En todas las farmacias de Córdoba existen una amplia gama de productos que se pueden adquirir sin receta y que prometen mejorar la calidad del sueño a base de valeriana, lúpulo, pasiflora, melisa, espino blanco y complementos de melatonina, que son los más habituales. La mayoría de estos productos no están recomendados para menores de 12 años.

Según la farmacéutica cordobesa Beatriz Montes, antes de comprar un fármaco o un complemento para mejorar el sueño conviene hacer un estudio individualizado de cada usuario. «Cuando hablamos de los adolescentes, lo más habitual es que tengan problemas en el momento de conciliar el sueño, ante lo cual lo recomendable es empezar por modificar el estilo de vida para garantizar una correcta higiene del sueño», señala.

El tratamiento debe ser progresivo y basado en cuatro fases: «Lo primero es mantener unos hábitos saludables, luego podemos pasar a una terapia cognitivo-conductual poniendo en práctica, por ejemplo, técnicas de relajación o mindfullness; el siguiente paso sería el uso de medicamentos o complementos alimenticios a partir de plantas medicinales y, si tampoco funcionan, recurrir al médico para pasar a un tratamiento farmacológico». Es clave entender, indica Beatriz Montes, que «estos tratamientos deben emplearse durante periodos de tiempo cortos y prescindir de ellos en cuanto sea posible». Además, es importante ingerirlos al menos dos horas antes de irse a la cama para que hagan su efecto. «Hay que descartar que el insomnio sea derivado de otra enfermedad (apnea del sueño, por ejemplo) o si hay otros tratamientos farmacológicos que puedan estar interfiriendo». Los suplementos de melatonina se emplean en aquellos casos en los que la persona tiene dificultad para conciliar el sueño y puede tener un efecto más prolongado a lo largo de la noche en función de la calidad del fármaco y del mayor o menor contenido de los principios activos.

En cuanto a posibles contraindicaciones, la farmacéutica indica que en general no suelen producir efectos secundarios aunque hay incompatibilidades como el uso de valeriana en los pacientes con problemas hepáticos o las embarazadas.

Superados los meses más duros de la pandemia, en los que la ansiedad y la incertidumbre recrudecieron los problemas de insomnio y aumentaron la demanda de productos para dormir mejor, Bidafarma ha detectado un descenso significativo. De enero a junio del 2021 se ha consumido un 50% menos de estos productos que en el primer semestre del 2020.