Todos los días algún paciente llega a la consulta de fisioterapia y osteopatía de Gloria Castillo y llora. No por las punzadas de un dolor físico, sino por la agonía de una herida invisible que, tras el ruido de la pandemia de coronavirus, se desgarra lentamente. Comenzó con un día de encierro y ha crecido durante más de un año en los valles de un confinamiento irregular. Ahora sus consecuencias son la ansiedad, la depresión o el insomnio, pero también la atrofia muscular, las contracturas de espalda o la artralgia. Porque, ¿quién ha separado del cuerpo la mente?

Esa es una de las preguntas que se hace el doctor y secretario de la asociación Mindsugi, José Antonio Prados. «Somos mente y cuerpo», exclama. Y, por más evidente que parezca, se tiende a separarlos. Prados predica con el ejemplo, dedicando sus mañanas a los pacientes que llegan al centro de salud Lucano, en la capital, y sus tardes a quienes se refugian en el presente bajo la protección del mindfulness (también conocido como conciencia plena). En esta práctica confluyen dos carreras profesionales, las de un médico y una psicóloga clínica que hallan ahí el bienestar que, desde diferentes prismas, buscan. Inmaculada Carranza ejerce la psicología en el centro de salud Castilla del Pino y lleva a cabo una terapia cognitiva basada en la conciencia plena. Del sufrimiento que toda crisis provoca se puede extraer una oportunidad «para salir reforzados». La actual, además, es sanitaria, económica y social.

Por lo tanto, hacer frente al malestar emocional que genera esta situación supone algo primordial. «Se van encantados», señala el médico. Pasan de estar «atrapados por sus pensamientos» a entender una idea tan compleja como «mi pensamiento no soy yo».

Sociedad unidimensional

«Si estás físicamente bien, te encontrarás emocionalmente bien», explica Eugenia Hernández, del centro Maspilates Córdoba. En el cuerpo de sus clientes lee el cansancio, el miedo y la ansiedad que, en un entorno de teletrabajo y sedentarismo, garantiza el impacto físico. Por eso, para hacer frente a la denominada fatiga pandémica, el cuerpo y la mente deben alinearse. La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de no desunir ambas dimensiones.

El escenario social juega en contra. A la cultura «del logro, del reto y del consumo» que gira inevitablemente, como señala Prados, se unen las carencias en educación emocional que, desde dentro, advierte Carranza. Para el psicólogo Antonio García, la psicología resulta la gran perjudicada por un sistema de salud «medicalizado». ¿El resultado? Una tendencia precipitada a los medicamentos. «No te puedes imaginar la cantidad de fármacos que se ahorrarían», sugiere el secretario de Mindsugi. Para Esther Baena, propietaria de Mundo Herbolario, el innecesario uso de químicos genera, incluso, efectos contraproducentes, cuando hay remedios y suplementos naturales que pueden funcionar como primera opción.

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La unión del cuerpo y la mente para superar la pandemia Manuel Murillo/Chencho Martínez

El dolor y la liberación

Cuando alguien llega a la consulta de Gloria Castillo, ella pregunta: «¿Qué te duele?». Y duelen muchas cosas que antes no dolían. A la osteópata ya no le llegan solo lesiones en el deporte o problemas habituales, sino todo el peso de las consecuencias de un cambio, como lo tilda Antonio García, «radical». De pronto, la realidad se escapa de las manos. Y, en ese sentido, el yoga se desarrolla como una metáfora, con la fuerza que se requiere para hacer frente a las posturas que desequilibran la posición natural del cuerpo y la concentración para evitar el sufrimiento que podría provocar el dolor físico de la acción. Aunque, para Ana Rodríguez, directora del centro de yoga You, más que fuerza, se necesita «maña». Todo sea por «controlar lo que nos está pasando».

En las lágrimas que observa en sus pacientes, Gloria Castillo intuye un dolor más hondo que el palpable con sus propias manos, cuando trata a quienes llegan a su consulta. Sin embargo, de la reparación física nace el impulso de la reconstrucción emocional. Y viceversa. A eso mismo se refiere el propio José Antonio Prados cuando, para ilustrar la relación entre las dos dimensiones humanas, dice: «Sonríe y te sentirás alegre, aunque no lo estuvieras». Y, entonces, regresa la misma pregunta. ¿Quién ha separado el cuerpo de la mente?

