"Cuestión de logística de vacunas". Los cambios de criterio en torno a qué vacunas usar en según qué grupos de población ha obligado a reconducir los planes de vacunación contra el coronavirus de la Delegación de Salud y Familias de Córdoba, que ha avanzado en la inmunización de determinados colectivos mientras otros siguen esperando su dosis.

Entre los que esperan su turno figuran el personal y voluntariado de las entidades sociales, que se encuentra en primera línea de actuación con colectivos vulnerables y que aún está pendiente de inmunización. Según ha podido saber este periódico, la distribución de las dosis está siendo dispar. Hay colectivos como Cruz Roja donde fue posible culminar la administración de la primera dosis con AstraZeneca hace algunas semanas, antes de que la franja de edad de menores de 55, a los que iba dirigida esta marca, se retrasara, tras lo cual el proceso se vio interrumpido. Su condición de personal esencial tampoco ha hecho que se les incluya en el plan de vacunación con Pfizer o Moderna, como se ha hecho en todos los tramos de edad con los profesionales sanitarios.

En Cáritas, por ejemplo, según fuentes de la entidad, las vacunas han llegado de momento solo a los trabajadores de la residencia, pero el resto de servicios está a la espera. Tampoco han sido vacunados los trabajadores y voluntarios de la Fundación Prolibertas (comedor trinitario y Casa Libertad) ni los de la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH Córdoba) mientras en entidades como Adeat, que trabaja con personas toxicómanas, han recibido la vacuna una parte de los trabajadores sociales y otros aún no, ya que en el momento en que se les citó algunos estaban en el periodo de seis meses en el que no se les puede vacunar. Salud ha asegurado que "se les vacunará en breve". Fuentes de varias entidades sociales han mostrado su extrañeza por la disparidad en la aplicación de vacunación y recuerdan que forman parte de los colectivos más expuestos.

El parón de AstraZeneca ha hecho que también se quede a medias la vacunación entre los docentes. Pedro Copado, docente cordobés de 59 años, pertenece a ese grupo de afectados. "Soy maestro y por los vaivenes de AstraZeneca sigo sin vacunar, dado que no se me ha citado en ningún momento para ello", explica, "no soy el único, somos muchos en la misma situación".

Los bomberos están igualmente afectados por el parón. El delegado de CGT en el Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios de Córdoba, Juan José Romero, ha denunciado que de los 11 parques de bomberos que componen el Consorcio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios de Córdoba, los Bomberos de nueve de ellos "no están vacunados pese a ser personal esencial y lo que es más preocupante, sin noticias de que se vaya a administrar la vacuna".

Consideran que "el trato que recibimos es inadmisible" y aunque, señalan, "desde el Consorcio Provincial se responsabiliza de la situación a Delegación de Sanidad de la Junta de Andalucía, CGT no entiende que no se estén acometiendo las acciones para resolver la situación". Así, CGT exige "que se tomen en serio la salud y la seguridad del colectivo y que se nos administre la vacuna de forma inminente".