Una empresa cordobesa de ingeniería agronómica acompaña a inversores en el desarrollo de proyectos de cannabis, desde el cultivo a la transformación del producto con fines farmacéuticos, en un proceso donde su principal mercado está en el exterior porque en España la norma reguladora es "bastante restrictiva".

Así lo expresa el director de AgroPharm Projects, Rafael Rey, para quien el cannabis "no deja de ser agricultura" y cuya apuesta por la internacionalización ha dado su primer gran fruto con el comienzo de la construcción de lo que la propia empresa califica como "una de las mayores y más tecnificadas plantas de Europa para la producción de cannabis medicinal", que lleva a cabo en Macao, en la Región Centro de Portugal.

Esta operación, con una inversión de 3,5 millones de euros y que creará medio centenar de empleos, de los que una veintena serán directos, cuenta con el apoyo de las autoridades locales y es posible porque en Portugal hay garantías jurídicas para el desarrollo del sector, situación que Rey afirma no se da en España.

"Intentamos en el cannabis que los clientes puedan llevar sus proyectos a cabo y que sean rentables", explica en una conversación con Efe, para concretar que "somos una asesoría y una ingeniería agronómica" que trabaja con varios gabinetes.

La empresa nació hace tres años a raíz de la puesta en marcha del primer proyecto que recibió por parte de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) el certificado de calidad Good Manufacturing Practice (GMP, por sus siglas en inglés) para la producción de flor seca, concedido a Linneo Health, SLU, que, aunque radicada en Madrid, lo puso en práctica en Murcia, con una previsión entonces, según señaló la compañía en septiembre de 2019, de 40.000 metros cuadrados de cultivo y producción de flores de cannabis.

A partir de esa experiencia se creó con capital en su totalidad cordobés AgroPharm Projects para ayudar "a los inversores a implantar provisiones de cannabis", concreta su responsable.

Se trata de una actuación "desde el punto de vista agronómico" para "inversores o grupos con iniciativas que quieren trabajar desde la farmacia y montar el proyecto entero", a los que se les asesora sobre "cómo y cuánto van a producir, cómo van a gestionar la producción para que cumpla la normativa y estudiar cómo quieren hacer la inversión e intentar que sea rentable".

Para ello, señala Rafael Rey, se ve qué producción se quiere llevar a cabo, se estudia el caso, e "incluso les ayudamos a elegir una ubicación y les acompañamos desde el punto agronómico hasta casi el punto industrial", ya que "cualquier producto agronómico, como la viña o el olivar, necesita la parte agronómica y la parte del procesado, extraer el mostro, realizar el vino, extraer el aceite y envasarlo, nosotros hacemos el mismo proceso", aunque, en este caso, con el cannabis.

Pero esto, ahora mismo, lo tienen que desarrollar esencialmente fuera de España, porque aquí "se pone mucho el achaque de que no hay evidencia científica" y, aunque, en su opinión, "sí que la hay, no podemos cultivar".

De esta manera, "la gran mayoría de las licencias que se están dando es para investigación", mientras que en el entorno europeo, como Alemania, Portugal, Italia, Inglaterra y Francia, se "están movimiento hacia una dirección y, nosotros, como país, estamos un poco en ese limbo, de que de para qué lado me caigo".

Frente a ello, precisa, "en España hay ferias con veinte años, empresas suministradoras con el tema del autocultivo, tiendas que venden y una cultura que se ha ido generando a lo largo de muchos años que está en una alegalidad, no es ilegal pero tampoco es legal", afirma, por lo que "estamos intentando darle un carácter al cannabis que en otros sitios no se está haciendo, como un proyecto de economía verde circular en el que están trabajando en Murcia".

De todas formas, la apuesta de AgroPharm Projects por los proyectos en el exterior es clara, con 36 preofertas presentadas el año pasado y con contactos en Grecia, Chile, Colombia o Panamá, aunque sin desdeñar el mercado nacional, al mismo tiempo, "con algunos proyectos en España que van con mucha cautela, porque te piden que se ejecute el proyecto entero y luego te dicen si te lo aprueban o no".

A juicio de Rafael Rey, el cultivo de cannabis podría ser una de las salidas a la despoblación si se permitiese que no fueran "moles de empresas o multinacionales" las que cultiven "porque al final no deja de ser una producción agraria y solo estamos hablando de la parte medicinal pero hay una cantidad de variables en el cáñamo o en el cannabis, que al final es lo mismo".

Como referencia, recuerda que Henry Ford hacía coches con cáñamo y que "Colón se fue a descubrir América con las velas y los cordeles de cáñamo".