Cuba vuelve a la primera plana informativa tras las protestas por la nefasta situación económica del país. «Hace muchos años que se vive al filo de la navaja, incluso antes de la pandemia», asegura Guillermo Nova, corresponsal en La Habana desde hace diez años y que trabaja para la agencia de noticias alemana DPA. Nova ha impartido este miércoles 14 de julio, en Córdoba la conferencia La Habana, política y urbanismo de un país. El coloquio, junto con la exposición Arte de ida y vuelta: de Córdoba a La Habana, echa el cierre al ciclo de actividades de la Fundación Cajasol y la editorial Eutopía. La muestra puede visitarse hasta el 24 de julio en la sede de la fundación.

Realizada por el diseñador gráfico Rikardo, la exhibición reúne 40 láminas de collage digital en las que se comparan los paisajes urbanos, monumentos y estampas sociales de ambas ciudades. «Cuando vas a La Habana, te das cuenta que es muy similar a Córdoba, puedes confundir su paisaje urbano, y en la exposición esto se demuestra», asegura el artista. Nova y Rikardo se conocieron en La Habana Vieja, donde entablaron amistad.

Tras una década en el país, Nova lo conoce a la perfección y asegura que «se ha juntado la tormenta perfecta» que ha desembocado en reivindicaciones por todo el país. Para él, estas protestas tienen varios puntos a destacar, «por primera vez el Gobierno ha perdido la calle, que es lo que de verdad le preocupa». Además, esta vez el origen no está en la capital, sino en Palma Soriano, uno de los bastiones de la revolución. El periodista cree que Cuba tiene un problema territorial serio, «La Habana actúa como un agujero que lo absorbe todo y hace que el resto de zonas estén muy desatendidas». afirma.

Para analizar la situación actual, hay que comprender que el régimen «lleva muchos años sobreviviendo con lo justo» y «en los últimos años ha recibido golpes económicos importantes», señala. «El bloqueo de EEUU con Trump se endureció, Venezuela redujo sus acuerdos comerciales debido a su delicada situación y Brasil, tras la elección de Bolsonaro, dejó de recibir médicos cubanos», que representaban un importante ingreso para el país caribeño. La pandemia ha terminado por tumbar esta precaria estructura y el país recientemente tuvo que abrir sus puertas al turismo para que entraran remesas. «El covid - continúa- que se había mantenido a raya, comenzó a esparcirse con la llegada de extranjeros» añadiendo así a la crisis económica una sanitaria.

Decía Fidel Castro, parafraseando a los jesuitas, que, en una fortaleza sitiada cualquier acto de disidencia es traición. El actual gobierno de Díaz-Canel parece seguir esta consigna y, de momento, ha tachado a los manifestantes de «manipuladores». «Su problema es que no es Fidel (Castro)», de hecho, para Nova «las protestas van más contra Díaz-Canel que contra el régimen».

Periodista y diseñador coinciden en que la revolución está muy instaurada en la ciudadanía, con lo que descartan un cambio de régimen y ponen en valor «la capacidad de resistencia de los cubanos». Un pueblo acostumbrado a pelear, y que comienza a romper consensos en una revolución aún por hacer.