La teniente María Navero Cerezo es la única mujer en estos momentos al frente de un puesto principal de la Guardia Civil en Córdoba. Lleva un año y medio al mando del cuartel de Palma del Río y es una de las 51 mujeres guardias civiles que trabajan en la Comandancia de la provincia de Córdoba. Es madrileña, de Valdemoro, y tiene solo 24 años, pero cuenta a sus espaldas con una sólida formación que inició en la Academia General Militar de Zaragoza en el 2014 y continuó en la academia de oficiales de la Guardia Civil de Aranjuez. Tiene el grado en Ingeniería de Seguridad y el Curso Superior de Policía Judicial, así como el de Medicina Forense e Investigación Criminal por la Universidad Complutense de Madrid. En el 2019 obtiene el grado de teniente y su primer destino la lleva a Palma del Río. Es menuda, delgada, de cabello lacio y claro recogido en una coleta bajo la gorra de Guardia Civil. Tras la mascarilla se dejan ver unos ojos azules que denotan determinación y confianza. Es una mujer de hoy, preparada y con vocación por su trabajo. Orgullosa del camino emprendido y con mucho futuro por delante.

¿De dónde le viene la vocación de Guardia Civil?, ¿tiene familia en el cuerpo?

Sí, yo procedo de una familia en la que la Guardia Civil ha estado siempre muy presente. Soy nieta, hija, sobrina y prima de guardias civiles. Además, me viene también del pueblo donde yo nací. Soy de Valdemoro, que ha tenido desde siempre una historia muy ligada a la Guardia Civil, pues allí está el colegio de guardias jóvenes.

O sea, que no lo dudó. ¿Desde pequeña ya tenía claro que quería ingresar en la Benemérita?

Sí, lo tenía claro desde pequeña. Y también tuve la suerte de estudiar en un colegio que pertenece a la asociación de huérfanos de la Guardia Civil y ahí también me encauzaron ellos por el camino de la Academia General Militar, porque yo lo desconocía. Yo quería ser guardia civil, y allí me dijeron, oye María, ¿por qué no intentas entrar en la Academia de Zaragoza? Y orienté mis estudios de Bachillerato hacia la rama científico-tecnológica, que me permitiera entrar en la Academia General Militar.

Imagino que es muy difícil el acceso.

El acceso a la academia cada día está más difícil. Hoy en día tiene una nota de selectividad de alrededor de un 13, muy parecida a otras carreras, como puede ser Medicina.

¿Cuántas mujeres han cursado estudios en su promoción?

Cuando entras en la Academia General Militar, ya entras sabiendo si vas a ser guardia civil o vas a quedarte en el Ejército de Tierra. En mi caso, en mi promoción, hemos salido 11 mujeres de 164 compañeros. Tras dos años en Zaragoza, donde cursas una formación conjunta con alumnos del Ejército de Tierra, los tres últimos años te desplazas hacia Aranjuez, a la Academia de Oficiales de la Guardia Civil, donde estudias como alférez alumno.

¿Ha encontrado alguna dificultad por ser mujer durante sus estudios en ambas academias?

No, por el hecho de ser mujer no. La mujer en la Guardia Civil lleva ya 33 años y fueron aquellas mujeres primeras las que abrieron camino. Hoy en día cada vez entramos más mujeres en la Guardia Civil y queremos que sigan entrando más. Al final, es una institución jerarquizada y todo el mundo sabe cuál es su función y su papel.

¿Y por qué escoge como primer destino Palma del Río?

A la hora de escoger destino, entre mis prioridades se encontraba la de ser comandante de puesto principal y siempre he tenido un especial cariño y afecto por Andalucía, pues mi padre es de Sevilla, también guardia civil, por lo que pensé que no había mejor manera de empezar mi carrera profesional que haciéndolo en la provincia de Córdoba. Fui destinada al puesto principal de Palma del Río, descubriendo que en los últimos años ha sido reconocido en dos ocasiones como mejor puesto de la Comandancia de Córdoba, y vi que era una maravillosa opción para empezar.

