Córdoba arrastra este año un importante déficit hídrico, pero las esporádicas lluvias que han caído al final del invierno y de forma irregular en parte de lo que va de primavera han permitido que las gramíneas hayan tenido reserva de agua suficiente para poder florecer de forma significativa e igualmente los olivares que se extienden ampliamente por la provincia cordobesa, señala la coordinadora de la Red Española de Aerobiología (REA) y catedrática del departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal de la Universidad de Córdoba, Carmen Galán.

Carmen Galán apunta que «ahora mismo se están registrando ya en Córdoba niveles altos de polen de gramíneas y de olivo, sobre todo del segundo cultivo. Además, precisa que también está circulando en estos momentos el polen del llantén (plantago) y de una especie que se llama alternaria, una espora de hongos que produce también alergia y a la que se le está dando cada vez más importancia desde el punto de vista de la aerobiología y de la medicina porque está detectándose una mayor sensibilidad a este polen entre la población».

Respecto a la floración del olivo, esta catedrática indica que «ya se están registrando desde finales de abril concentraciones altas de granos de este polen, con hasta 1.500 granos por metro cúbico. Los primeros picos más altos se suelen detectar en las zonas de olivar más próximas a la capital cordobesa, pero en las próximas semanas con toda probabilidad contabilizaremos concentraciones incluso más elevadas, entre mediados de mayo y finales de mes, dependiendo de las condiciones meteorológicas. Estas concentraciones, cuando hay una floración importante, suelen sobrepasar los 3.500 o 4.000 granos por metro cúbico de polen de olivo en la provincia de Córdoba», expone la coordinadora de la Red Española de Aerobiología. Cabe destacar que con solo 100 granos por metro cúbico los alérgicos ya notan síntomas ante este polen.

125.000 alérgicos cordobeses sufren ya el repunte del polen de olivo y gramíneas. CÓRDOBA

Baena y Priego

«Este incremento en el polen de olivo, que se apreciará sobre todo a partir de mediados de este mes, coincide con la floración de los olivares de la provincia, lo que incluye las comarcas aceiteras de Priego y Baena», añade Galán.

La primavera pasada, en la que los alérgicos a pólenes estuvieron confinados por la pandemia, porque hasta finales de junio no se permitió la total movilidad, coincidió además que la floración fue menos intensa. Aún así, se registró un pico de polen de olivo de 3.800 granos por metro cúbico, resalta esta catedrática.

Sin embargo, «el uso de la mascarilla tanto el año pasado como este va a seguir protegiendo a los alérgicos, con la diferencia de que esta primavera ya no hay confinamiento, por lo que los alérgicos no van a estar tan resguardados como en 2020». Además, Galán resalta que este 2021 coincide que habrá mayor producción olivarera, ya que por el fenómeno de la vecería (que implica que un año hay una cosecha más grande y al siguiente una inferior) el año pasado la floración fue más pobre y este año se prevé más abundante, con concentraciones de polen a su vez más destacadas.

Carmen Galán, coordinadora de la Red Española de Aerobiología. CÓRDOBA

En cuanto a las gramíneas, las concentraciones, de momento están alcanzando los 150 granos por metro cúbico y podrán superar entre mayo y junio los 300 granos. Aunque son acumulaciones muy inferiores a las del polen de olivo, Galán recuerda que, con apenas 25 granos por metro cúbico que haya circulando, los alérgicos a las gramíneas ya pueden presentar síntomas.

La especialista en alergología del hospital San Juan de Dios Cristina de Castro, vinculada a la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), afirma que el año pasado «tuvimos una primavera muy buena, con menos polen circulante y con la mayoría de los pacientes alérgicos confinados». «Sin embargo, en lo que llevamos de primavera se han incrementado mucho las solicitudes de asistencia en nuestro hospital por parte de pacientes que indican que sufren crisis de broncoespamo. A pesar de que se usa la mascarilla, se sale al exterior y se está más en contacto con el polen, porque ahora se está haciendo más vida al aire libre», sostiene.

Cristina de Castro aprecia que en los últimos años cada vez se adelanta más la floración del olivo y de las gramíneas. «A mediados de abril comenzó la polinización del olivo con niveles ya altos. La previsión es que este año la floración se alargue hasta finales de junio. En Córdoba, donde se han sembrado en los últimos años muchos olivos de tipo superintensivo de secano y regadío, cada vez se prevé que haya más polen porque también se cuenta con un censo mayor de arboles», asevera esta experta.

Medicación

Esta especialista aconseja a los alérgicos, tanto al polen de olivo como al de gramíneas, que sigan adecuadamente el tratamiento farmacológico que les indique su médico de familia o alergólogo, sobre todo para prevenir las crisis asmáticas asociadas habitualmente a estas alergias, ya que por segundo año consecutivo, debido a la pandemia, está prohibido que se puedan administrar aerosoles a los pacientes en los centros sanitarios.

«Recomiendo a mis pacientes que cuenten con un nebulizador para poder administrarse la medicación en su propio domicilio. En primavera los pacientes con alergia deben tratar de hacer una vida lo más normal posible, con el apoyo de una adecuada medicación, poder salir o incluso hacer deporte», añade esta doctora de San Juan de Dios.

Los diagnósticos casi se duplican en los últimos años

La especialista en alergología Cristina de Castro alerta de que en los últimos años se está apreciando un incremento de pacientes a los que se les diagnostica alergia a distintos pólenes. Asegura que las personas con sensibilidad al polen del ciprés han subido un 14% y las alérgicas al polen del olivo y de gramíneas también han aumentado y casi se ha duplicado su prevalencia en las últimas décadas. 

«Cada vez hay más alérgicos a pólenes a edades más tempranas, incluso con menos de tres años, que presentan síntomas alérgicos y conjuntivitis. Los alérgicos a pólenes suelen debutar con la enfermedad en la adolescencia y juventud, aunque en los últimos años se están conociendo casos también a partir de los 50 años.

Para evitar que se agraven los síntomas del polen, además de tomar la medicación, se recomienda ventilar las casas a primera hora para que no haya tanto polen circulante; viajar en coche con la ventanilla cerrada; no salir a la calle en las horas de mayor polinización del día y usar mascarilla.