¿Qué cree que se ha hecho bien y qué se debería haber evitado?

Es difícil hacer esa valoración aún. Habría que esperar a ver la evolución de muchos indicadores para sacar una conclusión clara y constatada. La realidad, a día de hoy, es que la tasa de paro en Andalucía es del 22,74%, una de las más altas de España. Se va a producir un incremento de la tasa de desempleo hasta alcanzar el 24% por el efecto fin de ERTE, probablemente para mediados de año. Tendremos que esperar hasta 2023 para una recuperación total en el empleo perdido durante la crisis del covid-19. Y eso es así por la destrucción de empresas. Empresas y autónomos han sufrido sobremanera esta crisis.

¿Qué considera prioritario en esta nueva etapa en la que nos encontramos?

La ansiada recuperación económica no será posible hasta que no haya un control efectivo de la pandemia que genere un clima de confianza. Este pasa por acelerar las medidas sanitarias, con una agilización del calendario de vacunaciones y un aumento de la realización de test. Es necesario intensificar la colaboración público-privada e implicar a la empresa en el proceso, sumando sus activos a la lucha contra el covid-19. Al igual que para España, se espera que las tasas de empleo y ocupación inicien su recuperación desde el tercer trimestre de 2021, cuando la llegada del verano y el impulso en las vacunaciones abran un nuevo escenario económico.

¿Se muestra optimista con una pronta recuperación de la economía de Córdoba y por qué?

Hace escasas semanas conocimos las proyecciones macroeconómicas del 23º Informe Loyola Economic Outlook (LEO), que elabora la Universidad Loyola en colaboración con la Confederación de Empresarios de Andalucía, y que describen un alto grado de incertidumbre sobre la evolución de la economía española y andaluza en 2021 y 2022, cuya recuperación será solo parcial mientras la pandemia no sea controlada. El crecimiento de la economía dependerá en gran medida del programa de vacunación, cuya aceleración debe ser prioritaria para paliar la incertidumbre de los consumidores y las empresas.

¿Cuál ha sido la mayor enseñanza de esta situación?

Es evidente la importancia que ha cobrado la innovación y la investigación. Son factores esenciales para el desarrollo de nuestra sociedad y más después de lo vivido. Hay que potenciarla y favorecerla. Y otro tema relevante es la dependencia de nosotros mismos. No necesitar de terceros en cuestiones esenciales ha sido una lección que no debemos olvidar.