertirán en «evaluaciones muestrales y plurianuales» que se publicarán de forma interna y permitirán conocer el estado del sistema educativo y favorecer la rendición de cuentas por parte de los centros para «mejorar las políticas públicas». De esta forma, se prohíbe utilizar los resultados de las evaluaciones de los alumnos para establecer una clasificación de centros, los conocidos como rankings. Este punto al director del IES Sácilis le parece bien, en tanto que «las reválidas tratan de estandarizar los conocimientos y competencias de alumnado procedente de infinidad de situaciones y contextos diferentes, imposible de comparar entre sí» argumento con el que también coincide el director del IES Santa Rosa de Lima.

Antonio Bueno es el presidente del Ampa Hernán Ruiz. En su opnión, a nivel curricular, que la religión no contabilice como nota ni esté reflejada «ya es un avance». No obstante, «se va a ofertar pero no va a computar». En cuanto a la supresión de reválidas, itinerarios, obtener una única titulación al finalizar la ESO, la participación de toda la comunidad educativa en los centros o que se potencie el carácter educativo de la etapa Infantil son aspectos «muy positivos». Por contra, no le ve el lado bueno «a obtener el título de Bachillerato con una asignatura suspensa». El resto de cambios enfocados a formar en hábitos de salud, el sentido crítico en positivo o el enfoque de género como algo general, «son sin duda bienvenidos».

Modernizar el sistema educativo

Modernizar el sistema educativo

La última ley educativa aprobada persigue cuatro objetivos principales: modernizar el sistema educativo; recuperar la equidad y la capacidad inclusiva del sistema; mejorar los resultados y aumentar el éxito escolar y estabilizar el sistema educativo como pilar básico de las políticas de conocimiento. Con estos preceptos, la Lomloe pretende encarar una serie de desafíos del sistema educativo, a saber, mejorar el nivel competencial de todo el alumnado compensando las desventajas de origen; recuperar la equidad perdida durante los años de crisis; reducir el abandono educativo temprano y facilitar el retorno al sistema educativo; modernizar la profesión docente para liderar la innovación curricular y didáctica; flexibilizar la educación secundaria con una atención más personalizada para el éxito escolar y aumentar las vocaciones STEM (científicas) especialmente entre las niñas.

Así, los principales cambios para Educación Primaria serían: autonomía de los centros para flexibilizar las áreas, metodologías, espacios y tiempos;

se recupera la organización de la etapa en tres ciclos; se incorpora el área de Educación en valores éticos y cívicos en el tercer ciclo; adopción de medidas preventivas y limitadoras para reducir las repeticiones y se potencian los informes a la familia, entre otros.

En Educación Secundaria Obligatoria se eliminan los itinerarios, la jerarquía entre materias y las reválidas; se refuerza el acompañamiento para una transición exitosa entre la Educación Primaria y la ESO y centros, dentro de su autonomía, podrán agrupar materias por ámbitos interdisciplinares.

Para Bachillerato se eliminan las reválidas y se recupera la Prueba de Acceso a la Universidad anterior a la modificación de la Ley de Educación hecha en 2013; se estructura el Bachillerato por modalidades; se facilita el acceso del alumnado de Enseñanzas de Régimen Espacial y excepcionalmente se puede obtener el título de Bachillerato si el equipo docente considera que se han alcanzado los objetivos vinculados a ese título.