Las pintadas, desconchones y suciedad  forman parte del paisaje de la plaza de la Corredera desde hace algún tiempo, un deterioro que sus vecinos sufren casi con resignación, igual que la desaparición de casi todos los negocios que siempre han poblado sus soportales, ahora cubiertos prácticamente de bares. Ante esta situación, la presidenta del Consejo de Distrito Centro, Juana Pérez Girón, se siente casi impotente después de haber pedido "varias reuniones con Urbanismo" para intentar atajar el problema y conocer lo que se está haciendo o se va a hacer ante esta situación de abandono.

También se queja Pérez Girón del uso excesivo de bares y veladores, "que es lo único que queda en este espacio, exceptuando dos tiendas de productos artesanales y de mimbre y un estanco", un problema que se extiende más allá de la emblemática plaza, "que parece que ahora tiene más pintadas", pero cuyo deterioro "viene de mucho antes".

En la Gerencia de  Urbanismo reconocen este problema, y según señala su presidente, Salvador Fuentes, el Ayuntamiento prepara un "plan de choque" para limpiar este recinto, aunque apela a la "responsabilidad de los ciudadanos" ante las pintadas que afean la plaza.

"En La Corredera sigue viviendo casi la misma gente", continúa Pérez Girón, que asegura que los vecinos, además de sufrir el deterioro de su entorno, también se quejan de ruidos nocturnos, tanto por parte de los bares como de los espectáculos que habitualmente se han organizado, aunque este último año esa situación no se ha dado debido a la pandemia. "Algunas personas han tenido que acudir a Urgencias con ataques de ansiedad ante el volumen del sonido de algunos montajes, algo que ahora no pasa por el toque de queda, lo que no elimina el problema”, continúa la presidenta del Consejo de Distrito Centro. Otra reivindicación por parte de Pérez Girón es el hecho de que no se respeten las distancias entre veladores, aunque este problema también se extiende a otras zonas del entorno.

Un plan de limpieza y rehabilitación

Un plan de limpieza y rehabilitación es lo que piden estos vecinos, que son conscientes del tiempo que tardan estos procesos. "El eje de San Lorenzo-San Pablo lleva un año en contratación, en teoría tenía que empezar ya la obra", continúa Pérez Girón, que también recuerda que "está en contratación el proyecto de rehabilitación de la Puerta del Puente y no ha salido todavía", además del estado del inmueble que se derrumbó en la calle San Fernando, "aún con una valla". Para la activista resulta "contradictorio e incongruente" que vivamos en una ciudad patrimonial y "se cuide tan poco". "Las autoridades deberían estar pendientes de nuestro patrimonio y, al mínimo deterioro, solucionarlo rápidamente", continúa Pérez Girón.

Mientras tanto, vecinos de la Corredera como Francisco Santos se ocupan de limpiar las zonas cercanas a sus casas e, incluso, de pintar las paredes de sus fachadas, "lo que debería hacer el Ayuntamiento". "Esto, que es el centro de Córdoba, que ha siso soho y zoco, está abandonado y se ha convertido en una vergüenza", continúa este ciudadano, que asegura que "hay que controlar el vandalismo con más vigilancia y los desconchones también los hacen los mismos que hacen las pintadas".

De la misma forma piensa Manuel Torronteras, que está al frente de un negocio de artículos de mimbre, que asegura que "con la pandemia se ha agravado la situación de suciedad". Al otro lado de la plaza, Manoli Palomo pertenece a la tercera generación de una tienda de esparto y artesanía, y tampoco se siente muy satisfecha con el rumbo que ha tomado La Corredera. "Todos los negocios han ido desapareciendo y solo se han abierto bares", dice esta empresaria, que asegura que , al no haber tiendas, "la gente ya no viene a buscarnos". Por último, para Maripaz Guerrero, responsable de uno de los bares de la plaza,  también señala que "hay una falta de mantenimiento por parte del Ayuntamiento". "Llevo desde el 2013 esperando que coloquen una farola que se cayó", sentencia Guerrero.