Las obras de la terminal del aeropuerto de Córdoba acaban de empezar. El inicio de estos trabajos se produce una década después de que concluyera la ampliación de la pista para permitir la llegada de vuelos regulares que no ha tenido lugar, ya que no ha habido ninguna compañía que haya dado el paso para operar en la ciudad que ya tuvo un intento frustrado con Flysur en el 2008. Este martes el personal de la empresa adjudicataria se encuentra ya en el aeródromo cordobés realizando los primeros trabajos para remodelar el edificio de la terminal y prepararlo para cuando se produzca la llegada de viajeros de vuelos de mayor capacidad, que son los que pueden acoger las instalaciones con las obras que culminaron en el 2011. En los últimos días, la empresa ha procedido a realizar el acopio de material y delimitar las áreas afectadas por las obras. Los cálculos de AENA son que tras esta reforma la terminal tenga capacidad para atender a 100.000 pasajeros al año, el triple que ahora.

Esta obra no es la prevista entre el 2007 y 2008, cuando AENA puso en práctica el plan director diseñado a principios de la década pasada con la idea de dotar al aeropuerto de todo lo necesario para que despegaran y aterrizaran aviones de gran tamaño capaces de volar fuera de las fronteras nacionales. En el 2008 salió a concurso la construcción de un nuevo edificio destinado a la terminal pero esa obra, presupuestada en 24 millones de euros, no se llegó a adjudicar, por lo que nunca comenzó. Entre la terminal, los hangares y la plataforma, que también salieron a licitación, el Gobierno iba a invertir otros 53 millones que se sumarían a los 85 ya gastados en la pista.

Las obras de remodelación de la terminal, que salieron a concurso en septiembre, adecuarán el edificio actual para atender vuelos comerciales de aeronaves de entre 70 y 90 pasajeros y consistirán en la redistribución de superficies y en la mejora de las instalaciones. Las actuaciones también afectan al denominado bloque técnico y a la torre de control AFIS. AENA adjudicó la reforma por 1.280.000 euros y un plazo de ejecución de once meses a una UTE conformada por las empresas Aeropuertos Obra Civil (Aocsa) y Sertec Ingeniería y Obras.

En la planta baja de la antigua terminal los cambios principales afectarán al hall de salidas, que pasará de tener 64,63 metros cuadrados a contar con 53,72; a la zona de facturación, que tendrá 58,25 en vez de 38,11 gracias al espacio que gana con la oficina de información; y a la zona de espera para embarcar, que será de 44,88 en vez de 72,68. Además, se producirá una ampliación de la sala de embarque en 99,92 metros y habrá sala de control de seguridad. Esta ampliación se hará utilizando la superficie ocupada por la oficina de operaciones, el pasillo de acceso restringido, las dependencias de la zona de meteorología, la cocina y la oficina de seguridad.

En cuanto a la zona de llegadas, esta perderá espacio para dársela al área de recogida de equipajes, que contará con 160 metros en vez de los 31 actuales, suprimiendo un almacén y la cafetería, y dispondrá de hipódromo de recogida de maletas. La sala de autoridades se mantendrá pero con mayor tamaño que el que tiene ahora. Las obras afectarán también a los aseos, en los que se tomarán medidas contra el covid y junto a los que estarán la central de teléfonos, la oficina de Iberia Handling, otra para la Guardia Civil y la de Seguridad. También habrá cambios en las plantas primera y segunda. A la planta primera se trasladarán la sala de operaciones y las dependencias de meteorología. En total, la terminal pasará de tener una superficie útil de 795 metros cuadrados a 806. Otra de las actuaciones será la reparación de un alero deteriorado en la fachada del lado aire de la terminal, la impermeabilización, así como su posterior pintura, y la colocación de un nuevo letrero.

En el bloque técnico se construirá una marquesina con una estructura metálica y cubierta y se dotará de iluminación con detectores de presencia. En cuanto a la torre AFIS, sistema que permite los vuelos comerciales, se adecuará a la normativa en proyección contra incendios, electricidad, seguridad frente al rayo y toma de tierras. Por último, en la plataforma se instalarán dos hidrantes más que completarán a los tres existentes y para abastecerlos habrá una nueva red. Esta actuación es fundamental, ya que los bomberos ya han denunciado en más de una ocasión los problemas que tienen para extinguir incendios por las averías de los hidrantes. En el 2020 los bomberos pasaron grandes dificultades por este motivo.

El aeropuerto lleva varios años dando pasos con el objetivo de lograr más actividad, pero continúa con su principal hándicap, la falta de vuelos regulares. Al uso de la totalidad de la pista -aunque las obras acabaron hace una década la utilización al completo no llegó hasta el 2018- y a la instalación del AFIS, que permite los vuelos comerciales, se sumó hace poco la posibilidad de ofrecer vuelos nocturnos. Además, a sus instalaciones llegó hace un año la escuela de formación de pilotos finlandesa Patria, que le ha proporcionado más actividad. Ya solo falta la implantación de los procedimientos de vuelo por instrumentos, prevista por Enaire para el 2022 -hace poco un avión laboratorio realizó las pruebas necesarias-, pero, sobre todo, que alguna compañía se interese por operar con vuelos regulares, de forma que se le pueda sacar provecho a la pista y a todas la inversiones realizadas. De momento, los intentos han sido en vano.

Planificación de la obra en cuatro fases

La ejecución de la obra se ha dividido en cuatro fases, según explica AENA, que indica que, en paralelo a la misma, se acometerán distintos trabajos para liberar espacios, optimizar la capacidad del aeropuerto y minimizar la afección a su actividad diaria. En este sentido, y según explica en una nota, se llevará a cabo el traslado de algunas dependencias a otros espacios como las del Centro de Coordinación Aeroportuaria, la oficina de meteorología y la sala de autoridades.

La segunda fase consistirá en la adecuación de la zona de llegadas y recogida de equipajes y ejecución de una nueva sala de autoridades. En cuanto a la tercera, se centrará en la zona de embarque, en la construcción de un núcleo de comunicación, en la ejecución de las nuevas dependencias de CECOA y de la oficina de meteorología, y en la sustitución de la escalera de acceso a la torre de control. Por último, la cuarta fase consistirá en la remodelación del área de facturación y en la sutitución del pavimento.

Con esta remodelación, entre otras novedades, la zona de facturación tendrá un mostrador que sustituirá al existente y dispondrá de otro más; la sala de embarque tendrá una nueva puerta; y la sala de recogida de equipajes contará con una cinta de recogida de equipajes.

Para reducir el impacto de las obras, AENA ha planificado los trabajos por fases, ha modificado los itinerarios alrededor del edificio para el paso de los usuarios del mismo, ha reorganizado espacios y servicios, ha creado un grupo de seguimiento y ha informado a sus usuarios de esta circunstancia para que organicen su actividad.