Diario CÓRDOBA ha querido celebrar el 40 aniversario del Festival Internacional de la Guitarra, la cita más importante de la agenda cultural de la ciudad, con la publicación de un libro conmemorativo que ha sido presentado en el Teatro Góngora durante un acto al que acudieron autoridades y representantes de todas las instituciones, encabezados por el alcalde de Córdoba, José María Bellido, además de un gran abanico de artistas locales, entre ellos el impulsor del festival hace cuatro décadas, Paco Peña. 

Durante el acto, conducido por el redactor jefe de Diario CÓRDOBA, Rafael Aranda, el guitarrista rememoró vivencias y recuerdos de los orígenes de este encuentro con las seis cuerdas junto a la bailaora Inmaculada Aguilar, una de las primeras participantes en este evento. Pero Peña no solo ha habló de pasado, también puso una mirada en el futuro de esta cita lanzando una original idea: vincular el Festival de la Guitarra a la lucha contra el cambio climático, algo que uniría la música con un aspecto social importante en la actualidad. Al respecto, Aguilar coincidió en esta reflexión, añadiendo también la necesidad de implicar a toda la ciudadanía en este evento. Ambas iniciativas fueron recogidas por el alcalde, que agradeció la labor de Diario CÓRDOBA no solo con este programa dedicado a la guitarra, sino con todos los que se celebran en la ciudad.

El acto, que se vio restringido en aforo debido al nivel de alerta 3 que sufría ayer Córdoba, comenzó con la intervención del director del periódico, Rafael Romero, que mostró su «emoción» al pisar las tablas del Góngora, entre otros motivos, «porque desde aquí puedo sentir lo que muchos de vosotros, grandes artistas y creadores, habéis echado en falta durante estos largos meses de pandemia». En cuanto a la publicación, Romero señaló que «pone en valor una cita imprescindible y patrimonio mundial de la música y la guitarra», felicitando al equipo de profesionales que lo han hecho, además de agradecer a Paco Peña y a Inmaculada Aguilar «su magisterio», lo que extendió a todos y cada uno de los cientos de artistas «que habéis pasado por el Festival de la Guitarra», muchos de ellos presentes en el Teatro Góngora, como los guitarristas José Antonio Rodríguez y Javier Riba. Por último, el director de CÓRDOBA también mostró su agradecimiento a los patrocinadores de esta publicación, ya que sin su ayuda «no podríamos parir libros tan necesarios para el recuerdo».  

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CÓRDOBA celebra el 40 aniversario del Festival de la Guitarra con un libro A.J.González

Para no olvidar

Durante el desarrollo del acto, los presentes fueron instados a echar la vista atrás por el presentador, que aseguró que «todos los que nos encontramos aquí tenemos una historia asociada con algún capítulo del Festival de la Guitarra y algún concierto que no olvidaremos nunca». No hizo falta ningún esfuerzo para ello porque un vídeo proyectado durante la presentación de Córdoba es guitarra evocó algunas de las actuaciones de esta cita a lo largo de sus cuatro décadas, como las de BB King, Mark Knopfler, Carlos Santana, Vicente Amigo, Pat Metheny y Paco de Lucía, entre otras muchas. Y también gracias a un vídeo los espectadores pudieron hacerse una idea de lo que reúne este volumen, que podrán adquirir hoy los lectores en los kioscos con la compra de Diario CÓRDOBA y que abarca la historia del festival, el programa formativo, los carteles de estas cuatro décadas, además de los de la presente edición, el álbum del evento en imágenes y entrevistas con Paco Peña, Vicente Amigo y José Antonio Rodríguez, todo ello bajo la coordinación del jefe de sección de este periódico Francisco Expósito.

Por su parte, Bellido hizo memoria al recordar la importancia de este festival, «uno de los emblemas de la cultura de la Córdoba del presente», pero también subrayó que «toca mirar al futuro». El alcalde destacó que esta cita «se ha convertido a lo largo de las últimas cuatro décadas en la caja de resonancia de la ciudad a través de las más diversas propuestas sonoras», recordando, una vez más, la idea del maestro Paco Peña y que ha hecho suya no solo el Ayuntamiento, sino el conjunto de la ciudad, «con un objetivo claro: hacer de Córdoba cuna de la guitarra». 

