El fiscal jefe, Fernando Sobrón (Córdoba, 1963), otea Córdoba desde la Ciudad de la Justicia literal y metafóricamente. En realidad, su trabajo va de la vida y es la vida misma de la ciudad. «Al final, estamos aquí: para que los ciudadanos estén atendidos lo mejor posible. Todos: el detenido, la víctima, el testigo...», reflexiona. Casado y con dos hijos que no han seguido la tradición familiar, Sobrón disfruta enseñando los enigmas del Código Penal a sus alumnos de Loyola. Tras su paso por el Consejo Fiscal, estrena nuevo reto: ordenar y mejorar el trabajo de los 32 fiscales que tiene a su cargo. 

-Tomó posesión en enero con una puesta de escena pandémica: ceremonia telemática y desde su domicilio. ¿Los juzgados han vuelto ya a la actividad al 100% o siguen a medio gas por el covid? 

-Se está trabajando casi al completo con las restricciones propias de la pandemia, que no son específicas de los juzgados. Hubo una primera fase del 2020, en la que aún no era fiscal jefe, en la que hubo una paralización completa de la Ciudad de la Justicia, pero se mantuvieron las actividades esenciales. A partir del mes de junio se fue reactivando la actividad paulatinamente. Todavía quedan algunas cuestiones, atrasos que se están tratando de recuperar, que han afectado a algunos órdenes judiciales más que a otros. En todo caso, la pandemia puso de manifiesto algo que todos reclamamos: la justicia necesita medios personales y técnicos que son absolutamente necesarios para enfrentarnos a los problemas.

-La justicia tiene pendientes dos retos titánicos: su digitalización y su reforma, ¿cuándo verán los ciudadanos esos avances? 

-Sí, en mi campo, entre los retos concretos está la informatización. En concreto, en relación a la Fiscalía estamos un paso atrás, no está integrada de una forma absoluta en el sistema judicial. Son cuestiones técnicas, pero no tenemos por ejemplo comunicaciones lexnet y el objetivo del papel cero en penal todavía no existe.

-Vamos que siguen en el siglo XIX. 

-En el siglo XIX no, porque se han hecho avances, pero sí atrasados porque no ha habido ese trasvase de datos que permita que el expediente sea completamente digital. Eso en penal todavía no se ha conseguido. Se están estableciendo programas pilotos y espero que en un tiempo prudencial se produzca esa digitalización.

-Un tema de actualidad: la jueza de Mallorca decretó la vuelta de los jóvenes alojados en el hotel que sean negativos. ¿Qué ha fallado en el macrobrote?  

-Fallar no ha fallado nada desde el punto de vista jurídico. He recibido todas las resoluciones de todos los juzgados --aquí en Córdoba no se ha producido ninguna-- y están muy motivadas. En cada caso concreto han adoptado las decisiones que han estimado más oportunas. En todo caso, no puedo evaluar algo que no he llevado yo, pero fallar no ha fallado nada, lo que ha sucedido --estoy hablando exclusivamente desde un punto de vista jurídico-- es que las autoridades sanitarias del Gobierno balear han adoptado una serie de medidas, los ciudadanos han recurrido o no, se ha informado al fiscal y ha resuelto la jueza. El procedimiento normal. Sería una imprudencia hablar de ese asunto porque desconozco los detalles de cada caso. Debemos estar completamente atentos, eso sí, porque lo que ha ocurrido en Mallorca puede ocurrir aquí.

Fernando Sobrón, fiscal jefe de Córdoba, en un momento de la entrevista. A.J. GONZÁLEZ

-¿Y qué opina como ciudadano?

-Como ciudadano tenga opiniones sobre todo, pero la entrevista es en calidad de fiscal jefe. Lo que sí creo es que debemos respetar las normas que nos dan las autoridades, que el sentido común tiene que ir por delante de cualquier actividad y que debemos saber que el virus está conviviendo con nosotros. Hasta que no estemos vacunados todos, tenemos que tener la máxima precaución posible.

-¿La memoria de la Fiscalía del 2020 refleja la anomalía de un año pandémico? ¿En qué aspectos?  

