Jugarse la entrada a la carrera deseada en tres días de exámenes de Selectividad es un trance que la mayoría de aspirantes viven con gran nerviosismo y estrés. La presión puede jugar una mala pasada y saber que el resultado de unas pruebas que tienen como finalidad valorar los conocimientos y capacidades adquiridos durante los años de estudio previos y comprobar que se poseen las competencias necesarias para realizar con éxito un grado universitario puede ser un trago difícil de gestionar.

El especialista en psicología clínica del Hospital Universitario Reina Sofía, Fernando Vencesla Martínez, explica que en estos días de preparación previa a la Selectividad existe un incremento en la activación emocional normal que prepara a los alumnos para el reto que deben de afrontar, cierto nivel de tensión y ansiedad mejora el rendimiento pero “si llegan a estar sobrepasados, los alumnos se sentirán bloqueados, aparece el miedo, inseguridad, dificultad para organizarse, irritabilidad, etc..”. Es importante, asegura el facultativo, mantener la organización, “lo conocido y repetido da seguridad y disminuye el estado de alerta”.

En esta línea, se debe de establecer un plan de trabajo y rutinas de las actividades diarias que sean realistas y planificar los tiempos de trabajo y de actividades de descanso. Respecto al primero, “hay que dedicar un tiempo suficiente pero no excesivo al estudio del material ya conocido, no es momento de incluir nueva información o métodos de trabajo con los que no nos encontremos familiarizados”. Sobre todo, “evitar buscar información nueva”. Respecto al tiempo de descanso, mantener alguna actividad física moderada como andar o correr unos 30 minutos al día o realizar alguna actividad de ocio breve “nos ayuda a desconectar mentalmente”. 

Apunta el doctor Vencesla a la importancia de no aislarse en exceso en estos días si bien también conviene restringir excesivos contactos sociales o compartir información con numerosas personas o en foros, aspectos que puede generarnos confusión. “Es recomendable rodearse en estos días de las personas que emocionalmente tienen la capacidad de regularnos y confortarnos”.

Hay que mostrar especial interés en las rutinas de sueño, asegurando un tiempo suficiente de descanso en un horario regular, “hay que dormir mínimo entre 7 y 8 horas”, apunta. Cuidar la alimentación y seguir horarios de comidas regulares manteniendo los hábitos  de cuidado personal, son otros aspectos que van a ayudar a mantener las condiciones idóneas para el esfuerzo realizado en estos días. En cuanto al uso de las tecnologías móviles recomienda el experto disminuir su tiempo de uso “para proteger de la distracción y de exposición a información que puede generar confusión o ansiedad”. El día del examen es conveniente  tener preparada la rutina a realizar esa jornada. En el momento de la prueba, realizar algún ejercicio breve de respiración y centrarse en el presente. A la hora de empezar a responder, lo mejor es leer todas las preguntas de forma pausada y comenzar por lo que mejor se domina para dejar tiempo luego a lo que genere más dudas.

Por último recalca Fernando Vencesla que “no se recomienda tomar productos o complementos en esos días si no se han tomado antes para evitar sorpresas o reacciones no conocidas. En un estado de desempeño adecuado, con cierto nivel de activación emocional, el rendimiento será alto y el aporte de productos o complementos no supondrá una mejora significativa en el rendimiento. En casos que el nivel de tensión emocional sobrepase el nivel adecuado se recomienda la toma de complementos o medicación con vigilancia o recomendación facultativa”.