Hoy la alegría está de luto en las Tendillas porque se nos ha ido un pedacito de ella. Había un torbellino que nos enseñaba que la vida es tan maravillosa como tú te propones que sea. Pepe Ruiz, ese incansable guerrero de mil batallas y cien disfraces, se ha marchado en mitad de una pandemia como si no quisiera darse importancia.

Para muchos, Pepe es el ejemplo -porque siempre lo será- de que el síndrome de Down no es un hándicap para el amor. Porque amor es el que sentía por su madre a la que acompañaba cada día, amor lo que nos demostraba a todos los comerciantes o a todos los niños al pasar a los colegios y regular el trafico para facilitar su paso. Para ello, tenía una gorra de Policía Local y compartía mañanas con los agentes que paraban en la plaza. Un cuerpo que lamentará su marcha, por los buenos momentos a su lado.

Sabías que era Navidad cuando Pepe aparecía vestido de paje o Rey Mago repartiendo caramelos. Sabías que era San Valentín cuando, rosa en mano, iba en busca de cualquiera de las “novias” como llamaba a muchas comerciantes de nuestro entorno. Por supuesto, sabías que había música en la plaza cuando nuestro amigo bailaba, contagiando a los demás de su desbordante entusiasmo. Una auténtica lección de vida: sé feliz que las tristezas el viento se las lleva.

Te echaré de menos, amigo. Preguntándome cada lunes como había quedado el Barça. Si ganaba decías “olé”, si perdía decías “joe” pero te duraba un segundo antes de pedirme una revista de pasatiempos que siempre te encargaba tu madre. Si como decía Dorothy, la vida es un camino de baldosas amarillas, tú siempre serás el Mago de Oz. Porque a todo el mundo se otorgabas corazón, coraje y cerebro. Hacen falta menos crispaciones en esta ciudad, hacen falta más bailes y, por supuesto, necesitamos más “pepes” que nos curen el espanto. Tu cromosona nos enseñó que nada puede detener la alegría. Supongo que tu corazón falló el día que no pudiste compartirla con los demás. Un abrazo, torbellino. Tus hermanas y tu madre siempre podrán estar orgullosas de que nos has dado más lecciones que muchísimos políticos y gente “ilustre”. Descansa en paz.