Isaac Túnez, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba, investigador principal del Imibic y exvicerrector de la UCO, lleva dos años y medio ejerciendo como secretario general de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Consejería de Salud. En este periodo ha tenido que afrontar la crisis de la listeria en el 2019 y desde el pasado año la pandemia del coronavirus.

¿Qué balance hace de su faceta como secretario general de Investigación en Salud?

Soy médico de formación. Me he forjado en la investigación biomédica, he ejercido como vicerrector en la Universidad de Córdoba, he desarrollado y coordinado un grupo de investigación en neurociencias y terapias de vanguardia. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, me propuso este reto y, aunque han pasado ya dos años y medio, sigo entusiasmado como un niño por trabajar en mejorar la investigación en salud. Cuando creíamos haber aprendido mucho de la crisis de la listeria, nos sobrevino en febrero del pasado año la pandemia del covid-19. El grupo humano y profesional que apoya al consejero está haciendo una labor extraordinaria, sustentada en grupos de expertos que aportan argumentos para la toma de decisiones. Decisiones muy difíciles de tomar y muy fácil de enjuiciar.

¿Cuándo empezará a funcionar el nuevo Instituto de Salud de Andalucía?

Al instituto, que integrará la Escuela de Salud Pública, la Fundación Progreso y Salud y el departamento de I+D+i de la Consejería de Salud, le queda aún un largo recorrido para ponerse en marcha.

¿Grupos de investigación existentes en Andalucía están contribuyendo a mejorar la atención a la pandemia del covid?

En la lucha contra el covid hemos contado desde el primer momento con apoyo de todos los investigadores del sistema sanitario público de Andalucía. Sin abandonar la faceta clínica, nos hemos involucrado en muchos proyectos destinados a analizar y a estudiar el virus SARS-CoV-2 y la covid-19, que es la enfermedad. Desde la secretaría que coordino fuimos los primeros en poner un presupuesto para trabajar, de forma humilde pero entusiasta, para trabajar en proyectos covid-19. Andalucía ha sido de las tres regiones españolas que más recursos ha captado para investigar, secuenciar el virus, medicina personalizada, tratamientos, con una actividad extraordinaria y con el ánimo de aportar mucho.

¿Puede concretar algo más sobre esos trabajos?

Desde la secretaría general se han creado dos grupos de trabajo y un comité técnico de expertos. Un grupo, el de prospectiva, está coordinado por el doctor Javier Padillo. Analiza la evolución de la pandemia, aporta datos sobre la incidencia acumulada y evalúa cómo se prevé que va a evolucionar la enfermedad para poder proponer medidas. Por su parte, el grupo de medicina personalizada, coordinado por el doctor Manuel Romero, se dedica a secuenciar el virus y está muy relacionado con salud pública, con las características genéticas a ser más susceptible a padecer la enfermedad o a responder mejor o peor a un tratamiento. Y el comité de expertos para el estudio de suplemento e intervención nutricional frente a este virus, que coordina el doctor José López Miranda, aporta sugerencias a la Dirección General de Asistencia Clínica y a la Subdirección de Farmacia, como fueron los informes sobre la importancia de la vitamina D frente al covid, que se ha administrado en los centros sociosanitarios. Este comité también ha planteado tratamientos de nutrición asistida en pacientes de edad avanzada para evitar carencias que pudieran favorecer la afectación por la pandemia.

¿Cuántos ensayos clínicos ha impulsado el sistema sanitario andaluz frente a la pandemia?

En nuestro tiempo de gobierno hemos incrementado aproximadamente un 28% el número de ensayos clínicos relacionados con la medicina de precisión en distintas materias (oncología, enfermedades neurodegenerativas, entre otras patologías), no solo con el covid. Con fecha 14 de julio, en Andalucía contamos con más de 600 investigaciones, 659  proyectos de investigación sobre covid. Un 22% aborda la investigación en terapias y tratamientos; un 15%, sobre epidemiología; un 17%, sobre caracterización del covid; un 12% son estudios que analizan el impacto socioeconómico y de los servicios sanitarios; un 9% son trabajos relacionados con inteligencia artificial; un 6%, sobre diagnóstico; un 7%, acerca de la caracterización del virus; un 4% realizan estudios de vacunas y el 8% restante recoge una miscelánea de temas.

¿La Consejería de Salud está promoviendo iniciativas público-privadas para incrementar la investigación sanitaria?

Sí. Uno de los grandes apartados en esta línea es la alianza con Roche para que oncólogos de los hospitales Virgen del Rocío de Sevilla, del Regional y Virgen de la Victoria de Málaga y Reina Sofía de Córdoba e investigadores del Imibic de Córdoba, Ibis de Sevilla e Ibima de Málaga trabajen junto a esta farmacéutica en la búsqueda de métodos de diagnóstico y tratamiento personalizados en cáncer de mama, pulmón, colorrectal y páncreas. Por otro lado, la Secretaría de Investigación ha conseguido duplicar el capital de recursos que se pone a disposición de los investigadores a través de convocatorias público-privadas. Estos proyectos deben venir apoyados con una financiación al 50% de la empresa privada y el 50% restante con inversión pública. En los ensayos clínicos es donde más se refleja la colaboración público-privada, porque el laboratorio se beneficia de los resultados y a nuestro sistema sanitario público le permite suministrar tratamientos de vanguardia. Para ensayos clínicos hemos venido captando unos 25 millones de euros al año y ahora hemos incrementado esa cifra en un 20%. En los últimos dos años y medio se ha captado un promedio de 100 millones de euros de fondos de I+D+I en el sistema sanitario de Andalucía.

¿Se ha implantado alguna medida para evitar la fuga de investigadores fuera de Andalucía?

Hemos dedicado casi 20 millones de euros a este área, un 50% para contratos postdoctorales y también se sacaron unas ayudas a la investigación, que llevan implícitas que parte de la ayuda es para la contratación de investigadores predoctorales. Por otro lado, entre otras iniciativas, hemos desarrollado un convenio para el programa María Castellano, que busca facilitar el acceso a la carrera docente e investigadora de jóvenes profesionales que ejercen en el sistema sanitario público andaluz,

¿En qué fase se encuentra el proyecto anunciado hace un año para que Córdoba acoja un centro pionero en el abordaje del cáncer, impulsado por Mevion?

Este proyecto se dio a conocer en julio de 2020 y surgió por el impulso de la UCO, que tenía estudios en ese ámbito. La Universidad de Córdoba entró en contacto con esta empresa y decidieron que querían establecer este centro en Rabanales 21, en Córdoba, en base a la labor de la UCO. Por su parte, la Universidad solicitó que se considerara el proyecto como estratégico para agilizar la concesión de permisos. Permisos que son muchos, tanto para su creación como para su puesta en marcha. Si finalmente se desarrolla, y es para lo que se está trabajando, pues se dotará a Andalucía de un centro de protonterapia (terapia de protones para destruir células tumorales), que será el tercero de España.

¿Algún proyecto pionero más?

La Universidad de Córdoba trabaja en la implantación de un centro que vigile la zoonosis y otras enfermedades emergentes, porque la pandemia nos ha demostrado que se necesitan centros especializados en este ámbito.