Al entrar al hotel Córdoba Center, Luis Álvarez, presidente de la Asociación Profesional de Informadores Turísticos, duda sobre dónde sentarse. El vacío de la recepción abruma, pero es un fiel reflejo de la situación del turismo y la hostelería en la pandemia de covid-19. El hotel y quienes se encargan -o se encargaban- de guiar a los turistas por la ciudad están unidos por un vínculo. Son dos partes de una misma cadena. Y, como diría más adelante Luis Álvarez, ellos quizás sean la última pieza. Este 21 de febrero se celebra el Día Internacional del Guía de Turismo.

-¿Hay motivos para celebrar?

-Celebración ninguna, lo que pasa es que ese día lo creó la Federación Mundial de Guías de Turismo hace años y, bueno, pues ahí se ha quedado. Está en todos los calendarios y está en todos lados. Pero claro, celebramos que estamos parados, ¿no? Además, es tremendo, es decir, aprovechando que estamos en un hotel de cuatro estrellas en pleno centro de Córdoba, fíjate cómo está. Y hoy es viernes [ese día se hizo la entrevista], fin de semana. Un desastre, la situación es realmente un desastre. Y lo peor del asunto… Lo peor del asunto es la incertidumbre. Porque claro, si te dicen: «Mire usted, dentro de ocho meses se ha acabado todo y, bueno, tiene usted ocho meses para sobrevivir como buenamente pueda y apáñese la vida». En octubre, noviembre, cuando sea, se ha acabado todo. Pero es que no es así y no sabes cuándo esa salida de la incertidumbre se va a poder producir. Porque es lo que acabamos de hablar, nadie sabe nada. Para empezar, las vacunas hoy por hoy son una incógnita, lo único positivo que hay, pero un positivo entre comillas. Y, por lo demás, de la enfermedad nadie sabe nada. [...] El plan es muy duro porque, además, si fuera una cosa puramente sectorial, todavía podría decir, bueno, mira, le va muy mal al turismo, los guías van a pasar hambre, los hoteles van a pasar hambre, pero lo demás va como un cañón. Pero es que no es.

-¿Es la falta de diversificación económica el problema?

-Por mucho que diversifiques, es lo que te acabo de decir. En Italia hay una crisis descomunal e Italia tiene una industria bastante más potente que la nuestra y está teniendo una crisis peor. Porque es que el turismo es mucho más que un sector, el turismo es todo: la globalización, los viajes, las idas, las venidas. Turista es el señor que viene a Medina Azahara o a la Mezquita, pero también lo es el señor que viene aquí a cementos Cosmos a comprar no sé qué. [...] No es ya que a mí no me vengan turistas de American Express, es eso, el señor ingeniero industrial que tiene que venir a arreglar una cosa a la estación del tren y no puede venir porque era una reparación que no es urgente y se puede esperar a que acabe el cierre perimetral. Y a ese señor se le une otro con una cosa parecida, y otro, y otro. Los cierres perimetrales son un desastre, pero no puede ser de otra manera.

-¿Cómo valora las ayudas que ha recibido el sector y las que no?

-El tema está jodido. El sector de los guías no ha recibido prácticamente ninguna ayuda salvo la puesta en marcha de la prestación por desempleo de los autónomos. [...] A los guías nos han puesto en marcha eso sin necesidad de que nos demos de baja. Cada cuatro meses lo van renovando. Con mucha complejidad legal, pero bueno, se renueva. Pero siempre te advierten que se va a contabilizar en ese máximo de 48 meses de desempleo que el que más cotice tiene». [...] Nosotros estamos percibiendo eso, pero ese desempleo tiene varias lecturas. Primero, la gente más joven que, a lo mejor, llevaba poco tiempo pues resulta que estaba cotizando por la tarifa extraplana que había inventado el Estado hace nada. Cuando empezaron a pagar esto en abril nos pagaron tres meses y en la siguiente renovación nos dijeron que no se pagaban más prestaciones extraordinarias, que iban a ser ordinarias. Automáticamente, los más jóvenes, los más desprotegidos habían dejado de cobrar. En verano, mis compañeros más jóvenes dejaron de cobrar y encima tuvieron que pagar autónomos. Nos parece una injusticia y, particularmente, desde la federación andaluza pusimos el grito en el cielo, hablamos con el ministro, le mandamos una carta al presidente del Gobierno [...]. Total, eso se recuperó en el siguiente mes. Pero, en definitiva, estamos cobrando ese desempleo, que es poco, porque incluso no es el 70% de la base reguladora como dice el ministro. Los políticos es que son muy particulares. Es el 70% de la base reguladora de quien cotiza por el mínimo. Si tú vas subiendo en la escala de cotización, porque consideres que quieres cobrar más cuando te jubiles o lo que sea, pues lo más que te pagan es 1.098 euros. Pero 1.098 euros para quien esté de la segunda mitad de la escala de cotización hasta el máximo no llega, oscila entre el 40% y el 25% de la base de cotización. Al señor que cotice por el máximo (1.245 euros), de su base de cotización, que son 4.800, o por ahí, no le pagan el 70%, le pagan el 25%, con lo cual siempre vamos asfixiados.

-¿Echa el sector en falta algún tipo de ayuda?

-Nos gustaría que la prestación de la Seguridad Social fuera más alta y que las comunidades autónomas dieran más ayudas, confiamos en que las comunidades autónomas, dentro de sus escasos recursos, pudieran dar más.

-¿Cuál sería el balance del 2020?

-He hecho un servicio en septiembre -el único desde marzo-. Eran dos señoras, esposas de dos empresarios más o menos importantes de Barcelona y que venían a jugar al golf a Sevilla, invitados por algo de la Junta de Andalucía. Y esos dos matrimonios pensaron que era una buena idea quedarse a dormir en Córdoba. Habían venido en el AVE de Barcelona la noche del viernes, la mañana del sábado temprano cogieron el AVE y se fueron a Sevilla ellos, y yo me fui al hotel, que no me acuerdo ahora mismo cuál era, y nos fuimos a Medina Azahara. Luego, volvimos otra vez al hotel a las tres horas y media. Esa noche volvían los maridos de darle a la pelotita, dormían aquí y el domingo cogían un AVE a Barcelona. Pero vamos, eso desde el 14 de marzo hasta hoy. Lo normal en septiembre, en octubre, este es un trabajo muy de temporada, en esa época sería mucha gente, muchos servicios. Como Córdoba es tan de paso, muchas veces casi no poder comer. Eso ya se ha acabado, no hay nada. Absolutamente nada. Se ha hecho poquísimo. Ha habido trabajo, algo, en verano, porque el Ayuntamiento ha organizado una visita gratuita para cordobeses, pagada por el Ayuntamiento. [...] Algo de trabajo ha supuesto, pero eso es puramente anecdótico. Los compañeros que han trabajado este verano, han trabajado como mucho tres veces.

-¿Tiene algo en mente para innovar o sacar cabeza como sea?

-¿Qué te digo? Aquí estamos, esperando a que vengan turistas. ¿Qué podemos hacer? Aquí estamos, seguimos esperando. Lo único que podemos asegurar es que os vamos a pasear con garantías de hacer las cosas bien, con garantías de seguridad, y que vamos a ser cada vez más estudiosos y estar cada vez más preparados, pero nosotros no somos nada más que una minúscula pieza en un engranaje enorme. Y si me apuras, la última pieza del engranaje.