- ¿Cómo han sido estos cinco años al frente de UGT Córdoba?

- Ha sido un tiempo de trabajo intenso, sobre todo en lo institucional. La anterior ejecutiva se dedicó plenamente a cohesionar la casa por dentro, y cuando yo llegué, como ese trabajo ya estaba hecho, me tocó relanzar al sindicato a la sociedad, tanto en lo institucional como trasladar a la sociedad que este es un sindicato útil, que tiene capacidad de diálogo, de llegar a acuerdos. Además, durante estos cinco años, UGT ha sido el sindicato más representativo, más votado en los centros de trabajo, podemos tener una percepción positiva de este periodo.

- ¿Cómo ve la economía cordobesa en estos momentos en comparación con la que se encontró en el 2016?

- Estamos igual o quizá peor porque seguíamos anclados en una economía basada en la temporalidad y en la estacionalidad. El sector servicios, que era la base económica de Córdoba (hostelería o comercio), no crea la riqueza necesaria, por lo menos no crea la riqueza que puede crear la industria. Siempre hemos abogado por el cambio de modelo económico. Sí es cierto que al menos se ve luz al final del túnel, al menos en el último instante de lo que ha sido este mandato en UGT, que la puede traer la base logística del Ejército, que la hemos peleado mucho. No es solo la base, sino que creemos que van a venir cosas muy importantes para Córdoba como consecuencia de esto. Por eso tenemos la esperanza de que podamos encontrar, de aquí a unos años, un cambio de modelo productivo, y vayamos en una dirección más adecuada a la que hemos ido con una economía basada excesivamente en el turismo, el comercio y la hostelería. Y cuando vienen situaciones como la del covid vemos lo que pasa con eso.

- Sobre esa falta de industria y la dependencia del campo y los servicios, ¿hay solución?

- Entiendo que buscar un modelo industrial no supone que la industria se vaya a instalar aquí por sí misma, sin alicientes. Lo que sí se ha echado de menos siempre en Córdoba es que haya políticas sobre la mesa que marquen esa dirección. Eso no se ha estado haciendo. Aquí se ha vivido mucho en la complacencia de decir que Córdoba es un referente turístico, que es cierto, pero la base económica es de baja calidad. Esto no es un huevo que se fríe, ir a un cambio de modelo productivo no es una cuestión fácil, pero hay que comenzar poniendo políticas que propicien la instalación de industria en la ciudad y eso no se ha hecho bajo ningún concepto. Como mucho se hizo el plan por la industrialización en Andalucía, que se trasladó a Córdoba por parte de la Junta, pero entendemos que se quedó en una mera fotografía.

- En cuanto a la brecha de género, ¿confía en que algún día desaparezca?

- Esperemos que sí. El problema está en que ha aparecido una corriente negacionista que viene de la ultraderecha. Eso entorpece que en ese camino, por el que ha costado mucho avanzar, se pueda avanzar a mucha más velocidad. Además, la situación del covid puede provocar que aumente la brecha entre hombres y mujeres porque, precisamente, las mujeres son las que al final acaban dedicándose a estar en los domicilios, con las familias y con los cuidados. Por lo tanto, el covid puede hacer que se retroceda en ese aspecto. Aun así, tenemos esperanza en recortar la brecha. Pero no solo la de género es importante, sino la propia brecha salarial que tenemos en Córdoba con respecto a otros territorios.

- ¿Cuál cree que es la clave para que Córdoba salga de la crisis actual?

- Para que salgamos de esta situación se han puesto herramientas sobre la mesa, como ayudas directas. De esta situación se puede salir en bastante menos tiempo del que se necesitó para salir de la crisis de 2008. Pero debe haber dos cuestiones claras: las ayudas directas tienen que llegar a quienes peor lo están pasando. Es mejor salir de una situación precaria que llegar a una en la que hay una extinción de empresas, porque eso sería muy complicado. Tenemos que hacer lo imposible por no dejar caer al tejido empresarial. Y otra segunda cuestión, hay que generar confianza, las familias tienen que tener poder adquisitivo porque la rueda del consumo la tenemos que activar. Tenemos que dar seguridad a la ciudadanía para consumir y que eso lleve a producir. En el 2008 se hizo absolutamente lo contrario: se fue a un austericidio, que ya no lo avala ni Europa. Hay que ser valientes, no puede ser que quienes pagaron la crisis en 2008 la paguen ahora también.

- Una de las ayudas esenciales durante la pandemia han sido los ERTE, ¿se han utilizado bien?

- No podemos poner en discusión una herramienta válida por el hecho de que haya quienes la utilicen mal, eso existe en todos los ámbitos. En una situación como la que estamos viviendo está el terreno abonado para este tipo de situaciones. Evidentemente, en el tema de los ERTE hemos visto de todo, pero la mala utilización no es lo genérico. Como en todos los sitios hay gente que no tiene sensibilidad ni escrúpulos de aprovecharse de cuestiones que sirven para salvar una situación.

- ¿Cómo avanza el plan de choque municipal?

- Empezamos teniendo algún tipo de reunión, pero la verdad es que hemos visto cierto parón. Entendemos que puede ser que el tema de la base logística absorbiese el tiempo para esto, si es así puede ser excusable, aunque se pueden hacer varias cosas a la vez.