A Rufo Luna le diagnosticaron con solo 59 años la enfermedad de parkinson. Los síntomas se han ido haciendo patentes con el paso del tiempo, pero la fuerza de voluntad de este cordobés y la mejora que ha conseguido con un último tratamiento que le han indicado en el Reina Sofía, le han permitido a sus 72 años volver a comer por sí mismo y tragar sin la dificultad que presentaba hace unos dos años. 

Este tratamiento, indicado solo para un determinado tipo de pacientes que deja de responder a la medicación oral, es una bomba Duodopa. Se trata de un sistema portátil que administra la medicación mediante infusión por vía intraduodenal. Su hija Rosa María señala que su padre es una persona muy optimista y activa y, a pesar de su enfermedad, «aún puede caminar durante horas» y disfruta recorriendo las calles y caminos de su querida Córdoba, «hasta llega a cansarme a mí», expone la hija de este paciente. 

La mujer de Rufo falleció hace unos años. Además de ser su otra mitad, su esposa era «su enfermera, sus pies y sus manos», destaca Rosa María. Pero Rufo no está solo. Cuenta con el apoyo de sus tres hijos, de su hermana y otros seres queridos. Por las mañanas acude a la unidad de día que hay en el barrio del Zoco, unas horas que aprovecha para relacionarse con otros usuarios, que es algo que le da mucha vida, y para beneficiarse de otros servicios que mejoran su bienestar. Incluso cuando el centro de día estuvo cerrado el año pasado por el confinamiento, Rufo no dejó de hacer ejercicios y otras terapias que «le buscábamos en casa, porque es muy disciplinado», resalta su hija.