La apertura de Córdoba a la mayoría de los municipios de la provincia se ha dejado notar en la capital, donde el ambiente en sus calles este sábado ha advertido esa llegada de ciudadanos tanto en el comercio como en la hostelería, aunque este último sector lo achaca, más que a la movilidad, "al buen tiempo, que invita a los cordobeses a salir después de semanas de lluvia y frío", algo que ya se notó el pasado fin de semana, en el que la celebración del Día de los enamorados llenó las agendas de los restaurantes de la ciudad.

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En este caso, sin celebración alguna, también se ha colgado el cartel de "completo" en los establecimientos del centro de la ciudad y del Paseo de la Ribera, que también ha registrado un gran número de personas disfrutando del sol con paseos a pie o en bicicleta. Esta sensación también se ha trasladado a otras zonas, como la avenida de Barcelona, donde en las terrazas soleadas no cabía un alfiler a la hora de comer, igual que en la plaza de la Corredera, en la que prácticamente todos su veladores han estado ocupados por grupos de amigos y familiares disfrutando del encuentro, ahora muy escaso, eso sí, hasta las seis de la tarde.

También ha contribuído a esta animación callejera la apertura de los puestos de caracoles, que han congregado a numerosos cordobeses para compartir mesa en torno a esta tradición tan de la tierra.

La plaza de La Corredera, con las terrazas llenas. CHECHO MARTÍNEZ

Efecto positivo

Quien ha notado considerablemente el efecto positivo de la apertura de la movilidad ha sido el comercio, que ha recibido a clientes habituales llegados de los municipios, que ya empezaban a tener ganas y necesidad de hacer algunas compras. “Estaba deseando poder venir a Córdoba porque me caso en junio y aún me quedan muchas cosas que comprar para la boda”, ha señalado la joven Lucía, que en compañía de su madre buscaba sus zapatos de novia y algún que otro detalle para el enlace. “En los pueblos no disponemos de estas cosas, no queda más remedio que acudir a la capital, pero yo ya estaba muy nerviosa porque veía que pasaba el tiempo y no nos dejaban venir”, ha continuado esta bujalanceña, que, igual que Rosa y Javier, una pareja que vive en La Carlota, necesitaba “algunas herramientas de bricolaje” y, tras desayunar en el Bulevar del Gran capitán, se disponían a entrar en El Corte Inglés.

Los comerciantes han confirmado este "mayor movimiento" hoy sábado, con la esperanza de que “pase ya este cataclismo” y de que al público "se le vaya quitando el miedo a salir" ante las nuevas y atractivas colecciones de temporada. “Que vengan, aunque solo sea a ver la nueva ropa, al menos no me sentiré tan sola en la tienda”, ha señalado la propietaria de uno de los comercios de la calle Morería.

Clientes habituales

Y en estas sensaciones se reafirma Rafael Bados, presidente de Comercio Córdoba, que ha asegurado a este periódico que, en efecto, “parece que se ha notado la apertura perimetral, sobre todo en algunas zonas de la ciudad”, como el centro y La Viñuela, barrios a los que habitualmente suelen ir clientes de la provincia. “Desde que empezaron las restricciones siempre hemos aludido tanto a los horarios como a la falta de movilidad, porque hay bastantes comercios de la ciudad que tienen una importante clientela de la provincia”, ha señalado Bados.

Respecto a las rebajas, “el efecto positivo no va más allá de las primeras tres semanas”, por lo que ahora la esperanza está en la nueva temporada. Bados vuelve a insistir en que el cierre a las 18.00 horas sigue perjudicando al comercio, esperando que “en breve” se vuelva al horario habitual, y también continúa reivindicando que “debe haber diferencia, en lo que se refiere a la propagación del virus, entre el pequeño comercio y otros grandes formatos comerciales”.

Los hoteles, sin cambios

Quien no ha visto ese efecto positivo en la apertura de la movilidad son los hosteleros. Según señala Félix Serrano, presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje (Aehcor), las reservas hoteleras no se han visto afectadas ante la apertura del cierre perimetral de la ciudad. “Mientras la hostelería y el comercio cierre a las 18.00 horas, y la Mezquita- Catedral no abra a las visitas, no tiene sentido que alguien decida pasar la noche en Córdoba”, lamenta Serrano.