¿Qué supone para la empresa este reconocimiento?

Algo tan sencillo como el reconocimiento a una historia, que es verdad que es corta, pero que está en pleno proceso inversor y de desarrollo.

Constituyen una empresa relativamente joven, pero con gran crecimiento, ¿cuál es la situación actual?

En este ejercicio 2021 facturaremos unos 12 millones de euros, somos unas 42 personas y estamos inmersos en un nuevo proceso inversor con dos nuevas líneas de producción que irán llegando a lo largo del año que viene porque nuestras líneas de producción son trajes a medida, cada una de ellas tarda en torno a un año en ejecutarse.

¿Qué diferencia supone esa facturación de 12 millones de euros con respecto a años anteriores?

Nosotros crecemos en facturación anualmente en torno a un 15%-20%, venimos creciendo desde el origen de la empresa. La empresa se constituye antes, pero por los temas de maquinaria cuando se activa la cuenta de explotación es en septiembre del año 2015. Llega la primera línea, se instala y se activa la cuenta de explotación. Desde entonces venimos creciendo con esa ratio.

¿Qué supuso la crisis sanitaria para Polímeros?

Desde el punto de vista productivo y de mercado el covid no nos ha afectado. Nos adaptamos desde el origen. Además, no hemos tenido ni un solo caso de covid en la empresa, afortunadamente.

¿Qué productos empezó a hacer Polímeros que sirvieron para controlar el virus?

Hubo uno estrella: el policarbonato sólido que se usa en mamparas de protección, desde una clínica pasando por un banco a una tienda. Nos derivamos, en parte, a la producción coyuntural de ese tipo de producto.

¿Se ha aparcado ya esa producción?

Sí, lo hemos dejado aparcado porque su consumo ha bajado de manera significativa. En el momento en que se satisficieron las demandas hemos vuelto a nuestros orígenes. Ahora hay geometrías que las tenemos patentadas, por innovadoras, a nivel europeo.

¿Qué objetivos se marca a corto plazo?

Estamos en pleno proceso inversor con esas dos nuevas líneas de producción que nos ayudarán de manera importante a implantarnos en el mercado exterior. En torno a un 50% de nuestra producción va fuera del país.

¿Qué crecimiento traerán esas nuevas líneas?

Nos deberíamos ir con facilidad a un volumen de 20 millones de euros.

Pertenecen al sector industrial, del cual adolece Córdoba, ¿qué cree que sería necesario para relanzar la industria en la ciudad y en la provincia?

Potencialidades tenemos todas por casualidades del destino y geográficas. Estamos en el centro casi de todo. Lo único que hace falta es la voluntad, sencilla y llanamente.

¿Y por qué cree que no llega esa voluntad?

Hay muchos distractores que impiden que esa voluntad se consolide. Hay capacidades acreditadas: tienes la universidad, el capital humano, estás en el centro de todo... Tienes todo lo necesario para poderte desarrollar industrialmente. ¿Por qué no se hace? Porque se nos va la cabeza a otras cuestiones de menor importancia y de menor valor. No existe esa cultura y es un problema de cultura.

En la empresa es clave el factor medioambiental, ¿se creó con ese objetivo o vino sobrevenido?

No fue sobrevenido, fue un niño deseado, formaba parte del ADN de salida. Somos una industria totalmente limpia porque reciclamos el 100% de lo que desechamos. No emitimos ningún tipo de residuo, más allá del papel de los bocadillos del personal.

¿Cómo se podrá beneficiar la industria de la futura base logística militar?

Participando, queriendo estar. Cogeremos tecnología y daremos la que tenemos. Uno más uno nunca son dos.