La vuelta paulatina a la normalidad también llegó a Capitulares y ya hace algunos meses que los concejales tienen que acudir al Ayuntamiento cada vez que se celebra un pleno (sin posibilidad de acceder al mismo de forma telemática). Y de la misma forma que volvieron los ediles, también lo hicieron las protestas. Empresas, sindicatos, colectivos... todos aprovechan la reunión plenaria para poner sobre la mesa sus denuncias y reclamaciones, más allá de que ahora lo tengan que hacer desde la calle porque el aforo en el salón de plenos sigue estando limitado.

Entre los colectivos que han aclamado este jueves sus reivindicaciones está la asociación A desalambrar, que llegó incluso a hablar con el alcalde, José María Bellido, para entregarle las casi 3.000 firmas recogidas en defensa de los caminos públicos. El presidente de A Desalambrar, Pancho Gamero, ha explicado que de parte del alcalde ha visto predisposición al diálogo, tanto que a la asociación se le ha trasladado la creación inminente de una comisión para esta tarea. Pero comisiones hay muchas y colectivos como A Desalambrar saben de esto un rato, todavía no se fían del todo y continuarán con las reclamaciones todo el tiempo que sea necesario.

Gamero ha apuntado que, además, la pandemia ha puesto de relieve este problema. La gente salió a descubrir la Sierra tras días encerrados y se toparon con la realidad, que hay muchos caminos en Córdoba que están vallados y tienen incluso guardias cuando, defiende la asociación, esos senderos son patrimonio de todos los cordobeses. 

Frente a Capitulares han estado también policías y bomberos, colectivos que son ya foto fija de casi cada pleno. Pleno que, por otra parte, ha aprobado una declaración institucional en defensa de los trabajadores de Pan Recor. Uno de esos trabajadores, representante además de UGT, ha recordado lo necesario de "hacer visible el sufrimiento" de los empleados que esperan "el empujón final de cara a la resolución del conflicto".