Vivió los años crudos del sida en primera línea de batalla y ahora enfrenta una pandemia mundial de alto coste en vidas. El doctor Julián de la Torre dirige desde el año 2005 la unidad de Enfermedades Infecciosas del Reina Sofía y es presidente de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas.

- Llevamos más de un año de pandemia, ¿cómo ha sido el trabajo desde la unidad de Infecciosos?

- Nosotros nos hemos adaptado a las tareas que nos han ido encomendando dentro del plan estratégico del hospital, en colaboración con muchísimos servicios. Esto se está sacando adelante como un proyecto de hospital que se está liderando muy bien desde la dirección médica y gerencia y en el que participan muchos compañeros. De hecho, los que llevan el peso de las camas están siendo en planta los servicios de Neumología y Medicina Interna y luego la UCI. Nosotros tenemos una labor de soporte, de asesoramiento, somos una unidad transversal, pequeña, estamos investigando también, tratando de aportar nuestro granito de arena a este problema. Pero hay que destacar la globalidad del trabajo que se está haciendo en todo el hospital, incluida la enfermería.

- ¿Se han visto desbordados en algún momento?

- No, la organización del hospital, el plan estratégico, en cuanto a ir dando recursos de camas, nunca nos hemos sentido desvalidos, tampoco en cuanto a equipos de protección. Al principio hubo más dificultades, pero después hemos tenido lo que hemos necesitado, las camas han ido liberándose con mucho orden. Así que desbordados no, pero sí hemos estado muy presionados, muy cansados, esto parece que no tiene fin. El personal sanitario somos personas, con nuestras familias. Si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia es que necesitamos un sistema sanitario público fuerte, bien dotado de medios y de personal, aunque sobren camas no pasa nada, en algún momento pueden necesitarse. Y, en concreto, el hospital Reina Sofía es deficitario de personal en relación a otros del SAS. Y esto hace que en momentos de presión, el cansancio sea mayor.

- Como experto, ¿qué han aprendido del virus este año?

- Se ha aprendido muchísimo y en muy poco tiempo, pero queda muchísimo por saber. Hemos aprendido a defendernos del virus, sabiendo que las medidas de distanciamiento social y de protección son eficaces, pero también que estas medidas, rigurosas en algunos momentos, son incompatibles con mantener la economía. Nuestras autoridades sanitarias tienen un difícil papel porque cuando se piensa en la salud se hace daño a la economía. Hemos aprendido cómo es el virus, cómo diagnosticarlo. También que es una enfermedad de varias fases. Ahora, la población se tiene que vacunar y también necesitamos antivíricos eficaces. Pero también hemos aprendido que modulando el sistema inmune somos capaces de controlar la enfermedad, sobre todo la segunda fase de la enfermedad, que es inmunológica y es la que acaba con los pacientes. Por tanto, hemos aprendido mucho y muy rápido, quizás lo más rápido en la historia de la Medicina, pero un año en Medicina es muy poco, nos queda mucho.

- ¿Cree que estamos ya de lleno inmersos en la cuarta ola? ¿Se esperan más?

- Esto no lo sabe nadie. Sí sabemos lo que hace falta para evitar las oleadas, que es inmunidad de rebaño. Y eso se alcanza cuando el 70% de la población esté inmunizada. Tenemos que preocuparnos de ser prudentes y de vacunar, vacunar y vacunar. Mi impresión es que si estamos en los comienzos de una cuarta ola, la pendiente de ascenso no es como las anteriores y, además, las poblaciones más vulnerables empiezan a estar ya inmunizadas. Ya el problema no son las residencias de ancianos y llevamos semanas sin tener casos en personal del hospital y eso son buenas noticias. Si en esas poblaciones inmunizadas estas olas se contienen, quiere decir que vamos por buen camino.

- De todas formas, ¿el covid ha llegado para quedarse entre nosotros? ¿Será verdad que nos esperan pandemias tan globales como esta?

- El covid pasará a ser uno más de los virus de los que todos los años tenemos reactivaciones, como la gripe y otros coronavirus, que hay muchos que producen resfriados, bronquitis, infecciones respiratorias, que entraron en la humanidad a través de una pandemia. Todos los virus que tenemos en la humanidad y que son capaces de producir enfermedades respiratorias o las familias de los virus del herpes entraron en un momento determinado, produjeron una pandemia y han contribuido a la selección de la especie.

- Las vacunas están provocando un gran desconcierto entre los ciudadanos, debido a los cambios de criterios y el miedo a sus efectos secundarios.

- Eso es porque un debate que debería ser científico lo estamos haciendo descender a un debate público. Y creo que eso nunca debería ocurrir. Igual que la guerra del Golfo fue la primera vez que se retransmitió una guerra en directo, esta es la primera vez que se ha retransmitido una enfermedad en directo. Ni siquiera el sida se retransmitió en directo. Nosotros tuvimos muchas dudas con el sida, con tratamientos, con efectos adversos de los tratamientos, pero eso no pasó de un debate científico en congresos, revistas médicas... pero aquí los datos de las vacunas estaban antes en la prensa que en las revistas científicas. Y eso es malo, la Medicina necesita pausa y los avances científicos también, y estar entrenados en manejar la incertidumbre. Para eso estamos preparados los que manejamos estas cosas, pero no tiene por qué estarlo el público en general.

- Como miembro del comité de expertos de la Junta, ¿cree que se necesitan medidas más restrictivas para que no colapse el sistema sanitario o son suficientes?

- Estoy en el comité de expertos no por mi valía personal o científica sino en representación de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas, de la que soy presidente. Creo que las autoridades sanitarias están buscando un equilibrio entre lo razonable y lo necesario. A mi juicio, se está haciendo bien. Hay que buscar un equilibrio que no es fácil. Pero sí puedo decir que siempre que han tenido que tomar una decisión entre la economía y la salud, ha primado la salud. El salvar vidas ha sido el objetivo prioritario de las autoridades sanitarias y del comité de expertos.

- Participa en el estudio Saricor, que busca la eficacia en hospitalizados del covid de un fármaco para la artritis reumatoide. ¿Cómo va la investigación?

Nuestra hipótesis era que si lo administrábamos precozmente en los pacientes que ingresábamos podríamos evitar la progresión a necesitar máquinas de ventilación mecánica, que es lo que hace al paciente ir a la uci, y podríamos evitar también los colapsos en las ucis. Es un estudio financiado por la Consejería de Salud, en una convocatoria especial que hubo para proyectos covid. Hemos acabado el reclutamiento y seguimiento de todos los pacientes, que son 50. Estamos ahora en fase de análisis. Y puedo decir que probablemente este fármaco, a las mayores dosis que lo hemos empleado, pueda tener algún beneficio en la ventilación mecánica, pero ninguno en evitar la muerte. Pero evitar la ventilación mecánica en un número importante de pacientes tiene muchos beneficios, sobre todo para evitar el colapso en las ucis. Esperamos tener la semana que viene los resultados definitivos para poder publicarlos.