Al ingresar en la Guardia Civil, ¿consideraba que estaba rompiendo algún estereotipo?

Pues la verdad es que no, fue muy natural, porque me he criado en Valdemoro, donde es muy común ser guardia civil, y aparte, en mi colegio, nos orientaban tanto a niños como a niñas, desde pequeños, que venían guardias civiles al colegio, a que este era un trabajo tanto para hombres como para mujeres, por supuesto.

Y al llegar a Palma del Río se encuentra al mando de 48 guardias civiles, 45 hombres y tres mujeres, todos mayores que usted. ¿Cómo se sintió?, ¿es necesario tener un carácter fuerte, de mando?

Nunca he tenido problemas a la hora de ejercer el mando. En la Guardia Civil estamos jerarquizados, tenemos mucha disciplina militar. A la hora de la verdad, de tomar decisiones, o ante los problemas del personal, solo es importante la respuesta que se da, no el género de quien toma la decisión. Considero que es fundamental la humildad, aplicar el sentido común y escuchar a los compañeros veteranos para ejercer de manera correcta la función de mando. Las mujeres llevamos formando parte de la Guardia Civil desde 1988 y fue hace 33 años cuando las primeras mujeres tuvieron que abrir camino.

Tras un año y medio en el puesto de Palma del Río, ¿cómo funciona la comandancia?

La verdad es que este es un puesto muy bueno, tenemos muy buen ambiente. Es un trabajo sencillo y fácil de llevar porque los compañeros están plenamente cualificados y son muy buenos profesionales. Entonces no he tenido ningún problema de personal.

¿Cómo la han acogido en la localidad?

He tenido una acogida buenísima, estoy encantada con los palmeños, tanto con representantes de las instituciones municipales como con los ciudadanos porque son gente muy cercana, que siempre han querido mucho a la Guardia Civil. Palma del Río, aparte de ser un importante núcleo de población, es una ciudad de gente emprendedora, algo que siempre es positivo.

¿Su juventud, solo 24 años, le ha supuesto un hándicap a la hora de desarrollar su labor en este puesto?

La verdad es que sorprende más el hecho de que seas tan joven que el hecho de que seas mujer. Pero también es verdad que en la Guardia Civil cada vez está más interiorizado que los tenientes que salimos de la Academia General Militar somos jóvenes. Yo entré en la academia con 18 años recién cumplidos, y salí con 22. Llegué a Palma del Río con 22 años, por lo que solo es adaptarse.

Su antecesora, Carmen Pérez, también ejerció el mando con 24 años. ¿Cómo fue el relevo? ¿Le dio algún consejo?

Sí, claro, como es normal en la Guardia Civil, cuando se va un mando y viene otro pues se realiza un relevo. Yo hablé con ella antes de venir a Palma del Río. Conozco a Carmen de la academia, y ella me planteó la problemática delictiva que había en Palma. El excelente trabajo de mis antecesores ha hecho que el listón se haya quedado muy alto y sea una gran responsabilidad para mí estar en este puesto.

En la actualidad hay casi 6.000 mujeres en el cuerpo de la Guardia Civil, pero ¿cree que la sociedad ha dejado ya de percibir a la Benemérita como una institución mayormente masculina?

Yo creo que sí, creo que cada vez más, nosotros vamos a dar muchas charlas a colegios, vienen niños al cuartel y les enseñamos nuestro trabajo diario y creo que cada vez más la sociedad tiene interiorizado el hecho de que en la Guardia Civil hay hombres y mujeres. Al final, el ciudadano, cuando te plantea un problema busca una solución, da igual que se la dé un hombre o una mujer.

¿Cómo animaría a las mujeres a romper estereotipos y a ser guardia civil si esta es su vocación?

