En el grupo municipal socialista saltaron ayer todas las alarmas. Sale Manuel Torralbo y entra Carmen González. Sale un hombre afín a la actual portavoz, Isabel Ambrosio, y entra una mujer enfrentada a ella desde la confección de las listas municipales y cercana a la dirección provincial del PSOE y a su secretario, Antonio Ruiz. Sale un miembro de un equipo cohesionado en la travesía por el desierto que es la oposición municipal y entra una chica nueva en la oficina, que no saben si viene en son de paz o en pie de guerra, si es agente de la CIA o si solo ha venido a concursar, como dicen los que quieren quedar bien en los programas de la televisión.

Algo parecido pasó hace apenas unas semanas en Ciudadanos, un grupo municipal que tras la salida de Eva Timoteo tuvo que tragarse el sapo de ver regresar a María Luisa Gómez, enfrentada prácticamente con todos desde el caso Torrejimeno. En Cs casi no se hablan, pero tuvieron suerte porque el alcalde puso tierra de por medio y se llevó a la nueva edil al Palacio de Orive. Además, como los plenos son aún telemáticos no tienen ni que coincidir. Una cosa menos.

La llegada al Ayuntamiento de Carmen González, que muchos ven como posible sucesora de la propia Isabel Ambrosio, sucede además en un momento crucial en clave orgánica. La proximidad de los congresos andaluz y provincial tiene abierto en canal al partido en Andalucía, entre quienes piden el adelanto de las primarias para elegir candidato a la Presidencia de la Junta --un cargo que siempre ha coincidido con el del secretario regional-- (sanchistas del antiguo testamento y moriscos) y quienes defienden que no hay prisa, que no va a haber adelanto y que los estatutos están para cumplirlos (susanistas en general). Hasta en esta cuestión están divididas las dos mujeres protagonistas de la jornada: Isabel Ambrosio, que ayer mismo reiteró su deseo de adelantar los comicios internos; y Carmen González, que defiende esperar y respetar el calendario que establecen las normas internas.

En unos días se producirá el reencuentro. ¿Le darán a González acomodo, cariño, mesa, besos, competencias? Las listas las carga el diablo, desde luego. No tienen nada más que mirar quién va el siguiente.