MINDSUGI | ASOCIACIÓN DE 'MINDFULNESS'

La reconstrucción en el aquí y el ahora

Entrelazada en los dedos del incienso y las luces cercanas que laten al ritmo de música oriental, Mindsugi se yergue como un refugio social. Lo hace con paso prudente y firme para, con la mano tendida al mindfulness, aupar la conciencia plena del ahora entre las embestidas desenfrenadas del tiempo y de la realidad. Con unos 40 alumnos, el proyecto desarrollado principalmente por José Antonio Prados, Inmaculada Carranza e Irene Castellano comienza a tomar forma. Aunque resulta difícil ponerle límites. El mindfulness persigue atrapar el ahora para gestionar las emociones, impulsar el bienestar y esquivar el sufrimiento. «Cuando uno es capaz de llevar su mente al presente, el sufrimiento se reduce», asegura Prados. Para ello, solo se requiere voluntad y entrenamiento, porque la herramienta está en la esencia de la actividad. Sin ánimo de lucro, la asociación emprende un camino de ayuda a las personas en riesgo de exclusión social con unas ideas claras. Y hechos. Según Prados, el mindfulness reduce un 30% el estrés, palia un 20% el dolor y deshace un tercio de las depresiones. La reconstrucción está en la mente. 

Inmaculada Carranza, Irene Castellano y José A. Prados. CHENCHO MARTÍNEZ

GLORIA CASTILLO | OSTEÓPATA

Un trabajo integral ante los problemas

Desde su clínica de fisioterapia y osteopatía, Gloria Castillo encuentra la solución a los problemas de sus pacientes en la reparación integral. Partiendo de esa idea y mediante manipulaciones corporales, la osteópata trabaja para sanar el cuerpo, pero también la mente. Porque «siempre hay una causa mental» tras cualquier problema físico. Una tendencia que ha esclarecido y ha fomentado, además, la pandemia. Como señala Castillo, antes del coronavirus se encontraba habitualmente con lesiones deportivas, contracturas o hernias. Sin embargo, los dientes de la crisis sanitaria se perciben ahora en el cuerpo de los clientes, donde las heridas emocionales dejan huella. Con sesiones mensuales de una hora, normalmente, la osteópata cordobesa intenta remediar estas consecuencias. Para ello, ha incorporado, además, una máquina de Indiba que «fabrica células madre» y «regenera tejidos» mediante una técnica de calor profundo. Pero, ¿para qué sirve? Esta tecnología ayuda a solucionar problemas físicos, a bajar las inflamaciones e, incluso, a hacer desaparecer las manchas que, como restos del covid, quedan en los pulmones. 

Gloria Castillo, osteópata y fisioterapeuta. MANUEL MURILLO

ANTONIO GARCÍA | PSICÓLOGO

Desconfinar relaciones con la psicología

Los efectos psicológicos de la pandemia son parecidos a los de «una guerra». La muerte endurece su sombra y florece el miedo a los seres queridos o a hacer «lo que nos gusta». La secuelas se desarrollan en sentimientos como la «culpabilidad» o la «incertidumbre». Si esto hubiera durado dos semanas, «no pasa nada». El problema reside en el tiempo, en un futuro incierto y en una crisis que «se alarga». Como relata el psicólogo Antonio García, ese drama se extiende a las relaciones personales hasta consumirlas. Las consecuencias pueden observarse en los divorcios, en las depresiones, en la rebeldía de los jóvenes o en el silencio de los niños. Para hacerle frente, conviene no dejarse abrazar por medicamentos -si no es necesario- e intentar buscar alternativas a aquello que nos carga las pilas. En este caso, las nuevas tecnologías adquieren especial relevancia para mantener la cercanía. En la adolescencia, donde uno empieza a construir su camino, los problemas se perciben más complejos. Para los más pequeños, además, supone una barrera a la percepción del mundo. Incluso el no poder observar las expresiones faciales por la mascarilla dificulta el aprendizaje. 

