La provincia de Córdoba ha registrado un total de 16 ahogamientos desde el 2015, según los datos facilitados por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (Rfess). Con dos muertes acaecidas durante estos meses estivales del 2021, Córdoba sigue engrosando la lista de incidentes mortales en el agua.

Este año, los dos trágicos sucesos han tenido lugar en diferentes espacios. El primero, en un lugar de baño conocido en la ciudad, el Lago Azul, donde un joven de 21 años perdió la vida el pasado 18 de julio mientras disfrutaba de un baño con su grupo de amigos. La desaparición del chico movilizó a la Policía Nacional, a los bomberos y a la Guardia Civil, que finalmente confirmaron los peores augurios. El 30 de julio, un hombre de 70 años fue hallado en una piscina particular, en un chalet ubicado en la barriada cordobesa de El Higuerón, cuando un trabajador entró durante la mañana y se percató del cuerpo en el agua.

La mayoría de las muertes por ahogamiento en la provincia tiene como víctimas a hombres. Según los datos de la Federación de Salvamento y Socorrismo, el 81,25%, es decir, 13 de los 16 fallecidos, eran varones. Desde el 2015, tres mujeres han perdido la vida en el agua. En cuanto a las características de las víctimas, la estadística muestra que existe un mayor riesgo para las personas mayores, puesto que el 62,5% superaba los 65 años de edad. En concreto, cuatro de los fallecidos, incluido el hombre de 70 años que perdió la vida el pasado 30 de julio, tenían entre 65 y 74 años. Una mayor parte de los afectados (6) superaba la franja de los 75 años, sumando así un total de 10 muertes en mayores a causa de un ahogamiento en un entorno acuático durante los últimos seis años, según los mismos datos de la federación española.

El resto de las víctimas tenía una edad inferior a los 25 años, por lo que entre los 26 y los 64 años no se ha registrado ningún ahogamiento en los últimos años. Dos de los 16 fallecidos se encontraban en la franja de los 18 a los 25 años, como es el caso del joven de 21 años que perdió la vida el 18 de julio en el Lago Azul. Otras dos víctimas tenían entre 11 y 17 años. Y, por último, las otras dos muertes fueron de niños. Uno de ellos tenía menos de tres años. El otro, entre cuatro y seis.

Las piscinas, en el foco

La mayor parte de las muertes por ahogamiento acaecidas en la provincia de Córdoba en los últimos años han tenido lugar en piscinas, lo que hace que estos espacios se sitúan en el foco de atención a la hora de intentar prevenir dichos sucesos. En concreto, siete de los 16 incidentes mortales ocurrieron en estos espacios, lo que supone un 43,75%. Otra buena parte ha tenido lugar en balsas o pozas (4). En lo que se refiere a ríos, los ahogamientos ascienden a tres. Con menor frecuencia estos sucesos han tenido como escenario algún parque acuático (1) o pantano (1). Por último, cabe mencionar que la capital reúne el mayor número de siniestros (7), mientras que el resto (5) han ocurrido en la provincia.

Los cuatro pilares básicos de la prevención en el medio acuático

La prevención personal resulta fundamental para evitar consecuencias fatales en el medio acuático. Como explica Francisco Cano, portavoz de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (Rfess) y director de Prevención y Seguridad, esta se asienta sobre cuatro pilares fundamentales. En primer lugar es imprescindible conocer el entorno en el que uno se baña y evitar hacerlo en lugares desconocidos. De esa imprudencia, como advierte Cano, surgen una buena parte de los problemas. Otro factor fundamental es no nadar nunca solo. Y, aunque hacerlo acompañado no exime de riesgo, la presencia de otras personas puede resultar clave para dar la alerta ante una situación de auxilio. También adquiere importancia la vigilancia, especialmente de menores y mayores, que son los principales grupos de riesgo. Esta debe ser activa, como precisa el responsable, y no basarse en observar la actividad desde la lejanía. El último consejo, y no por ello menos importante, es bañarse en lugares controlados por socorristas, porque, ante situaciones de auxilio, como explica Cano, lo primero y lo mejor es avisar a profesionales o a las autoridades en vez de intervenir, algo que podría resultar fatal finalmente para ambas partes.