Berta Guijarro, baenense de 50 años, ha permanecido ingresada más de dos semanas en el hospital Cruz Roja de Córdoba, debido a un trombo del seno venoso cerebral, que le fue diagnosticado después de sufrir varios síntomas (entre ellos un intenso dolor de cabeza), días después de recibir la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. En la actualidad, ya dada de alta, continúa tomando medicación para que el trombo acabe de remitir. Debe evitar los esfuerzos, por lo que no podrá volver por ahora a su trabajo de profesora en el colegio Espíritu Santo de Baena.

Precisamente por dedicarse a la docencia, Berta Guijarro recibió la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca a finales de febrero. Guijarro señala que su caso, como otros en Europa, está siendo estudiado por el Ministerio de Sanidad y por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) para determinar si la vacunación con AstraZeneca que recibió pudo causar el trombo del seno venoso cerebral que se le detectó. Su caso, y alguno más ocurrido en Córdoba, también están siendo analizados.

Por recomendación médica tras lo sufrido, esta baenense no se va a poner la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca ni de otro modelo, aunque por tener menos de 60 años y por las directrices acordadas por Sanidad el jueves no le correspondería ya la de AstraZeneca. Berta señala que consultó con su médico de cabecera si podía vacunarse, porque desde hace unos años está tomando una medicación por un problema de salud que padece. Sin embargo, después de preguntar este doctor a otro especialista no vieron problema en que recibiera la inmunización. Debido a esa dolencia, esta baenense tomaba una medicación con estrógenos, a una dosis muy baja, por lo que, según ella, sería muy raro, que ese fármaco hubiera podido repercutir en la aparición de un trombo, pues en cinco años que lleva tomándolo nunca ha tenido mayor problema.

«Tras ponerme la vacuna de AstraZeneca no me dio fiebre, solo cansancio, pero lo achaqué al trabajo. Cuatro días después del pinchazo me empezó a doler la cabeza de forma intensa. Aguanté una semana, pero empezaron las molestias en el ojo izquierdo. Como no mejoraba con la medicación que me pusieron, después de ir a urgencias y al centro de salud, al final, siguiendo el consejo de mi prima Raquel Rodríguez (que es médica en el hospital de Valdepeñas) me fui a Córdoba y acabé ingresada en el hospital Cruz Roja. En Cruz Roja he recibido una gran atención por parte del doctor Rafael Machín, en Urgencias, y por el neurólogo Roberto Valverde en el instituto de Neurociencias, así como por parte de todo el personal de la cuarta planta. No me ha afectado para nada al aparato locomotor, aunque aún me sigue doliendo la cabeza», relata.

«Entiendo que una vacuna nueva pueda tener efectos secundarios. Pero lo estoy pasando mal y me siento preocupada. Estoy viuda y tengo dos hijas, por lo que quiero estar bien principalmente por ellas. Lo peor es que después de lo pasado tras la vacuna no he generado ni anticuerpos», se lamenta. «Debería aclararse si esta vacuna causa los trombos, para que no se repitan casos así», reclama.