El nombre del joven Paco Molina, de 16 años y desaparecido en Córdoba en el verano del 2015, salió en la noche del domingo en el programa de Jordi Évole. La razón, una entrevista a un neonazi arrepentido (David), que relató al periodista catalán cómo estuvo vinculado a la ultraderecha durante 20 años y el proceso que ha seguido para intentar salir de ahí.

Córdoba fue una de las palabras más repetidas durante el tramo final de la conversación. El entrevistado vivía aquí en la época en la que Paco Molina desapareció, y a él lo unía un vínculo, aseguró, de amistad. Fue el propio Jordi Évole quien le preguntó directamente al neonazi arrepentido por Paco, dado que éste había relatado la relación algo turbia que le unía a la ciudad, tanto que contó que para él Córdoba se asocia "a algo muy malo" y que cuando pasa en coche por la ciudad "me entra estrés".

Cuestionado sobre si la desaparición de Paco supuso un punto de inflexión en su forma de pensar, el entrevistado dijo que no, pero dio más detalles del vínculo que le unía al joven. Ambos salían a correr asiduamente, tanto que el día de antes de desaparecer Paco habían quedado para ello. Tras acabar, se citaron al día siguiente. Sin embargo, Paco nunca le avisó. "Me dijo que había quedado con unas personas y que ya me llamaría", aseguró David a Jordi Évole.

Este militar habló en dos ocasiones con la policía que llevaba el caso de la desaparición y también se citó con Isidro Molina, padre de Paco, y luchador incansable durante todos estos años para conseguir alguna pista del paradero de su hijo. En la entrevista en La Sexta se habló directamente de "las vinculaciones" de Paco Molina con la "extrema derecha", máximas que David llegó a confirmar.

Este neonazi arrepentido aseguró que incluso quedaba con Paco para transmitirle "una forma más abierta de pensar" y que intentaba "sacarle de la burbuja". También confirmó que otras personas de esa "burbuja" fueron las que en su momento aseveraron que Paco les había dicho que se iba a Madrid, una de las pistas que la policía tomó por válidas en su día. Cuestionado por Évole acerca de si sabe más de lo que cuenta y no lo dice por miedo a represalias, David aseguró que no es así.

La investigación sigue todavía abierta sin que la policía haya podido encontrar pistas certeras sobre el paradero del joven. Sus padres, Isidro y Rosa, continúan intentando recopilar cualquier información posible para dar con algo que les lleve a reencontrarse con su hijo.