-Sí la refleja, evidentemente. No podemos dar los datos concretos, ya que la memoria se suele presentar en septiembre al inicio del año judicial, pero podemos anticipar que hay datos donde la pandemia ha tenido repercusión. Ha habido una reducción de infracciones penales, como apuntan ya las estadísticas policiales, pero no de todos los delitos. En violencia sobre la mujer, por ejemplo, no ha habido un descenso, tampoco un ascenso significativo.

Ha habido una reducción de infracciones penales, como apuntan ya las estadísticas policiales, pero no de todos los delitos. En violencia sobre la mujer, por ejemplo, no ha habido un descenso, tampoco un ascenso significativo.

-Al inicio de la campaña de vacunación, llegaron a la Fiscalía la petición de varias familias pidiendo que no se vacunara a sus mayores; también se investigó la situación de las residencias y habrá habido demandas laborales relacionadas con la pandemia ¿han sido casos aislados o un conjunto significativo los ‘casos covid’? 

-Ha habido casos, pero vamos a diferenciar. En las discrepancias que han existido en familias de personas que no tienen capacidad suficiente para decidir si ponerse o no la vacuna, la Fiscalía ha intervenido de forma individual y en la mayoría de los casos se informó diciendo que había que poner esas vacunas. En la jurisdicción social, nuestra intervención es menor, aunque conocemos sus problemas que se han agravado con la pandemia. Se ha creado un nuevo juzgado de lo Social, que ha liberado en algo, pero sigue siendo insuficiente. Pero todo esto venía de antes, la pandemia solo ha agravado esa situación.

-¿Qué le han pedido los 32 (28 en Córdoba y 4 en Lucena) fiscales que están a su cargo y qué ha podido darles ya?  

-Todos están de acuerdo en pedir más medios, porque tenemos muchos retos por delante. La legislación cada vez nos atribuye más funciones y existe una inquietud por parte de mis compañeros que es hacerlas bien. Cada día aparecemos más en los medios de comunicación por la gran cantidad de funciones que tenemos. Esa aparición viene como consecuencia del cambio que se ha ido produciendo en la carrera fiscal a través de la especialización, de que existan fiscales especialistas en materia de tanta trascendencia social como menores, violencia sobre la mujer, delito contra la ordenación del territorio, discapacidad, drogas, delitos económicos, corrupción… No se imagina la cantidad de correos que recibimos de ciudadanos contándonos problemas en los que a lo mejor no podemos intervenir y exceden de nuestras competencias o responsabilidades. Lo queremos hacer todo pero somos 32 fiscales y hay 11 partidos judiciales más Córdoba y 15 especialidades.

-Se comprometió a impulsar las sesiones especializadas, ¿cómo? 

-Me gustaría que esos fiscales pudiesen trabajar de una forma más intensa en esas materias. Salvo uno de ellos, el resto tiene su trabajo normal de asistencia a juicio o despacho de causas, además de la especialización. 

-Usted mismo ha pedido una cosa lógica: que la ampliación de los juzgados lleve aparejada más plazas de fiscales, ¿le harán caso?  

-Necesariamente tiene que haber una ampliación de la Fiscalía. Aquí hay días que verdaderamente tenemos problemas para cubrir todos los servicios.

-¿Qué papel tendrá el fiscal en la nueva ley de enjuiciamiento criminal? 

-Eso daría casi para una entrevista exclusiva.

-Estamos de tiempo fatal, los periodistas estamos casi, casi como los fiscales de liados.  

-Te voy a dar una opinión sobre el sistema procesal en general, que entiendo que tiene que actualizarse y dar la investigación a los fiscales, que no la instrucción, porque esto no significa que los jueces desaparezcan de la instrucción de los procesos penales, si no que la investigación de los delitos ahora la van a realizar los fiscales adaptándose al modelo de la mayoría de países.

Los jueces de instrucción están haciendo una magnífica labor y están preparados técnicamente al mismo nivel que pudieran estar los fiscales. Se trata de que la estructura más ágil, la de la Fiscalía, podría producir una agilización en la investigación.

-Para entendernos: los fiscales van a hacer a partir de ahora lo que vemos en las películas. 

