Las tradicionales novenas a la Virgen del Carmen llegan a su fin. Nueve días de intensa devoción a la Madre del Carmelo que culminaron este viernes, festividad de la Virgen del Carmen, con diversos actos en torno a las dos imágenes marianas que en la ciudad comparten la advocación: la de San Cayetano y la de Puerta Nueva.

Las dos imágenes tenían que haber recorrido las calles de la ciudad, una por el barrio de Santa Marina y la otra por la Magdalena, pero la pandemia de nuevo ha impedido que la Virgen del Carmen se pasee por las calles. No obstante, ha permanecido intacto el calor popular en torno a estas imágenes, un calor que ha comenzado a sentirse a las 12 de la noche del día 16, cuando ambas imágenes fueron felicitadas por sus respectivas hermandades entre cantos, oraciones y ofrendas florales.

Ya en el día grande, a las 8 de la mañana, las campanas de la iglesia de San Cayetano anunciaban que el templo estaba ya abierto y la Virgen con todas sus galas dispuesta a recibir a sus fieles. Se contaron por cientos los devotos que han subido la popular cuesta para rezarle a la Virgen y, seguro, para pedirle por el cese de la pandemia y que pronto la Emperatriz cordobesa, como la llaman su gente, pueda estar en la calle derramando su gracia y su dulzura bajo su palio blanco, ese inmenso velero de amor que cada año se alza cono un oasis de frescor en la tórrida tarde de julio.

Una mujer deja flores a la Virgen del Carmen de San Cayetano. CHENCHO MARTÍNEZ

En el crucero de San Cayetano, convertido en un vergel de flores blancas, sobresalía la belleza de esta Virgen perfectamente ataviada y exornada con todas esas joyas fruto de la devoción de siglos.

Alrededor de la Virgen se han celebrado varias misas poniendo el punto final a la jornada la fiesta de regla de su Archicofradía.

La devoción también se ha palpado en Puerta Nueva, donde la Virgen del Carmen ha estado expuesta a la veneración de los fieles. La imagen permaneció en el presbiterio de la iglesia del Carmen escoltada en esta ocasión con diversas jarras de rosas en color blanco.

Ya por la noche la hermandad celebró la fiesta de regla. De esa manera, y con motivo del covid, se cerraba un nuevo año sin la presencia de la Virgen del Carmen en las calles de la ciudad.