Carlos Serra, comisario provincial de la Policía Nacional en Córdoba, recuerda cómo han sido los meses de restricciones por la pandemia.

El estado de alarma llegó hace una semana a su fin, ¿Cómo fue el comportamiento de los ciudadanos durante el mismo?

El comportamiento ha sido de gratitud a la Policía Nacional. La mayor parte de los ciudadanos han sido sensibles al cumplimiento de las normas.  

¿Cuál fue el principal problema con el que se encontraron durante ese tiempo?

Como comisario provincial de Córdoba me gusta darle vueltas a los problemas que se plantean, dar soluciones rápidas y buscar la coordinación entre unidades y otras organizaciones ajenas a la Policía Nacional. Había que participar desde el ámbito de la seguridad en la gestión de la crisis de pandemia mundial con urgencia, ya que morían personas a diario. Existía una emergencia global sanitaria y había que dar respuestas inmediatas dentro del marco legal. La rápida reorganización y adaptación policial y la excelente coordinación institucional en Córdoba desde el principio fue clave en la respuesta ejemplar en nuestra ciudad y, por supuesto, con la humanidad de ir aprendiendo a diario. 

¿Qué resultó más difícil durante esa etapa?

Lo más difícil ha sido enfrentarnos a un enemigo invisible y letal en un escenario social e individual complejo donde se instauraba el miedo, la incertidumbre y el dolor en tantas familias. Incluso la impactante imagen de las calles vacías mostraba en el fondo esa desesperación. Sin embargo, la Policía Nacional demostró su enorme profesionalidad y ejerció con honestidad su función de servicio público en tales duras circunstancias tratando de aportar luz, serenidad, humanidad y solidaridad, amén de hacer cumplir la normativa del estado de alarma en defensa de la salud y la vida. En algunas ocasiones hemos tenido que actuar en fiestas ilegales en domicilios, desalojando las mismas. En ellas un grupo de personas no respetaban las medidas, destacando, entre otras, exceder el número de personas que podían permanecer en un domicilio (llegando en alguna ocasión a superar los 25); no respetar la distancia interpersonal; no usar mascarilla; o no respetar el horario en el que estaba limitada la circulación.  

¿Cuál fue la infracción más mayoritaria?

Las infracciones más frecuentes han sido por no usar mascarilla, permanecer en la vía pública en el horario en el que estaba limitada la circulación sin tener una causa justificada, y no respetar la limitación de movilidad entre municipios o provincias. 

¿Y la que le sorprendió más?

Se detectó la convocatoria a una fiesta ilegal, que se iba a celebrar en una parcela de la carretera del Aeropuerto el día 28 de noviembre del 2020 (sábado). Nos llamó la atención una vulneración tan flagrante de las medidas sanitarias decretadas. Se estableció un dispositivo conjunto con otras fuerzas y cuerpos de Seguridad y se procedió a identificar a los participantes y proponer para sanción.

¿ Se actuó de forma diferente en el segundo estado de alarma en relación al primero?

Nuestras actuaciones las hemos enmarcado en el ámbito de las labores humanitarias y en el marco legal se ha actuado con las mismas directrices pero siempre ajustándose a las medidas de la legalidad vigente. Si bien en el primer estado de alarma con el confinamiento total la movilidad de la población estaba limitada, en el segundo, solo estaba reducida a determinadas horas y lugares concretos. Durante la vigencia del primer estado de alarma, la Policía Nacional realizó como principal función el control de la circulación de personas por las vías de uso público, comprobando que la presencia de las mismas en la calle estaba motivada por la realización de alguna de las actividades permitidas. En el segundo estado de alarma se supervisó que los ciudadanos cumplían con las medidas sanitarias decretadas controlando la entrada y salida de la ciudad, la salida y llegada de viajeros en la estación de autobuses y tren, el control de la limitación de circulación entre las 22.00 y las 6.00 horas. En ambos casos la labor preventiva, humanitaria, de control de la legalidad y en definitiva de protección de toda la sociedad ha sido intensa. 

¿Se han dado casos de contagio por covid entre la plantilla?

Hemos tenido una baja incidencia. A ello sumamos que en marzo se inició la vacunación.

¿Qué consejo daría a los ciudadanos de cara a la nueva etapa que ha empezado tras decaer el estado de alarma?

El consejo es que actúe con responsabilidad, que anteponga valores como la humildad de ir aprendiendo de todos y la solidaridad. Que no se relaje, porque el virus sigue ahí, la pandemia permanece y la grave situación que genera. Ha finalizado el estado de alarma, no la pandemia ni la emergencia sanitaria y está en todos y en nuestra conciencia social protegernos frente al virus. Cualquier error puede poner en riesgo nuestra vida y la de nuestros familiares o de cualquier conciudadano. La grandeza del ser humano reside en su capacidad de amar. Y ser solidario es amar al prójimo y a nuestra pervivencia como sociedad.