De Prado es una de las empresas familiares con mayor extensión de olivar del mundo. Su actual presidente, José Luis de Prado, forma parte de la sexta generación de aceiteros. En la actualidad, la firma cordobesa gestiona tres líneas de negocio: aceite de oliva, aceituna de mesa y almendra. Precisamente, ha sido en los últimos años cuando se ha producido un mayor crecimiento de la empresa familiar. Así, en 2020 contaba con 17.400 hectáreas en explotación, de las que 9.200 son de olivar de almazara, 1.800 hectáreas de olivar de aceituna mesa y 6.400 hectáreas de almendro, contando con fincas en España, Portugal, Chile y Estados Unidos. De Prado facturó el pasado año 123 millones de euros y emplea a más de 400 trabajadores en los cuatro países en los que se encuentra implantada.

Los orígenes

Ya en 1831 la familia cultivaba olivos, cereales y viñas, además de criar ganado ovino en Baena. El aceite de la familia De Prado, cuando era gestionado por Víctor de Prado Barrio, recibió en 1912 un premio en Chicago (EEUU) por su calidad. Los padres de la actual generación que está al frente de la empresa son Rafael de Prado Amián y Teresa Ruiz-Santaella Schrader. Rafael de Prado es catedrático de la Escuela de Ingeniería Agronómica y de Montes de Córdoba y su madre es hija de José Ruiz Santaella, director fundador de la Escuela de Agrónomos y justo entre las naciones, junto a su abuela Carmen Schrader, tras proteger a una familia judía en la Alemania nazi. De Prado emprendió en el año 2000 su andadura internacional al implantarse en Portugal, donde posee dos almazaras, una planta de envasado de aceite, una fábrica aceituna de mesa y una industria de partido de almendra. Era el retorno a los orígenes lusos del apellido De Prado. Ya en 2015 continuó su expansión en Chile, país en el que tiene su segunda almazara. Ese mismo año abrió oficina comercial en Estados Unidos. Asimismo, cuenta con una entamadora en Sevilla desde el año 2013, que, tras su alianza con Dcoop en 2017, gestiona con la cooperativa andaluza. Precisamente, José Luis de Prado es uno de los vicepresidentes de Dcoop.

El presidente de la empresa destaca que el premio Cordobés del Año «supone un reconocimiento a la trayectoria que ha venido haciendo la empresa en un sector muy competitivo y en el que hemos sustentado nuestro crecimiento en la investigación y la implantación de nuevos sistemas de producción de olivar y almendro, pero también en la internacionalización de nuestras producciones». De Prado agradece este premio al jurado porque «creemos que se reconoce la importancia de apostar por un olivar productivo y de calidad, pero también porque demuestra el valor de la diversificación en la agroindustria, como venimos haciendo desde hace mucho tiempo». Además, indica, «somos una empresa familiar que tiene sus orígenes en el siglo XIX y que considera fundamental el establecimiento de alianzas como las que mantenemos con la cooperativa Dcoop».