Retirar una de las cuatro celosías del muro norte de la Mezquita-Catedral, obra de Rafael de la Hoz Arderius, era objetivo del Cabildo Catedral y de la Agrupación de Cofradías desde varios años antes de que, finalmente, se llevara a cabo. El objetivo de la retirada tenía que ver con un mejor tránsito de los pasos de Semana Santa, que solo podían usar la Puerta de las Palmas tanto de entrada como de salida. En el 2011 se presenta el primer proyecto para tal fin, pero no obtiene el respaldo de la Comisión de Patrimonio de la Junta.

Tendrán que pasar cuatro años para que, finalmente, la Junta, con Rosa Aguilar al frente de Cultura, autorice la retirada de la ya conocida como segunda puerta. El proyecto se eleva al Icomos, organismo encargado de estos asuntos dentro de la Unesco, para su consulta, y en septiembre del 2016 avala la propuesta afirmando que no tendrá un impacto negativo sobre el monumento, sino todo lo contrario, entendiendo que el uso religioso había permitido durante siglos la conservación del templo. Pocos meses después, en abril del 2017, el Cabildo retira la celosía.

Sin embargo, la familia de De la Hoz, especialmente su hijo, Rafael de la Hoz Castanys, decidió usar la vía judicial para denunciar la eliminación de la puerta, colocada en los años 70 del siglo pasado. Tendrán que pasar dos años desde la retirada para el primer pronunciamiento judicial.

El Contencioso-Administrativo número 4 de Córdoba anula el permiso alegando que la Junta estaba actuando contra sus propias leyes de patrimonio y, entre otras cosas, afirmaba que se debían respetar todos los elementos de la Mezquita-Catedral independientemente de la época en la que fueron construidas.

La Junta y la Agrupación de Cofradías deciden entonces recurrir ante el TSJA, que desestima los recursos aportando explicaciones similares a las del Contencioso-Administrativo.

Tras esto, los recurrentes se fueron al Tribunal Supremo, que tampoco ha admitido los recursos de casación interpuestos.