-Bueno, lo que pasa es que el modelo anglosajón es un poco diferente... Los jueces de instrucción están haciendo una magnífica labor y están preparados técnicamente al mismo nivel que pudieran estar los fiscales. Se trata de que la estructura más ágil, la de la Fiscalía, podría producir una agilización en la investigación. Además el fiscal es el que tiene que preparar al final el material para llevarlo a juicio. Desde esa perspectiva es desde la que pienso que el Ministerio Fiscal debería asumir esa labor, pero siempre que tengamos los medios adecuados para ello. Creo que es una opinión mayoritaria, aunque no unánime. Eso en cuanto a la estructura. En cuanto al cambio de la ley es ya una cuestión supertécnica. La Fiscalía General nos instó a los fiscales a hacer propuestas, eso se está estudiando por los vocales del Consejo Fiscal.

El fiscal jefe de Córdoba, en su despacho en la Ciudad de la Justicia. A.J. GONZÁLEZ

-El Supremo ha anulado el protocolo para el traslado de detenidos a los juzgados en Córdoba, ¿qué opinión le merece? ¿Cómo se articulará a partir de ahora las entregas de detenidos?  

-Respeto y acatamiento; lo que dice el Supremo hay que asumirlo. Con el protocolo nunca se pretendió prolongar la estancia del detenido, lo que se buscaba era organizar los traslados conforme a los medios materiales que tenemos. Ahora tendremos que ver cómo podemos organizarnos entre todos y que sea más fluido el traslado conforme a los medios de Policía, Colegio de Abogados, etcétera. Tendremos que estar en una misma línea para darle solución al ciudadano y mejorar la calidad de asistencia al detenido. Al final es para lo que estamos aquí: para que los ciudadanos estén atendidos lo mejor posible. Todos: el detenido, la víctima, el testigo…

-Del Ayuntamiento de Córdoba tienen varias causas pendientes. ¿Cree que se va a solventar pronto el problema de la OPE 2020?  

-Esperemos, yo estoy muy encima, aunque fundamentalmente lo lleva el fiscal de discapacidad, que también ha pedido que se convoque el Consejo Local de Discapacidad. El Ayuntamiento ha presentado un escrito con una propuesta para que las demás partes informemos. Estamos a la espera de que el problema puede tener solución en el sentido en que la buscamos todas las instituciones. La integración de las personas con discapacidad es un derecho por el que todos debemos luchar y creo que todas las instituciones están por ahí, otra cosa es la interpretación jurídica que haga cada una. Si todos estamos en la misma línea, esperamos que tenga una buena solución, pero no puedo decir que esté ya, si no se lo diría. 

Estamos a la espera de que el problema puede tener solución. La integración de las personas con discapacidad es un derecho por el que todos debemos luchar y creo que todas las instituciones están por ahí.

-También les han remitido dos grupos de la oposición y el propio gobierno, aconsejado por la asesoría jurídica, los contratos de la Delegación de Infraestructuras por posibles irregularidades. ¿Qué medidas va a adoptar la Fiscalía? ¿Cree que hay indicios racionales que permitan la apertura de una investigación penal? 

-La Fiscalía ya ha iniciado la apertura de una investigación. Estamos estudiándolas. Se van a pedir una serie de diligencias y se ha puesto a trabajar en ello la fiscal delegada de asuntos económicos, que se encarga de la tramitación y de la investigación. Ahora mismo no hemos adoptado ninguna decisión, es un informe muy voluminosa el informe que nos ha presentado ahora el Ayuntamiento y probablemente pidamos alguna información más.

-He leído en una entrevista que nunca ha sentido «la injerencia política», pero en casos muy mediáticos, ¿cómo hace un fiscal para mantenerse al margen de la opinión publicada?, ¿deja de leer y de escuchar la radio? 

-Esa no es la injerencia política.

-No crea, la injerencia hay que leerla a veces entre líneas, puede venir por muchos cauces, no solo levantando el teléfono. 

-Yo lo que digo es que a mi en 30 años de carrera jamás me ha llamado nadie para indicarme nada de lo que tenga que hacer.

-Me han dicho que es un lector voraz de prensa. ¿Papel o digital? 

