El hospital Reina Sofía de Córdoba, coincidiendo con el Día Mundial del Riñón, ha alertado del crecimiento alarmante de la enfermedad renal que se está detectando en los últimos años tanto en Córdoba como en el resto del país, donde el número de casos ha aumentado un 30% en la última década. En este momento, la Unidad de Nefrología del hospital Reina Sofía atiende a unos 4.000 pacientes renales, 150 de los cuales iniciaron tratamiento de diálisis el año pasado, aunque se estima que en la provincia hay unos 80.000 enfermos con distinto grado de afectación. De los 4.000 pacientes, 500 están en diálisis y casi 900 viven con un trasplante renal.

La gerente del hospital, Valle García, y la jefa de la Unidad de Nefrología, Sagrario Soriano, han llamado a la población a prevenir esta dolencia manteniendo hábitos de vida saludable (las claves son evitar el tabaco y el alcohol, tomar una dieta baja en grasas, azúcar y sal y mantener la actividad física) para proteger a los riñones de los daños derivados de la diabetes, la hipertensión y la obesidad, que están detrás del aumento de los casos. Soriano se ha dirigido también a los sanitarios, a los que ha solicitado una mayor implicación para la detección precoz de la enfermedad, que considera "una epidemia silenciosa que está dando la cara en muchas ocasiones en estadios avanzados".

Para fin de mejorar la coordinación con Atención Primaria, durante el año de la pandemia, en el que se ha producido un desarrollo muy importante de las nuevas tecnologías, el hospital ha desarrollado estrategias digitales como teleconsultas con aquellos médicos de familia que han detectado problemas renales en sus pacientes, lo que ha hecho posible el diagnóstico precoz de los enfermos. Según Soriano, la intención del hospital es seguir potenciando esa colaboración en los próximos años. Este programa de teleconsultas, impulsado por el nefrólogo Rafael Santamaría, ha llevado a cabo 240 entrevistas con esta modalidad, agilizando las derivaciones urgentes y adelantando los tratamientos en los pacientes que lo han requerido. En total, se han podido establecer más de un centenar de diagnósticos precoces gracias a la telemedicina.

El peligro de contagio al acudir al hospital ha aumentado también el número de pacientes que se han sumado a la diálisis en domicilio, el 20% de los atendidos por el hospital y el triple que hace dos años. Valle García ha destacado que el centro pretende "seguir incrementando esta cifra para mejorar la calidad de vida de los enfermos". Como es sabido, el trasplante renal es la solución definitiva para los pacientes renales con la enfermedad más avanzada quienes se ven obligados a recibir diálisis mientras eso ocurre. La falta de donantes de órganos también se puede paliar con la donación de vivo, una técnica desarrollada desde hace años que, de momento, tiene un uso minoritario ya que aún es necesario mejorar la concienciación de las familias a la hora de realizar este acto generoso. Según Soriano, el año pasado solo se llevaron a cabo dos trasplantes de riñón de donante vivo y en lo que va de año, se ha realizado uno.

La investigación es otro de los pilares para avanzar en el tratamiento de la enfermedad renal y durante el 2020, fue posible gestionar varios contratos en este campo, uno de ellos financiado por el Instituto de Salud Carlos III, además de otros dos a cargo del Servicio Andaluz de Salud. De los proyectos financiados, destacan cuatro que estudian los factores de riesgo y complicaciones de la enfermedad renal crónica y uno más sobre los mecanismos implicados en la progresión de esta patología.