Público asistente a la presentación. A.J. GONZÁLEZ

Así, el primer edil recordó a algunas de los artistas que han pasado por la cita, «figuras que configuran el patrimonio sonoro de nuestro festival», que aglutina «guitarra, baile y voz, pureza y vanguardia, ortodoxia y fusión, mestizaje de estilos», lo que configura «la esencia de nuestro festival». También se refirió el alcalde al programa formativo del festival, «cuna de talento y formación que nos hace proyectarnos en el mundo». Por último, Bellido habló de las «noches de verano ligadas a la mejor música, veladas mágicas que llenaron de música los jardines del Alcázar, el Patio de los Naranjos y Caballerizas Reales», asegurando que, con la ayuda de todos, hay que «trabajar para lograr cada año un mejor Festival de la Guitarra de Córdoba. Es el reto y el objetivo para que sigamos sumando décadas de éxito».

Oferta diversa

Para la delegada municipal de Cultura, Marián Aguilar, «parte de la esencia de Córdoba quedó atrapada en el toque de una guitarra», recordando que «hasta el reloj de Las Tendillas nos advierte del paso del tiempo a ritmo de soleá». La delegada hizo hincapié en que «en tiempos donde todo es efímero, el Festival de la Guitarra se ha consolidado. Se ha hecho imprescindible y es referencia de música de calidad», además de apostar por el mestizaje. «Suena a tradición y apela a la vanguardia», continuó la concejala, que resaltó que «si es importante el programa de esta cita es por su oferta diversa, su apuesta por reunir nombres que reivindican la guitarra desde las más diversas concepciones». Por último, Aguilar subrayó que este evento debe mirar al futuro «con ambición», con lo que también se mostró de acuerdo Bellido al despedir el acto, que supuso un punto y seguido para el evento más importante de Córdoba. 

Paco Peña, durante su conversación con la bailaora Inmaculada Aguilar. A.J. GONZÁLEZ

Recuerdos de los comienzos de un sueño

Dos de los testigos de los orígenes del Festival de la Guitarra, Paco Peña, su impulsor, y la bailaora Inmaculada Aguilar, una de las primeras maestras, mantuvieron durante el acto un coloquio en el que a ambos se les agolparon los recuerdos. «Todo aquello se vivió con mucha intensidad, éramos muy jóvenes y fue una experiencia que me marcó como maestra y como bailaora», señaló Aguilar, que agradeció a Peña la confianza depositada en ella ante un proyecto que «ni siquiera él sabía como acabaría». Y es que todo empezó en el patio de la Posada del Potro, donde Peña se empeñó en llevar a cabo el «sueño» de dar su lugar al flamenco en Córdoba. «Decidí hacer algo porque no había nada similar en toda España y traje a gente de fuera que me conocía y quería adentrarse en el flamenco», señaló Peña, que comenzó con cursos con la pretensión de que el proyecto se convirtiera en un festival. Cante, baile y guitarra comenzaron a darse cita en este emblemático recinto de la plaza del Potro con la intención de «seguir avanzando», destacó Peña, que rememoró que «los cursos se dieron por gentileza del Ayuntamiento, y allí reunía a amigos como Sabicas, al que tuve el gran honor de traer a Córdoba, lo que en ese tiempo era algo insospechado».

Y así fue creciendo el proyecto de Peña. «La guitarra es el instrumento más universal, más popular del mundo, ha abarcado todas las culturas y me encanta rozarme con ellas», continuó Peña, que, sobre todo, quería hacer crecer este festival lo más rápidamente posible, hasta que el Ayuntamiento «se dio cuenta de que era algo importante para la ciudad».  

Por su parte, Aguilar reconoció que no pensaba que este proyecto acabaría encontrando otros compañeros de viaje en el jazz, el rock o el blues, aunque «ya Paco contaba con eso» porque «el flamenco es una música de fusión desde su origen». «La mayoría de los participantes era extranjeros», recordó la bailaora, que compartió «diferentes culturas» en aquel patio. «Sabíamos cuando empezaba la clase, pero nunca cuando acababa, lo que tampoco importaba», prosiguió Aguilar, que recordó aquellas precarias instalaciones en las que se sentían «muy felices». Pero la bailaora quiso hacer una reivindicación: «Echo en falta en el festival que el baile se comparta más con la guitarra». Y si hay algo que le hubiera gustado a Peña es que ese ambiente de la Posada del Potro hubiera seguido vivo a lo largo de los años del festival y que la ciudad lo interiorice.