-A mi me gusta leer y ahora mismo es mi obligación, sobre todo leer prensa local, porque tengo que saber lo que pasa en la ciudad. Y tengo que leer prensa nacional, porque tienes que ver todas las perspectivas. La prensa local es para mí esencial. La leo en papel, sobre todo los artículos, pero cuando llego a casa leo la prensa digital. Antes de irme a dormir le echo un vistazo, aunque a veces me voy con preocupación a la cama, y cuando me levanto veo los titulares. Muchas veces os enteráis de las cosas antes que nosotros, aunque os podáis sorprender.

-¿Cómo va la implantación de la Oficina Fiscal, prevista para finales de año, y que mejoras conllevará? 

-Va muy avanzada, ya han salido las plazas singularizadas. Lo que se intenta es crear una estructura dentro del personal administrativo que ahora mismo no existe. La oficina pretende establecer puestos con responsabilidad y una retribución en la que varios funcionarios asuman funciones organizativas. Esa estructura funcionará de una forma autónoma, sin prejuicio de que el fiscal jefe tenga la capacidad de organización de la Fiscalía para ordenar desde los servicios hasta los turnos de vacaciones. Con eso al fiscal se le permite dedicarse más a las cuestiones técnicas de aplicación del derecho y menos, a las más burocráticas.

-Además de por tradición familiar (su padre fue el fiscal Valentín Sobrón), ¿por qué se hizo fiscal y qué es lo que más le gusta?  

-Como en todo la tradición familiar influye, aunque relativamente porque nadie de mi familia se ha dedicado al Derecho. Yo veía cómo trabajaba mi padre, su ilusión y una vez que acabé Derecho —siempre me quise dedicar a una rama jurídica— quería hacer unas oposiciones. Empecé a preparar las de judicatura y la de fiscalía, de hecho saqué las dos y me incliné por la carrera fiscal porque creo que instar la aplicación del derecho es una tarea muy bonita. También te permite, sin cambiar de destino o especialidad, hacer muchas cosas diferentes. Estoy realmente satisfecho de haber hecho esa elección.

-De su trayectoria, ¿cuál es el caso que más le ha marcado?  

-Ha habido muchísimos, pero en una de las épocas en que me sentí más satisfecho fue la época que pasé por Menores. Conocí de una forma muy cercana los problemas de muchas personas, el del menor y el de todo su entorno. También la cooperación judicial internacional me ha permitido conocer cómo se funciona en todos los países de nuestro entorno, y puedo decir que en España estamos a muy buen nivel.

-Se lo habrán preguntado en muchas ocasiones, pero qué ocurre cuando un fiscal tiene que aplicar una ley en la que no cree.  

-La ley es la ley. Lo único que podemos es decirlo a través de las memorias que hacemos las fiscalías si efectivamente entendemos que algunas consecuencias de la aplicación de la ley pudiera dar lugar a resultados que no son los previstos. Pero nosotros tenemos que aplicar la ley, esa es la máxima del Estado de Derecho, es un principio de seguridad jurídica para todos. Ahí es donde tenemos que estar y es nuestra esencia.

Nosotros tenemos que aplicar la ley, esa es la máxima del Estado de Derecho, es un principio de seguridad jurídica para todos. Ahí es donde tenemos que estar y es nuestra esencia.

-Entiendo que el trabajo le dará quebraderos de cabeza, pero ¿también conflictos morales o éticos?  

-No diría tanto conflictos morales como internos, de tener la seguridad de que la decisión que estás tomando es la adecuada. En muchas ocasiones tienes dudas, no sabes. ¿Me habré equivocado? ¿No habré interpretado bien esto? Claro, que tenemos dudas, cómo no las vamos a tener y muchas veces tenemos que tomar decisiones casi sobre la marcha. Es complicado y nos vamos con preocupaciones a la casa. Hay una frase que me gusta mucho decir: tengo que pensar siempre, con limitación porque sino no haríamos bien nuestro trabajo, que el asunto que estás resolviendo que puede ser de una importancia menor para nosotros, para la persona que está ahí puede ser el asunto de su vida. Entonces tienes que tener la sensibilidad para saber que estamos valorando conductas humanas que para esos ciudadanos ese asunto puede tener más transcendencia. No nos puede atosigar eso, pero tampoco se nos puede olvidar. Nuestro trabajo está para solucionar los conflictos de los ciudadanos de la mejor forma que sabemos con aplicación de la ley y con la interpretación de las pruebas.