Los cordobeses han comenzado a pensar en el verano y a hacer reservas para sus vacaciones después de un año muy duro de covid y crisis. Las agencias de viajes han notado el tirón de las dos últimas semanas, a partir de que decayó el estado de alarma, y se muestran esperanzadas en la reactivación del sector, uno de los más castigados desde que estalló la pandemia. «La gente se ha vuelto loca con las reservas», asegura José Suárez, propietario de Original Travel, que se ha visto desbordado en los últimos días con los presupuestos que le piden sus clientes y gracias a los que podrá recuperar del ERTE por fin a una de sus trabajadoras. «Mucha gente se quedó el verano pasado sin vacaciones, pero este están dispuestos a irse como sea», comenta. Esa es la sensación que comparte Juana Castilla, empleada de Nautalia Viajes. «Tenemos mucho trabajo desde hace dos semanas; estamos contentísimos».

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes, Antonio Caño, enfría un poco las expectativas, pero admite que ha empezado a haber movimiento: «No es que haya avalancha, pero sí bastantes reservas. La primera semana de mayo se cerraron un 25% de reservas respecto a las que se hicieron en esa fecha en el 2019, pero la segunda semana ha subido a un 40%. No es mucho, pero viniendo de como venimos, sí». Para Caño, han influido dos factores clave: el fin del estado de alarma y «la no feria», que ha llevado a muchos cordobeses a querer salir estos días a la playa.

Previsiones y comparativas

De este modo, se puede decir que las reservas vacacionales en Córdoba repuntan, aunque siguen estando a menos de la mitad que las que se cerraron el último año sin covid, 2019, que para colmo fue el mejor desde el punto de vista turístico batiendo todas las marcas de visitantes y de actividad turística en Andalucía. No en vano, 32,5 millones de visitantes pasaron los meses de julio, agosto y septiembre en la comunidad, de ellos más de 20 millones fueron españoles. Aquellas cifras de récord supusieron un incremento de visitas del 6% respecto al año anterior. La Consejería de Turismo ha estimado que las previsiones para el verano en Andalucía son de una ocupación media superior al 54%, aunque en la costa puede llegar al 60%.

Para clientes y empresarios, la clave está en el ritmo de vacunación y en que no se aprueben nuevas restricciones a la movilidad. «Si conseguimos vacunar a la gente, creo que este verano puede ser mucho mejor que el del 2020», comenta el presidente del colectivo.

Turistas en el Puente Romano. CÓRDOBA

Costa e islas

En cualquier caso, para evitar sorpresas de última hora, el cliente sigue pidiendo poder cancelar los hospedajes si cambia la situación sanitaria. «Normalmente no nos fiamos de lo que pueda pasar», añade José Suárez, que está vendiendo sobre todo para las islas, Baleares y Canarias, y para la costa andaluza. En Nautalia Viajes, Juana Castilla, también para el Caribe: «Punta Cana, porque para entrar no te piden nada y para salir te hacen una PCR en el mismo hotel», comenta. También se está moviendo algo de circuitos por Europa, pero menos precisamente por la disparidad de normas sanitarias en cada uno de los países. «Para entrar en Polonia, por ejemplo, te piden una prueba que debes hacerte con 72 horas de antelación en España», dice Juana.

En este sentido, desde la Asociación de Agencias de Viajes, instan a poner en marcha el pasaporte europeo que permitiría viajar entre los estados miembros con más facilidad: «Con él, otro gallo nos cantaría», apunta Caño.

Una medida impulsada por la Junta de Andalucía para activar el turismo andaluz e incentivar el consumo con bonificaciones de hasta el 25%, el llamado bonoturístico, ha tenido desigual suerte: «Se avanzó mucho pero el impacto no ha llegado ni al 5% de lo esperado», asegura, entre otras razones por el hecho de tener que declarar a Hacienda la bonificación.

Un melón aún por calar son los precios que tendrá el hospedaje este verano, porque no todos los hoteles están ya abiertos. «Los que lo están se van a poner de oro», comenta Juana Castilla y confirma José Suárez: «Los hoteles que aún no han abierto están dando precios normales, los que están abiertos se están subiendo a la parra».

Entre la capital y la provincia hay actualmente 108 agencias de viajes (en ERTE parcial o completo siguen estando 90), según los datos ofrecidos por la asociación, frente a las 119 que había en mayo del 2020. En diciembre del 2019 había 328 personas empleadas en este sector y, en una estimación, Antonio Caño cifra entre un 8 y un 10% la destrucción de empleo por culpa del covid .

Con la vista puesta en los Pirineos

En Córdoba, como destino turístico de quienes vienen a visitarnos, se sigue esperando al visitante extranjero con ansiedad. El turismo nacional es un turismo importante para la ciudad, ya que supone el 52% de las reservas hoteleras, pero se mueve en fin de semana y puentes. «Viene muy bien, pero no rellena los hoteles», resume el responsable de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Félix Serrano, para quien es fundamental recuperar el turismo internacional.

«La situación mejorará cuando se abra el turismo internacional y se empiecen las actividades de touroperadores, que ocupan el 48% de nuestras plazas. No esperamos mucha mejoría en este sentido hasta 2023, porque para el año que viene no hay aún contratación en cuanto a tourperación, ya que se hace de un año para otro». 

Los establecimientos hoteleros de la capital cordobesa cierran este mes de mayo, con una edición del Certamen de Patios que ha permitido recuperar la actividad económica en la ciudad, «entre un 30 y un 40% de ocupación, pero con un 60% de bajada del precio medio de las habitaciones», apunta el presidente de Aehcor. De cara a los próximos meses, las perspectivas son peores: «El verano sigue siendo poco atractivo en Córdoba y ya tenemos conocimiento de que en julio van a cerrar varios hoteles», aventura. «Las previsiones para verano son muy malas, ya que normalmente esta estación no es buena para Córdoba, pero encima con esta situación, menos». 

Aehcor considera que los números podrían mejorar si las administraciones potenciaran más los programas que tiene Córdoba en julio y agosto, como el Festival de la Guitarra; ampliara horarios de monumentos y museos e incentivara actividades nocturnas para cuando las temperaturas permiten estar en la calle.