Diecisiete trabajadores del Centro Andaluz de Alzheimer decidieron encerrarse con los residentes para protegerles de un virus desconocido y que hacía estragos en las residencias. Cuatro de ellos permanecieron sin salir 41 días y no hubo contagios.

¿Qué es el Centro Andaluz de Alzheimer?

El Centro Andaluz de Alzheimer, de titularidad municipal, es un centro gestionado por el Patronato Municipal de la Vivienda y Servicios Alcavise. Situado en el municipio de Alcaracejos, es uno de los principales centros psicogeriátricos de Andalucía. Abrió sus puertas en julio del 2002 y, tras varios años de andadura, en enero del 2009 amplió sus instalaciones. Actualmente tiene capacidad para 63 plazas, de las cuales 49 están concertadas con la Junta de Andalucía. El centro cuenta con una unidad de estancia diurna.

¿Cuáles son sus señas de identidad?

Sin duda alguna nuestro gran valor es el equipo humano con el que contamos. Su vocación, su profesionalidad y una gran dosis de calidad humana hacen que trabajar día a día en nuestro centro sea motivador, ilusionante, agradecido. Nos sentimos como una gran familia y creo que esto es lo que al final les transmitimos sin darnos cuenta a nuestros mayores y a sus familias.

¿Qué perfil reúnen los residentes?

Al tratarse de un centro especializado, principalmente atendemos a mayores que padecen la enfermedad de Alzheimer y otras demencias y enfermedades afines que cursan con trastornos de conducta, aunque actualmente contamos con plazas de asistidos para mayores con diferentes tipos de necesidades asistenciales (físicas, psíquicas o sociales). La mayoría de nuestros residentes proceden de la provincia de Córdoba y no solo de nuestra comarca.

¿Qué atenciones les prestan?

El objetivo general es prestar una atención integral y especializada a aquellas personas que por razón de su enfermedad precisan de cuidados personalizados en promoción de su bienestar físico, psíquico y social, previniendo el agravamiento de su enfermedad y potenciando su autonomía.

¿Cómo vivieron y viven la pandemia?

Como en la población general, hemos vivido momentos de mucha incertidumbre. A nivel profesional hemos tenido que adaptar muchos espacios y procedimientos de trabajo para minimizar los riesgos de contagio, conscientes de que trabajamos con el colectivo más vulnerable. Pero poco a poco hemos ido interiorizando esta nueva forma de trabajo. El no haber tenido ningún caso de covid en el centro nos ha ayudado a afrontar esta pandemia de mejor manera que otras residencias que no han tenido esa suerte.

¿Qué recuerdos tienen de aquel encierro que realizaron para proteger a los residentes?

Fue una experiencia que jamás olvidaremos. Hay que tener en cuenta que el permanecer encerrados y con un grupo estable de convivencia estábamos en una especie de «burbuja» que nos aportaba una cierta tranquilidad con respecto al desasosiego que estaban viviendo otros centros residenciales. Si bien lo más duro creo que para todos fue el tener que estar separados de nuestras familias en un momento tan duro, el apoyo y compañerismo que teníamos nos ayudó a llevarlo de la mejor manera posible. El apoyo recibido en primer lugar por parte de nuestras familias y amistades, por nuestro Ayuntamiento y su corporación y por todo el pueblo en general nos lo hizo todo más llevadero. Y, por supuesto, nuestros residentes y sus familias, que nos apoyaron incondicionalmente.

¿Qué supone recibir el galardón de Cordobeses del Año?

Es una gran satisfacción profesional y personal, pero queremos reconocer la gran labor que realiza cada uno de los profesionales que formamos parte de este sector sociosanitario y desde cada una de las residencias de la zona norte, que son las que más conozco. Queremos recibir este galardón en representación de ellas y poner en valor el trabajo que han realizado durante la pandemia y el que realizan día a día con el compromiso de prestar una atención de calidad y calidez a los mayores.