Les diría que si tienen dudas, si no saben si entrar y dedicarse a esto o no, que vengan a hablar con alguna de nosotras, que se informen, que se interesen. Somos muchas mujeres y las vamos a poder orientar en el sentido de decirles que esto es un cuerpo muy bonito, que tenemos muchas especialidades, que nos podemos dedicar a cualquier servicio que queramos, desde el trabajo en el medio Ambiente, con el Seprona, también a a Tráfico, estar en el servicio marítimo, unidades de investigación... tienen una gama muy amplia para elegir y que es un trabajo muy bonito, muy apasionante, y que te da mucho más que lo que tú aportas.

¿Qué asuntos pasan por su mesa en un pueblo como Palma del Río?

Pues al ser un pueblo con una demarcación bastante grande pasan por esta oficina asuntos de todo tipo. Todo el código penal. Tienes que tener un manejo y un conocimiento muy amplio del código penal. De todas formas, la percepción de la seguridad ciudadana es importante, Palma del Río se mueve dentro de unos parámetros de delincuencia normales. El año pasado bajó la cifra de delitos y aumentó la de su esclarecimiento. Eso quiere decir que desde el puesto se realizó un buen trabajo. Lo que sí está claro es que en una ciudad de 22.000 habitantes se producen hechos delictivos casi a diario.

¿Ha intervenido ya en alguna operación importante?, ¿alguna que la haya dejado sin dormir?

Hemos tenido operaciones bonitas y buenas. Por ejemplo, el año pasado, dentro de los mejores servicios de la Comandancia de Córdoba, Palma del Río estaba en quinta posición con un servicio que hicimos de robos con fuerza mediante método de alunizaje en tiendas de telefonía móvil. Al final fueron detenidas dos personas que pertenecían a una banda de aluniceros.

Además, el Ayuntamiento de Palma del Río les acaba de conceder la medalla de la ciudad.

Sí, efectivamente, sobre todo por la labor llevada a cabo por los agentes de este Puesto durante la pandemia del coronavirus.

¿Cómo ha sido y está siendo esa labor de la Guardia Civil durante la pandemia?

En estos últimos meses, la Guardia Civil se ha tenido que adaptar a la nueva realidad que ha supuesto la pandemia del covid-19. Hemos redoblado nuestros esfuerzos de vigilancia y de protección a la ciudadanía. Desde que comenzó la crisis sanitaria, muchos de nuestros recursos humanos y materiales han sido destinados a apoyar las medidas para frenar la expansión de la pandemia y atender a las personas y colectivos más vulnerables. Destacaría los servicios humanitarios, como el reparto de comida, medicamentos o material escolar; auxilio a personas de edad avanzada o la escolta de camiones con material sanitario y la tan esperada vacuna. Paralelamente, nuestra labor diaria ha continuado y hemos seguido actuando, con dedicación y eficacia, contra los distintos tipos de delincuencia, intensificando servicios como la protección a las víctimas de violencia de género.

La teniente María Navero Cerezo posa con agentes a su mando en el puesto principal de Palma del Río. Foto: A.J. GONZÁLEZ

En sus intervenciones, ¿ha recibido algún comportamiento o actitud machista?

No, la verdad es que nunca he tenido una circunstancia de ese tipo y tampoco creo que se me vaya a plantear. Al final, ya lo he dicho antes, el ciudadano tiene un problema y busca una solución. No caben comportamientos de este tipo.

¿Es compatible su trabajo con una vida familiar y de ocio propio de una joven de 24 años?

A ver, eso es lo importante, que tengo 24 años y ahora mismo no tengo ningún tipo de carga familiar. Tienes tu vida laboral y aparte tu vida personal, aquí en el pueblo, tengo mi gente conocida con la que salgo. Somos personas.

¿Cuál es su futuro profesional? ¿Pedirá otro destino?

A mí me gustaría formar parte de alguna unidad de investigación. Nosotros de la Academia salimos también con el curso de policía judicial y es por ahí por donde querría enfocar mi futuro profesional, la investigación policial judicial, y tendría que pedir destino.

¿Y cuánto tiempo podría estar en Palma del Río?

Pues no lo sé, la verdad. Es una pregunta que yo me hago también. Llevo un año y medio en este destino, así que me quedaré hasta que considere que es hora de cambiar.