Antonio García, psicólogo en Córdoba. CHENCHO MARTÍNEZ

YOU | CENTRO DE YOGA

Respiro y fortaleza para afrontar la realidad

Es un «respiro» bajo la corriente pandémica que se atenaza, finalmente, en los músculos. Como por una necesidad básica, al centro de yoga You acuden cientos de cordobeses, explica su directora, Ana Rodríguez. Gracias a la combinación de dos par tes, una aeróbica y otra restaurativa, Rodríguez percibe en los alumnos de su centro una fortaleza resurgida, una retirada de la ansiedad y una ausencia de miedo. You nació en plena pandemia y en la misma ola sigue transmitiendo unos beneficios que, según su directora, hacen que incluso se refuerce el sistema inmunológico, así como la musculatura. Pero, por encima de eso, el yoga es una filosofía. Según la creadora del centro, esta actividad lleva a los pacientes a plantearse «qué tipo de vida estaban llevando». También puede elevar a quien lo practica. Literalmente, mediante los columpios que se usan en el yoga aéreo. Una actividad que, según Rodríguez, fomenta la creatividad, impulsa el empoderamiento y fortalece el cuerpo. Sin embargo, a pesar del esfuerzo físico, la «desconexión» y la «relajación» siempre están presentes. Sin importar la edad, pues acude un público desde los 9 hasta los 71 años. 

Ana Rodríguez, directora del centro de yoga You. MANUEL MURILLO

MASPILATES | CENTRO DE PILATES

Determinación para dar con el camino

El miedo Eugenia Hernández lo encontraba en la espalda de sus clientes. Tras la pandemia, no han sido pocas las contracturas o los problemas de cervicales que, acompañados de insomnio y otros trastornos, han llegado a su centro de pilates (Maspilates Córdoba). La ola más alta de personas que acusaban problemas a raíz de la pandemia la vivió hace meses. Ahora, con un porcentaje ya mínimo, contempla cómo se pierde el miedo. Y en eso influyen el yoga o los tratamientos de acupuntura, entre otras cosas, que imparte. Hernández no duda de la relación entre los problemas físicos y el estado emocional. «Todo va relacionado», afirma. Cuando los problemas físicos impiden llevar a cabo un día a día normal, en el trabajo o en la vida cotidiana, la persona entra en un bucle del que cuesta salir. Para hacerle frente a la fatiga pandémica, Hernández considera imprescindibles el deporte, la buena alimentación y la meditación. Si no todos los días, al menos varias veces a la semana. Y en esa retroalimentación físico-mental ubica la vía de escape ante las dificultades de una realidad que requiere tener «determinación». 

Eugenia Hernández, del centro Maspilates. MANUEL MURILLO

MUNDO HERBOLARIO | NATURALEZA

Confianza en los recursos naturales

Para presenciar los efectos de los remedios naturales en la salud hace falta «paciencia» y confianza. Con la pandemia, la venta de este tipo de productos ha subido un 70%, asegura Esther Baena, propietaria de Mundo Herbolario. Tras el auge en la adquisición de suplementos, como la vitamina D3, o remedios, como la gaba o la hierba de San Juan, hay trastornos del sueño, problemas digestivos, nervios, ansiedad y deseos de prevenir el coronavirus. «Cada vez la gente está tirando más por las cosas naturales», señala. Baena, incluso, asegura que «muchos médicos» acuden a por sus productos. Porque, como explica, hay que entender la función de estos recursos, que, en ningún momento sustituyen a una pastilla necesaria. El problema recae en el abuso o el uso indiscriminado de medicamentos. En algunos casos, «no puedes dormir de forma natural» por esta costumbre. En dichas situaciones cuesta ver los efectos de los remedios naturales. «Si no te medicas, funcionan», dice la propietaria del establecimiento. Por ello, pide paciencia para comenzar a percibir los beneficios de la naturaleza en el organismo. 

Esther Baena, propietaria de Mundo Herbolario. MANUEL MURILLO