La plaza de la Compañía de Córdoba ha latido este lunes como un único corazón naranja. Desde el silencio de la despedida, decenas de trabajadores del 061 de Córdoba han rendido homenaje a Pedro Pablo Castro, el quinto sanitario fallecido por el covid-19 en la provincia de Córdoba. Las lágrimas de la familia naranja han dibujado el adiós al amigo y al compañero. Y solo el coraje de las buenas palabras ha podido romper las voces acalladas por el luto. 

El médico había dedicado la mitad de su vida a los cordobeses, con el alma de un profesional sanitario respetado y querido por sus compañeros de oficio. Como señala Antonio Mantero, director provincial del 061 en Córdoba, fue uno de los profesionales que comenzó, allá por 1990, en el proyecto. Este 14 de marzo, tras casi más de dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Reina Sofía de Córdoba, murió a los 61 años. El equipo del 061 no tardó en volcarse por su recuerdo. Y la sanidad cordobesa, desde sus diferentes representantes, puso voz al valioso trabajo de los profesionales sanitarios, quienes, además, afrontan la pandemia de coronavirus en primera línea. «No podemos pensar que esto ya ha pasado», dice el director provincial del 061. «Esto no es una gripe, es algo que se lleva la vida de personas por delante». Ahora sacarán «fuerzas de flaqueza» para seguir adelante, en primera línea, con su amigo en la memoria.

Pedro Pablo Castro era un gran profesional, pero los ojos del propio Antonio Mantero y del resto de compañeros, amigos y familiares decían más que eso. A las puertas de la iglesia de La Compañía, el silencio evidenciaba lo que todos guardaban dentro. «Mira, solo tienes que ver cómo está esto», decía una compañera mientras dirigía la mirada vidriada a una marea que, desde primeras horas de la mañana, ha ido sumándose al calor del adiós. Las campanas han roto el imponente silencio y, a hombros, los compañeros han cargado el féretro hasta el interior de la iglesia. «A Pedro lo vamos a tener siempre en el recuerdo», ha asegurado el director provincial. «Era un ejemplo de médico, de trabajador, de amigo y de padre de familia». Por ello, el cariño hacia el médico cordobés desbordó el teléfono del propio Mantero este domingo. Los años le hicieron «amigo de todos los compañeros del 061, no solo de aquí, sino de toda Andalucía». Ante la noticia de su fallecimiento, algunos trabajadores que llevaban hasta una década fuera de la provincia se lamentaron de la pérdida.

Tras media vida juntos en muchos casos, Mantero ha explicado que son como una familia. «En el fondo somos un grupo muy unido». Y, como tal, se han despedido. Hasta cuatro ambulancias han custodiado la iglesia de La Compañía y los uniformes del servicio de Emergencias del 061, que vistió el médico cordobés durante tantos años, han abanderado una plaza que este lunes solo ha tenido un nombre: Pedro Pablo Castro.